Capítulo 22: Revelaciones y Tensiones

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La brisa suave de la tarde rozaba los árboles que rodeaban la escuela, creando un ambiente casi relajante, pero en el corazón de algunos de los estudiantes, las cosas estaban lejos de ser tranquilas.

Kanae caminaba por el pasillo, su mente invadida por pensamientos de Tanjiro. Cada vez que lo veía con Shinobu, sentía que su corazón se encogía. ¿Cómo podía su hermana estar tan cerca de él? Se suponía que Tanjiro era suyo, ¿verdad? Ese pensamiento la carcomía, y por primera vez, una chispa de celos encendía una llama de ira dentro de ella.

Kanae buscaba la oportunidad de estar a solas con Tanjiro. Cuando finalmente lo encontró sentado en el jardín de la escuela, se acercó con una sonrisa, pero por dentro, la incomodidad se hacía más fuerte. "Tanjiro", llamó suavemente, sentándose a su lado.

Tanjiro levantó la mirada, sorprendido, "¡Kanae! ¿Cómo estás?"

"Estaba pensando en... nosotros, en nuestra charla. ¿Te sientes bien con todo lo que hablamos?" preguntó Kanae, tratando de mantener la calma, pero su voz temblaba ligeramente. Tanjiro, siempre perceptivo, lo notó de inmediato.

"Sí, estoy bien, Kanae. Pero siento que algo te está molestando", respondió Tanjiro, frunciendo el ceño con preocupación. "¿Hay algo que te preocupe?"

Antes de que Kanae pudiera contestar, Shinobu apareció a la distancia, observando desde las sombras, viendo cómo su hermana y Tanjiro parecían compartir un momento privado. Una punzada de incomodidad recorrió su cuerpo, pero decidió no intervenir, no todavía.

Mientras tanto, Zenitsu y Nezuko caminaban por el patio trasero de la escuela. Nezuko no había dejado de morderse el labio inferior durante todo el día, sabiendo que esa tarde, tendrían que hablar con Tanjiro. Zenitsu, nervioso como siempre, caminaba a su lado, sudando y titubeando.

"Nezuko, yo... ¿De verdad vamos a decírselo hoy?" preguntó Zenitsu, su voz temblorosa. "¿Y si me mata? No puedo perder la vida tan joven, aún no hemos... hecho tantas cosas..."

Nezuko lo miró con ojos comprensivos, pero ella también estaba aterrada. Sabía que su relación con Zenitsu sería una gran sorpresa para Tanjiro, y no estaba segura de cómo lo tomaría. Sin embargo, era el momento de ser honestos.

"Zenitsu, debemos hacerlo. No podemos seguir ocultándoselo. Tanjiro merece saber la verdad", respondió con firmeza, aunque por dentro estaba igual de nerviosa que él.

Finalmente, llegaron al lugar donde Tanjiro estaba sentado, aún conversando con Kanae. Nezuko lo miró, tragando saliva, mientras Zenitsu apenas podía mantenerse en pie. "Hermano, necesitamos hablar contigo", dijo ella, su voz cargada de tensión.

Tanjiro miró a su hermana con sorpresa. "¿Qué sucede, Nezuko?"

Nezuko tomó aire y miró a Zenitsu. Era el momento de confesar.

Por otro lado, Rengoku y Mitsuri caminaban por las calles de la ciudad, charlando sobre cualquier cosa y todo al mismo tiempo. Mitsuri no podía evitar sentirse nerviosa cada vez que Rengoku la miraba con esa sonrisa cálida y confiada. "¿Te gusta este lugar?" preguntó Rengoku, señalando un pequeño café al lado de la calle.

"Sí... me encanta", respondió Mitsuri, sin poder evitar sonrojarse. Cada vez que estaban juntos, sus sentimientos por él se hacían más evidentes. Sin embargo, aún no se atrevía a confesarle lo que sentía. No estaba segura si él sentía lo mismo.

La tarde avanzaba, y cada vez que sus manos se rozaban, el corazón de Mitsuri se aceleraba. El ambiente entre ellos era cada vez más íntimo, pero aún quedaba mucho por decir.

Al mismo tiempo, Tengen observaba desde la distancia la dinámica entre los amigos. Sabía que los problemas entre ellos estaban escalando, y sentía que debía intervenir de alguna manera. Encontró a Tanjiro en el jardín, justo después de su conversación con Nezuko y Zenitsu, y se sentó a su lado.

"¿Problemas en el paraíso?" preguntó Tengen con una sonrisa burlona, pero amable. Tanjiro soltó un suspiro largo. "No es fácil ser el hermano mayor y el amigo leal al mismo tiempo, ¿verdad?"

Tanjiro se rió, pero había una nota de agotamiento en su voz. "Tienes razón, Tengen. No sé cómo manejar todo esto... Nezuko y Zenitsu, Kanae... siento que estoy en medio de un lío."

Tengen le dio una palmada en la espalda. "No te preocupes, chico. A veces, lo único que puedes hacer es escuchar a tu corazón y seguir adelante. No puedes controlar lo que otros sienten, pero puedes controlar cómo reaccionas."

Tanjiro asintió, sintiéndose un poco más ligero después de hablar con Tengen. Quizás tenía razón. Tal vez era hora de dejar de preocuparse tanto por los demás y empezar a preocuparse por lo que realmente quería.

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Corazones entrelazados: Amores y conflictos en la Escuela KimetsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora