Capítulo 37: Lejanía.

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—Las cosas siempre están complicadas, Malcom. Aunque... creo que ahora están peor.

—Ví a Christian, realmente da miedo.

—No le demuestres miedo, Malcom. Ni un poco, si logra asustarte lo suficiente le provocará y podrá hacer lo que quiera contigo.

La puerta de la casa se abrió estrepitosamente y Jim entró furioso, fue a la cocina y miró directamente a Lucas.

—Malcom, por favor, vete. —sin decir nada se levantó de su lugar y se fue de la casa.

—¿Que pasa?

—Tu eres quien debería decirme, Lucas.

—No entiendo.

—No te hagas el desentendido, Lucas. ¿Solo piensas en mentirme? —Lucas comenzó a sentirse nervioso por el tono que tenía Jim—. Hace unos días me pediste ayuda para controlar a Christian pero no mencionaste ese pequeño detalle, la razón de porque Christian está así. —Lucas palideció en ese instante—. Es un poco imprudente la manera en la que te manejas, Lucas. Deberías saber por experiencia que Christian no tiene ninguna clase de secretos conmigo y aunque le órdenes no decirme nada, de alguna u otra manera Christian siempre termina diciéndome todo.

—Papá...

—Cállate. —lo interrumpió levantando la mano—. Esto no debe seguir así, es momento de poner límites.

...

Algunas horas después Christian estaba llegando al apartamento junto a Royer a pedido de Jim. No sabía que iba a pasar pero no le gustaba nada. Royer lo detuvo antes de entrar en la casa.

—Estate tranquilo. Yo estoy aquí, Jim solo quiere dejar las cosas claras. Confía en él, ¿vale? —Christian asintió.

Entraron en la casa y esas dos personas los esperaban en la sala, Jim le dijo a Royer que se sentará y Christian se sentó cerca de él, la mirada de Lucas se veía inquieta, asustada y quizás algo molesta.

Jim había pensado en todo eso muy detenidamente y sabía que tenía permitido hacer lo que quería. De alguna manera debía tratar de desligar a Christian de Lucas.

—Todo esto se está saliendo del carril, está era la razón por la que quería mantener esa distancia entre ustedes pero veo que en el más mínimo descuido hacen sus estupideces. —Jim quería ser imparcial, no quería ponerse del lado de ninguno. Prácticamente había criado a Christian como si fuera su segundo hijo y a su pesar en situaciones como está, tendía a ponerse del lado de Christian—. Christian... —este al escuchar nombre levantó la mirada hacia Jim—. Quiero que escuches bien lo que voy a decir y tú también Lucas. —suspiró—. A partir de este momento te quito la autoridad que tienes sobre Christian temporalmente, no puedes dar ninguna orden, no tienes el permiso de meterte en su vida médica ni tener ninguna clase de poder para meterte en su tratamiento.

—¡No puedes hacer eso! —reprochó Lucas.

—Si puedo. —dijo seriamente—. Tu eres el tutor legal de Christian pero no debes olvidar que tú también tienes una enfermedad y yo soy tu tutor legal, así que puedo quitarte ese poder si considero que no estás apto para desarrollar tu tarea.

—Papá...

—Ya lo dije. Christian comenzará un tratamiento que yo estaré monitoreando y Lucas igual.

—No... No puedes hacer eso...

—Si puedo...

—¡No! ¡No puedes! ¡Esto es solo una estupidez¡ ¡Todo lo que dices son estupideces! —sus palabras fueron detenidas por una fuerte bofetada que su padre le dió haciéndolo reaccionar ligeramente. Christian reaccionó de mala manera, se levantó del sofá y agarró el brazo de Jim con fuerza mirándolo con furia, Royer un poco sorprendido por su reacción agarró el brazo.

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora