Capítulo 34: Marioneta.

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Para Royer fue como un balde agua fría, en cuanto Christian vio a Maddi su expresión triste y desesperada desapareció, lograba verlo sonreír y tener una mirada serena pero cuando la niña no lo miraba su expresión cambiaba y volvía a ser simplemente un cuerpo ambulante sin alma.

...

Al menos ahora tenía a Royer.

—Christian mira. —Maddi se acercó a él con Aby en sus brazos. Él la cargó con algo de miedo. La pequeña bebé pasó sus manos por toda su cara.

—Está más pesada. Se nota que le están dando de comer... —se interrumpió al escuchar un temeroso "papá", dicho casi en un susurró en un torpe intentó de hablar. Sus ojos se encontraron con los de Aby, esas pequeñas perlitas azules lo miraban con una boba sonrisa dibujada en sus labios. Algo dentro de él se revolvió, ¿Lo estaba llamando... papá...?

—¡Si lo dijo!— dijo—. Pase todo el día enseñándole. —algo incómodo con la situación, volvió a darle la bebé a Maddi y ella se encargó de devolverla adentro de la casa.

...

—¡Maddi joder, deja de hacer eso!— gritó Christian en cuando Maddi por quinta vez lo salpicaba con pintura.

Tres horas más tarde varios trabajadores estaban en la casa, habían sacado a Andy de su cueva antes de que la casa se llenará de personas. No era algo muy grande, la mayor parte del trabajo se iba en la cueva, allí habían más cosas que hacer. El perro de Maddi llamado Nilo, corría por todo el patio delantero de la casa mientras que ellos trataban de pintar la cerca.

Royer se quedó apoyado en su auto, mirándolos. Era tan increíble cómo una de las personas más importantes de ese estado, que tenía en su poder millones estaba pintando el mismo.

Esa era una sensación extraña, Christian definitivamente era diferente en todos los aspectos. Algunas veces Christian era una persona seria y centrada con aspecto de superioridad y demandante, aún más cuando se trataba de la empresa o algún asunto de relevancia. Pero...

Christian la miró de reojo, metió la mano dentro del bote de pintura y aprovechando que Maddi estaba distraída, sacó la mano y la pasó por toda su ropa riendo. Maddi hundió su mano en la pintura y se volteo, manchando de pintura azul claro toda la cara de su hermano, Christian queriendo venganza agarró el bote de pintura y se lo echó en la cabeza, dejándola cubierta de pintura, se levantó de dónde estaba aguantando la risa, escuchando los gritos de Maddi.

Royer sonrió negando con la cabeza. Después de todo, era un simple chico que apenas estaba comenzando a vivir.

—¡Christian! —le gritó—. ¡¿Por qué hiciste eso?! —Christian en la entrada de la casa riendo tratando de limpiar su cara con su camisa—. ¡Mira mi ropa! ¡Tardaré años en sacar esto de mi cabello!

—Y si sigues ahí llorando tardarás más, se secara.

—¡¡No estoy llorando!!

—¿No?

Maddi comenzó a caminar hacia la casa haciendo pucheros. Fue hasta la sala y agarró un bote de pintura rosada que estaba abierto y volvió afuera. Sin darle tiempo a Christian para pensar dejó caer pintura sobre él. Royer comenzó a reírse a carcajadas.

—Maldición. —se levantó histérico—. ¡Joder Maddi! ¡¿Tenía que ser rosa?! ¡¿No había otro color?! —le gritó—. ¡¿De que te ríes, Royer?! —Royer fue conciente de como la mirada de Christian cambiaba y se quedó quieto mirando al frente. Volvió la vista y miró ese auto plateado del otro lado de la calle. Christian suspiró y se volteo—. Iré a ducharme. —dijo con desgana y subió a su habitación cerrando la puerta con seguro.

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora