Capítulo 68: Inicio.

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Christian dejó el auto en el estacionamiento y subió en el ascensor hasta el piso donde estaba su casa. Al abrir la puerta se consiguió enseguida con la mirada furiosa y quieta de Lucas en medio de la oscuridad con las cortinas cerradas y un calor horrible que ahogaba todo el ambiente.

—No enciendas la luz. —dijo con una voz suave pero frágil al mismo tiempo—. Me duele la cabeza.

—Vale. —cerró la puerta y dejó las llaves en la mesa. Se quitó la chaqueta mientras avanzaba por la casa, la colocó en el espaldar del sofá y Lucas lo miró.

—¿Que quieres?

—¿Estás bien? —Lucas volvió la mirada hacia la televisión.

—No importa. —el lugar se quedó en un tenebroso silencio, jamás se había sentido así, todo era muy escalofriante que sintió un nudo en su estómago.

—Lo siento. —dijo sin pensarlo.

—No importa.

—No debí hablarte así, se que... solo te preocupas por mi pero yo...

—Se que debes hacer tus cosas, solo estaba preocupado por ti. ¡¿Porque de repente te largas y te desapareces sin decir nada?! —le gritó y se levantó del sofá apretando sus puños, Christian se asustó al escucharlo—. ¡Siempre debes hacer lo mismo! ¿Sabes cuánto me preocupo cuando te vas así? No es algo que yo controle pero me siento ahogado y nervioso, no puedo comer, me cuesta dormir, me quedo con el teléfono todo el tiempo esperando algo... —Christian se quedó en silencio, sabía lo que pasaba, se estaba desahogando, realmente lo había hecho sentir mal, Lucas no estaría mal de no ser por su culpa y su estupidez, siempre debía herirlo—. Se que estás bien, que estás haciendo tus propias cosas y que tienes con quien quedarte pero no puedo evitar pensar que en algún momento alguien me llamará para decirme que mataste a alguien o que te tiraste de un puente. No es algo que yo controle... —Lucas agarró su camisa entre sus manos y lo miró llorando—. Te quiero, Christian... todo esto lo hago porque te quiero... —se interrumpió cuando Christian lo abrazó.

—Lo se.

—Se que te molesta que te llame tanto... se que soy fastidioso y todo eso, pero si quieres que te deje tranquilo contesta cuando te llamo. Solo te pido eso, Chris... por favor...

Christian sentía el débil cuerpo de Lucas temblar entre sus brazos. Lo estrechó más y acarició su cabeza queriendo calmarlo.

...

Casi a las nueve de la noche, Félix arreglaba la cama cuando su teléfono sonó.

«¿Mañana estás libre en la mañana para desayunar?»

Ese simple mensaje logró bajarle todos los buenos ánimos que había conservado en todo el día, era desalentador y a la vez alentador. No vendría pero quería hacer algo el día siguiente. Malo y bueno a la vez. Ese jodido equilibrio que Christian lograba era desesperante.

«Si, estaré libre en la mañana», le contestó, simplemente.

«Vale, pasaré por ti. Iremos a desayunar dónde tú elijas.»

No le contestó de vuelta. No quería. Royer le había dicho que Christian se había ido a su casa y de alguna forma recordaba esa conversación de Royer con Lucas... Muy tormentosa y despiadada.

Lucas jamás dejaría de controlar a Christian.

...

Lucas terminó de preparar la comida mientras Christian miraba vídeos en su teléfono bastante distraído. Preparó un té de manzanilla para poder relajarse un poco.

—¿Que harás mañana Christian? —sacó un frasco de pastillas de uno de los cajones y volteó de reojo para cerciorarse de que Christian no lo estuviera viendo.

—No lo se... creo que no haré nada, Royer dijo que el próximo trabajo será el fin de semana. —aplastó una pastilla y la echó en la taza revolviendo suavemente junto con el azúcar hasta que se disolviera. Le pasó la taza a Christian viendo cómo este se lo tomaba.

La comida fue tranquila, Christian le habló acerca de cómo le había hecho, Lucas se mantuvo quieto y en silencio mientras miraba esa taza de té ahora vacía encima de la mesa y volvió a los ojos de Christian. Se levantó de la mesa, abrió un cajón sacando unas servilletas y las deslizó por la mesa al volver a sentarse.

—Debes comenzar a comer con más cuidado. Christian no te chupes los dedos, usa las servilletas.

—Es que está bueno.

—Cómete el plato también.

—Vale. —se levantó y Lucas lo miró llevar el plato al lavaplatos. Iba a irse pero la voz de Lucas lo detuvo.

—Lava el plato, Christian. —el nombrado giró sobre sus talones y lavo el plato.

...

Lucas abrazó el cuerpo inconsciente de Christian en sus brazos y besó su frente, arregló su cabello, escucharlo respirar tranquila y pausadamente junto a él de alguna forma extraña calmaba su interior. Al llegar a la parte de su cuello vió esa marca rojiza, sintió una fuerte molestia en su garganta, se acercó a su cuello y lo mordió, Christian se quejó levemente y de un impulso inconsciente levantó su brazo golpeando el rostro de Lucas, en ese instante logró reaccionar y vió la sangre deslizarse por su cuello. Se desesperó y con algo de nervios limpió su piel. ¿Que era lo que había hecho? ¿Que le pasaba? Sentía que se estaba volviendo loco también.

...

Christian se despertó en la mitad de la noche sintiéndose perdido, escuchó el agua de la ducha caer dentro del baño, todo el cuarto estaba oscuro y muy dentro de él logró darse cuenta de cómo su corazón latía con velocidad, estaba asustado. La puerta del baño se abrió iluminando con una luz tenue la habitación, Lucas caminó lentamente hasta la cama con una toalla en la cabeza secando su cabello. Colocó una mano en la mejilla de Christian.

—¿Que pasó? ¿Tuviste una pesadilla? —no le respondió, Lucas se sentó en el borde de la cama y empujó a Christian para que se volviera a dormir, le acarició el cabello hasta que lentamente volvió a cerrar los ojos y se durmió de nuevo—. De nuevo con tus pesadillas. Eso jamás debería pasarte, pero tú siempre debes hacer cosas para perjudicarte. Es tu culpa.

...

Félix al siguiente día miraba constantemente su teléfono viendo cómo los minutos pasaban y no había ningún rastro de Christian, fue al baño y lavó su rostro con agua fría, volvió a su cuarto y cuando vió que pasaban de las once de la mañana y aún seguía desaparecido simplemente lo olvidó. Se colocó lo primero que consiguió y salió de su casa. Subió al autobús y llegó al hospital.

...

Cuando Christian despertó pasaban de las doce, se levantó de la cama y ni siquiera terminó de despertarse para entrar enseguida en el baño para darse una ducha.

Lucas en la cocina escuchó algunas cosas cayéndose y supo que Christian se había despertado, sirvió dos tazas de café y le pasó una de esas a Jonny.

—¿No estás solo?

—No. Christian está aquí.

 Christian está aquí

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YohaLR

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora