-Lo siento jefe.
Ese hombre frente a él arregló su cabello hacia atrás, respiró profundamente mirándolo con molestia. Colocó un silla frente a él y se sentó. Sacó de su bolsillo un cigarrillo y lo encendió.
-Solo tenías que hacer una cosa, Jared. Habían personas que podría conectar a Christian con alguna cosa de lavado de dinero o algún préstamo, y podrían utilizar para extorsionar o matarlo. ¿Que hubiera pasado si Christian hubiera muerto? En teoría sería tu culpa.
-Lo siento...
-¡Cállate! Te di una sola tarea... -Jared bajó la mirada-... y no pudiste hacerla! ¡Una sola cosa tenías que hacer maldición! -pasó sus manos por su cabello-. ¡Y para la cereza del pastel le disparasté a alguien y lo mataste! ¡Se suponía que debías pasar desapercibido! ¡No debías hacer nada imprudente!
Todo el cuarto estaba en silencio. Jared tenía la mirada baja. Estaba adolorido, todo su cuerpo se sentía fracturado. Estaba sentado y amarrado a una silla solo podía percibir mil cuchillos atravesando su piel.
-Joder... -susurró y se levantó de la silla. Se acercó a la ventana-. Escúchame simplemente, si Christian se mete en algún problema por tu culpa, estás muerto, él está en el hospital, es mejor que le empieces a rogar a los de arriba que no le haya pasado nada y que este bien. Sino... Tu irás al cementerio.
...
Harri se reunió con Christian en la empresa esa tarde, no lo había visto en varios días por estar ocupado con su trabajo y la universidad. Se había enterado que le habían puesto varios puntos en el estómago en las dos heridas pero que no había pasado nada grave, Christian al parecer tenía un organismo fuerte y bastaron con unos días en el hospital para que se recuperará. Salieron de la empresa y fueron a casa. El camino fue tranquilo y silencioso.
Cuando llegaron, Christian se acostó en el sofá, sentía una fuerte incomodidad en la cintura, el dolor últimamente se había vuelto insoportable, aunque trataba de quedarse quieto el dolor eventualmente lo obligaba a moverse.
-¿Todavía te duele? -dijo Harri al darse cuenta que Christian tenía la mano en el estómago.
-Si, un poco. No importa -se pasó la mano por el cabello. Le dolía, demasiado, era un dolor irritante y desesperante.
-¿Quieres comer algo?
-Quiero... Un batido de chocolate... -susurró. Harri lo miró. Recordó las veces que lo había visto tomando uno de esos, lo hacía a menudo.
-Vale. Ya vuelvo. ¿Quieres algo más? -dijo y agarró su chaqueta y volvió a mirarlo. Él simplemente se negó-. ¿Y el dinero? -Christian se sacó del bolsillo su cartera y le dió su tarjeta-. Ya vuelvo.
Christian asintió. Escuchó como la puerta de cerraba. Soltó un pesado suspiro y cerro los ojos, miró su teléfono. Faltaban varios días para que fuera la reinauguración de la empresa, miró con duda el número del jefe. ¿Debía llamarlo? Marcó el número y se acercó el teléfono a la oreja. Repicó unas cinco veces antes de que alguien contestará.
-¿Si? -Christian se quedó en blanco al escuchar esa voz tan dulce y tranquila, miró el teléfono para verificar si había marcado el número correcto.
-Emm... ¿Hola...? -dijo con miedo. Enseguida sintió como la atmósfera cambió.
-¿Quien eres? -le contesto con voz ruda y fría. Suspiró. Esa era la voz que conocía.
-Soy Christian.
-¿Cómo conseguiste este número?
-Este... Este fue el número que me diste... -seguía sin entender. ¿Quien rayos era esa persona? ¿Tenía dos teléfonos? ¿Tenía dos personalidades? ¿Quien era?
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Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].
Teen Fiction«-¿Podrías resistir vivir la vida como realmente es, Christian?» Empezar una vida desde cero después de pasar años encerrado en un psiquiátrico sería una tarea complicada. ✨Un pequeño aviso: está es la versión ordenada de la historia de Después de t...