Capítulo 65: Paz.

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—¿Para que me querías? —le preguntó Félix mirando a Christian, él carraspeó y se enderezó en la silla.

—¿No quieres comer algo? Pide lo que quieras, yo lo pago. —Félix que se mantenía de brazos cruzados, los dejó caer y se sentó, apoyó los codos en la mesa y lo miró fijamente.

—¿Me estás invitando a desayunar, Christian? —le dijo en tono divertido, sonriendo. Christian chasqueó la lengua y resopló apartando el mechón rebelde que siempre caía sobre su rostro.

—Si no quieres no importa. —dijo y agarró el vaso de batido tomando de este, Félix sonrió.

—Vale, acepto tu invitación. —Christian lo miró todo el tiempo que duró viendo la carta para ordenar. Félix se sentaba siempre de una forma delicada cruzando sus piernas y ahora uno de sus pies se movía constantemente.

Félix pidió varias cosas para comer, Christian en un momento tuvo que quitar su teléfono de la mesa porque no quedaba espacio para colocar más.

—¿Comerás todo esto? —le preguntó algo incrédulo—. Estás aprovechando porque dije que iba a pagar.

—Ya he venido a este lugar antes. Las pedí para que conozcas algo más que batido de chocolate y pastel de chocolate.

—Me gusta el chocolate. —bebió el poco contenido que quedaba en el vaso.

—Solo come y me dices después.

—Vale.

...

—¿Que es esto?

—Son buñuelos rellenos de chocolate con galleta. ¿Te gusta? Mira prueba esto, son rollos de crema de fresa.

—Royer va a matarme por esto. —dijo y lo comió.

Después de una hora, Christian se quedó sentado mucho rato en el auto sin moverse, estaba sumamente lleno que creía estar a punto de explotarse. Respiraba lenta y profundamente, Félix se subió encima de sus piernas y sonrió.

—¿Te gustó la comida?

—Creo que ya no volveré a comer en todo el día.

—Siempre me gusta mostrarte cosas que no conoces. Es divertido. —se apoyó en su pecho—. Me gusta verte sonreír. —Christian dejó las manos encima de su trasero y Félix suspiró—. ¿Es enserio?

—No he hecho nada. —levantó las manos sonriendo—. ¿No debes ir a trabajar?

—Hoy tengo el turno nocturno.

—¿Puedo quedarme en tu casa?

—Si, claro. —sacó las llaves de su bolsillo y las dejó encima del tablero del auto—. No las pierdas que no quiero tener que pedirle al casero otro juego de llaves.

—¿Ya las perdiste antes?

—Si, ¿me llevas al hospital? —dijo dejando delicados besos en su cuello.

—¿Que me vas a dar a cambio? —hizo más presión y movió su lengua succionando en ese lugar—. Me haces cosquillas...

—¿Un bonito desayuno no te bastó? —se separó de él viendo el resultado. Una marca rojiza que dentro de unas horas estaría de un color más intenso o quizás morada porque también había logrado morder en ese lugar.

—El desayuno lo invité yo.

—Necesito caminar así que espero que te conformes.

Félix bajó de su regazo y desabrochó su pantalón sacando su miembro.

—¿Es enserio?

Christian empujó la cabeza de Félix para que metiera su miembro más profundo en su boca, lamía y chupaba perfectamente toda la extensión. Christian sonrió.

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora