Capítulo 30: Mientes.

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Cuando Christian llegó al edificio ya era tarde, pasaban de las ocho de la noche, se quedó mucho tiempo en el estacionamiento nervioso, no quería estar en la casa.

Se quedó mirando la calle mientras fumaba y pensaba en todo lo que había pasado, no quería entrar, de solo pensar en lo que podría pasar le daba nervios.

Botó la colilla y metió las manos en los bolsillos y suspiró, debía subir. De una manera u otra debía afrontar la situación, debía dejar de evitarlo. Debía hablar con Lucas. Su mente se lo pedía a gritos. No quería, le gustaría simplemente olvidar lo que había pasado. Sería más sencillo.

Sacó su bolso del asiento de atrás y fue al ascensor. Abrió la puerta y entró en la casa con sigilo, escuchó ruidos en la cocina y fue directamente a su habitación, dejando el bolso en el armario, sentándose en el borde la cama se puso a pensar, se sentía sucio de solo recordar esa noche, era frustrante cada vez que recordaba todo lo que había hecho con Lucas, cuando le pidió que lo follara, cuando se desnudó para él, cuando comenzaron a hacerlo, Lucas gimiendo, gritando, jadeando, con los ojos llenos de lágrimas, cubierto por una capa fina de sudor, el calor del cuarto, pidiéndole más...

Se levantó de la cama espantando, sintiendo la incomodidad en su pantalón, entró en el baño, jaló su cabello, bajó la mirada queriendo llorar, no se sentía capaz de salir y tener que enfrentar a Lucas, pero debía hacerlo, suspiró.

...

Después de casi treinta minutos se armó de valor y salió del cuarto, fue a la cocina, Lucas se asustó apenas lo vió. Se miraron por unos segundos, ya ambos sabiendo lo que venía.

Lucas solo pudo notar ese desequilibrio en su mirada, no sabía que tan mal estaba con lo que había pasado, pero... Al parecer no estaba nada feliz con sus acciones.

—Hola, Chris.

—Hola. —le dijo. Aunque por fuera estuviera tranquilo y quizás algo molesto. Por dentro estaba temblando, solo quería una respuesta sincera, o quizás... Que le dijera cualquier mentira para que se quedara tranquilo, cualquiera. Con eso le bastaría.

Lucas siguió cocinando tratando de ignorarlo, no se sentía capaz de hablarle, no se atrevía ni siquiera a mirarlo, todo había pasado por su culpa, apretó la mandíbula en cuanto sus ojos se llenaron de lágrimas, ya iba a llorar de nuevo, Christian se sentó en una silla y lo miró, suspiró con pesadez y por primera vez en su vida decidió no quedarse estancado.

—¿Por qué hiciste eso? —esa pregunta dejo a Lucas en blanco—. ¿Por qué lo hiciste?

—No lo sé. —susurró. Christian bajo la mirada, ¿Esa era la verdad? ¿Era la mentira? No lograba descifrar nada con esas palabras.

—¿Cómo que no sabes? ¿Tratas de jugar conmigo?

—No, no trato de jugar contigo, es solo que... No estaba pensando... —cada palabra que salía de su boca lo confundía aún más.

—¡Eso...! ¡Eso no es una justificación, Lucas! —dijo en un tono alto levantándose de la silla.

—Pero... No lo hice a propósito. Nunca quise hacer eso contigo, no se que me pasó...

Esa respuesta de alguna manera lo lastimo mucho más, su mirada cambió y parecía estar triste. Ciertamente esa no era la respuesta que esperaba. Pero... ¿Que respuesta quería? ¿Que le dijera que había hecho eso porque quería? ¿Que lo había hecho porque lo amaba? ¿Que todas esas cosas que había dicho era verdad? ¿Que sentían lo mismo y vivir felices el resto de sus vidas? Esa ya resultaba muy inmaduro, pero... ¿Por qué no podía ser sincero con él aunque sea una vez en su vida?

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora