Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].

Capítulo 36: Cierra los ojos... y llora.

2 de julio.

Royer miraba su teléfono dentro del auto de Christian, esperándolo, él había ido a traer su bolso de la oficina.

El tiempo seguía corriendo, ya había iniciado otro mes y la mirada de Christian se deterioraba cada vez más. Se estaba preocupando demasiado, había planeado para él una sesión de fotos con una marca de ropa y bastantes cosas para esa semana, quería mantenerlo distraído, sabía que si se quedaba solo probablemente se deprimiría.

Guardó su teléfono en cuanto Christian entró en el auto, lo encendió y comenzó a conducir sin decir una palabra, fue Royer el que decidió iniciar una conversación.

—¿Dormiste anoche?

—No mucho.

—¿Por qué?

—No lo sé... Lucas me inyectó el sedante y dormí toda el día pero en la noche ya no tengo sueño. —apretó el volante entre sus manos. Su mente estaba como loca diciéndole tonterías y no sabía cómo hacer para que se callara. Suspiró—. ¿A dónde debemos ir?

—Al centro, enfrente de la plaza de los girasoles.

—Genial. —dijo y giró el volante al darse cuenta que estaba yendo en la dirección equivocada.

...

Durante la sesión la actitud de Christian era otra completamente, trataba con amabilidad a los directores y además sonreía. Le asustaban esos cambios, eran tan drásticos que se ponía a pensar en todas las veces que Christian le sonreía de esa manera, ¿Solo estaba fingiendo? Pero al menos todo había salido bien.

—Eres un chico muy lindo. —le dijo la directora al terminar con las fotos. Christian bajo la mirada y sonrió—. Y tus ojos son bastante expresivos, esa es una cualidad que no muchos tienen.

—Gracias.

—La próxima semana publicaremos las fotos en la página oficial de la marca, podrás verlas dos días antes y después de eso las fotos quedarán como publicidad. Ya firmamos el contrato con Royer, son seis meses.

—Vale.

—Espero que esto también te ayude para sobresalir. Apenas estás comenzando y esta marca podría hacerte al menos un poco conocido.

Apenas se cerraron las puertas del ascensor la mirada de Christian volvió a cambiar, poniendo una mirada sería y el seño levemente fruncido.

Bajando en el ascensor Christian se quedó pensando en todo, esa sesión la había sentido diferente... Quizás había sido mucho más tranquila.

...

—No jodas. La última ronda, Malcom. —Royer entró en la oficina viendo a Christian de espaldas a él hablando por teléfono. Dejo una bolsa con dos sandwiches y un jugo de manzana—. No, no, Malcom. Recuerda que debes priorizar la apertura del taller. —Royer se sentó en una silla y miró su teléfono.

¿Otra vez estaba hablando con Malcom acerca del taller? Ese tema se había retrasado muchos meses.

—Debes arreglarlo. Necesitamos abrirlo. Espera... —alguien interrumpía su llamada. Miró la pantalla, Jim—. Te llamó después. —colgó—. ¿Jim?

«Hola, Christian. ¿Cómo te va estos días?»

—Bien.

«Hace tiempo que no hablamos.»

—Todo está bien.

«Cuéntame algo, tengo tiempo libre.», miró a Royer y salió al balcón, cerrando la puerta de este. Royer sonrió, enserio se tomaba muy enserio a Jim.