Capítulo 39: Cumpliré mi promesa.

4 3 0
                                    

Esa mañana cuando Royer despertó apenas estaba amaneciendo. Fue a la cocina y se sirvió café, no había logrado dormir bien, Christian la noche anterior había estado llorando y gritando por Lucas durante horas.

No entendía como algo así podría ayudarlos. Lucas estaba mal, Christian estaba mal, ambos sufrían sin la presencia del otro cerca, debía haber otra forma. Parecía que Jim solo los torturaba.

Tocó la puerta de su cuarto varias veces pero no obtuvo ninguna respuesta, abrió la puerta y el cuarto estaba vacío y oscuro. Buscó en toda la casa y no estaba en ningún cuarto, lo llamaba pero no obtenía ninguna respuesta.

Comenzó a ponerse nervioso, el desespero se apoderó de si en cuánto notó que el seguro de la puerta había sido quitado, vió las pisadas en la tierra que llegaban hasta la orilla del lago y desaparecían en el agua. En eso vió el cuerpo de Christian flotando casi en la mitad del lago.

—¡¡Christian!! —gritó a la vez que se adentraba en el agua.

Lo sacó del agua y lo llevó hasta la orilla. No respiraba. Comenzó a hacerle RCP, el mismo sentía su cuerpo temblar, el agua estaba fría, Christian tenía el rostro pálido, su boca muy estaba morada.

Lo miró con miedo, Christian iba a morir estando a su cuidado, joder. No podía permitir que eso pasara, lo pensó demasiado hasta que hizo lo que no quería. Tapó su nariz y respiró en su boca unas cuantas veces hasta que el cuerpo de Christian tuvo un leve espasmo y escupió toda el agua que había tragado, tosió con desesperación buscando el aire faltante dentro de sus pulmones.

—Mierda...

Jamás había sentido tanto miedo en toda su vida. Cargó a Christian hasta dentro de la casa, le quitó toda la ropa y lo secó con una toalla, estaba muy frío y temblaba, debía ponerlo en un lugar caliente rápido para que no se enfermara. Le colocó ropa nueva y lo colocó en una pequeña colchoneta en la sala cubriéndolo con varias cobijas, fue directo a la chimenea colocando varios trozos de madera y la encendió para calentar la casa.

Christian se acurrucó junto a Royer temblando agarrando con fuerza su brazo. Este se detuvo unos segundos para después suspirar y cubrirle la cabeza con una cobija.

—Tranquilo, ya estás bien.

...

Al día siguiente...

—Jim, enserio debo llevarlo a un hospital.

«Eso es lo que él quiere. Lo hizo a propósito. Sabe que es propenso a enfermarse al exponerse al frío.»

—Su fiebre no ha bajado, su resfriado sigue empeorando. Joder, debo llevarlo al hospital.

«Ya te dije que no, Royer. Encuentra a alguien que te lleve la medicina, pero no lo traigas de nuevo a la cuidad.» le cortó.

Royer maldijo por lo bajo pasándose la mano por su cabello bastante estresado, tiró el teléfono encima de la mesa, volvió al cuarto donde estaba Christian, él aún seguía temblando, se preocupaba de que pudiera empeorar, algo malo podría pasarle. Christian lo miró.

—Royer...tengo frío... —susurró. Royer apretó la mandíbula.

Había prometido cuidarlo en cualquier aspecto, debía pensar en el bienestar de Christian y si eso incluía ignorar lo que le había dicho Jim, lo haría. Solo pensaría en Christian.

—Voy a llevarte a un hospital.

Lo cargó hasta el auto y lo cubrió con una cobija, cerró todas las puertas y se subió. Colocó su cabeza encima de sus piernas y encendió el auto comenzando a conducir lo más rápido que pudo hasta la ciudad.

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora