Capítulo 18: Carga.

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—Christian necesito hablar contigo.

—¿Que quieres, Carla?

—No puedo decírtelo por teléfono. Estoy en el estacionamiento del edificio.

—Vale. Ya bajo. —guardó el teléfono, se colocó una chaqueta y salió del apartamento.

No había visto a Carla en mucho tiempo. ¿Porque quería hablar con él de repente? Bajó en el ascensor hasta llegar a dónde estaba ella. Estaba recostada en una camioneta blanca. Se acercó y la miró.

—¿Que pasa?

—Escucha... Se que no hemos hablado en mucho tiempo y es raro que me aparezca así de la nada pero no puedo seguir ocultandote esto.

—¿De que hablas?

—Recuerdas cuando terminaste con Lucas... —Christian cambio de expresión. ¿Que?

—¿Como sabes eso?

—Esa noche fuiste a un bar, ¿Recuerdas eso? —él asintió—. Vale, pues ahí estaba yo, comenzamos a hablar y yo te dije que mi novio me golpeaba y que había terminado con él... ¿Lo recuerdas? —Christian bajo la mirada. No recordaba eso—. Pues es que los dos estábamos tristes y... Pues... Pasó lo que tenía que pasar.

Christian se quedó en blanco. Había escuchado esa frase muchas veces en la televisión y nunca era para algo bueno.

—Eso no es cierto, no me jodas ahora...

—Christian varios meses después me di cuenta que estaba embarazada... —a Christian se le cortó la respiración—. No te quería decir nada porque tú tenías tu vida, estabas pasando por un mal momento y no quería estorbar. Pero ya no aguanto.

—¿Jodes? Yo nunca me acosté contigo, debes estar jugando. —ella lo miró con el seño fruncido. Abrió la puerta trasera de la camioneta. Christian vió a dos niños en los asientos—. Eso no es mío, es imposible.

—Mira al niño. —dijo con una seguridad increíble.

Christian estaba nervioso, se acercó con cautela y miró a la izquierda, había una niña dormida y al lado estaba el niño, apenas lo vió todo su mundo se detuvo, se parecía a él. Se pasó la mano por el cabello, sintiendo como toda su vida se iba hundiendo lentamente. Todo iba en fin certero. La cereza del pastel. Puso la mano encima del techo de la camioneta acercándose a ella asustandola.

—¿Y hasta ahora me vienes a decir? —ella recordó esa fría mirada, la misma que había tenido el día de la sesión—. ¿Le dijiste a alguien más sobre esto?

—No sé lo he dicho a nadie. Todos piensan que son de mi ex.

—¿Segura?

—Si, no se lo he dicho a nadie.

—Y espero que no lo hagas. —acercó su cara a la de ella mirándola detenidamente, ella percibió como su pupila a pesar de estar en un lugar con bastante luz tenía muy dilatada—. Por que podrías meterte en un gran problema. —dijo eso último y se fue.

Ella lo miró hasta que desapareció de su vista en el ascensor.

—¡Genial! —gritó—. ¡Fantastica idea Andy! —la puerta de un auto se abrió y Andy se acercó lentamente a ella.

—Sabes, no sabía que Christian estaba en esa situación... Si lo hubiera sabido no te habría dicho que vinieras.

—Me extraña. Tu siempre lo sabes todo. —se acercó a ella.

—Debo recordarte que lo haces por ellos. Si no le decías tendrías que arreglartelas tú sola. —se separó de ella y caminó hasta la puerta del auto y miró a los niños que dormían—. Hiperactividad temprana la niña y retraso el niño. Genial, pensé que eso de que era "hereditario" era mentira pero parece que no.

Darkness Behind The Glow. TRILOGÍA [DESPUÉS DE TÚ MUERTE].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora