Profesores malvados:

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Mientras los padres de Aliccie se instalaban en sus nuevos lugares de trabajo, sus primas y su hermana mayor la llevaron a conocer Londres y todas sus atracciones.

Conoció el museo de Madame Tussauds, la Torre de Londres, el acuario Sea Life, Hyde Park; vieron el cambio de guardia en el palacio real y por supuesto, hicieron compras en unos grandes almacenes. Todo menos subir a la noria. Por más que intentaron persuadirla, Aliccie se negó rotundamente.

Una tarde, la llevaron a pasear en el tren subterráneo y a conocer la estación Kings Cross, desde donde salía el tren a Hogwarts. Aunque en aquella oportunidad, usaron una de las plataformas muggles y viajaron hasta Cambridge, para conocer la universidad donde el abuelo Wladimir había estudiado; la oficina del ayuntamiento donde él y la abuela Rose se habían casado, y el edificio donde estaba el pequeño apartamento en que habían vivido, hasta recibir su título de Contador, y donde habían nacido sus tías.

Algunas veces se quedaba con sus abuelos, acompañándolos y recuperando todo el tiempo perdido:Pero también, para disfrutar de la maravillosa piscina situada en el patio trasero (Aliccie se preguntaba si ese adminiculo muggle se habría construido con magia, contratado a una empresa constructora para ello o, si había existido desde antes de que la casona fuera adquirida por los antepasados de su abuelito).

Varias semanas antes de que empezaran las clases, Aliccie fue inscrita en el mismo colegio donde habían estudiado los Zadi, y que se encontraba a un par de minutos de su nuevo hogar. El colegio tenía reglas de admisión muy estrictas y exigía sendos exámenes para poder ser parte del alumnado. Pero como Aliccie era extranjera y sus familiares varones habían estudiado allí, solo debió rendir exámenes de inglés y matemáticas.

Quince días antes de la fecha de ingreso, el colegio envió la notificación, indicando que había sido aceptada, junto con la lista de materiales y el uniforme que debía usar. Para Aliccie era una experiencia nueva llevar uniforme, puesto que siempre había estudiado en una escuela pública, por decisión de sus padres. Así que, cuando su mamá le anunció que la llevaría de compras, sintió un gran entusiasmo. 

Aunque su entusiasmo fue mucho mayor, cuando su hermana recibió su carta de Hogwarts detallando la lista de libros para ese año. Acompañaría a Cynthia al callejón Diagon, y así  podría conocer ese mágico lugar, el banco de Gringotts, y el Caldero Chorreante (la posada en donde se había alojado junto a sus primas,a su primera llegada a Londres). 

El día de la visita al callejón, Aliccie se levantó muy temprano. No había permitido que la elfina acomodara su uniforme y sus cosas nuevas para el colegio, sino que lo había hecho ella misma.

Por más esfuerzos que hiciera, los sirvientes de los abuelos seguían sin agradarle. Y aunque faltaban diez días para el inicio de clases, tenía todo preparado: El uniforme, los libros, los cuadernos; el estuche de lápices y una nueva mochila, con carrito incorporado.

Después de desayunar junto a su hermana, su prima Eugene y su mamá, rogaron a Eleazhar para que las acompañara, pero éste se negó rotundamente. De modo que, sin contar con su compañía, las cuatro mujeres, con Cecilia al volante, subieron al nuevo automóvil de la familia y partieron hacia el centro de la ciudad.

Luego de unos cuarenta minutos de viaje, y con las calles atestadas de vehículos, llegaron por fin a Charing Cross. Y aunque la fachada del edificio en donde debían ingresar, tenia un aspecto nada agradable, encontraron lugar para estacionar, justo frente a la entrada del Caldero Chorreante. 

Al verlo, Aliccie se atemorizó un poco. Y a su madre le pareció que era  el tipo de negocio en donde una dama que se preciara, jamás pondría un solo pié. Y era precisamente la razón, por la que los muggles pasaban de largo, procurando de ese modo que jamás tuvieran acceso al callejón mágico, que se ocultaba detrás de un muro, tras de la puerta trasera del lugar.

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora