El primer viaje

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Aliccie había recorrido esa estación infinidad de veces, pero nunca había considerado la posibilidad de tener que cruzar una pared entre los andenes nueve y diez como hacían su hermana y sus primas. Sin embargo estaba allí, al lado de su madre, su abuela y su hermana, esperando su turno de cruzar al otro lado, una vez que no hubiera ningún muggle mirando, porque ahora ella no era más una persona común.

Era una bruja.

Faltaban solo diez minutos para que el tren partiera a su destino, cuando Aliccie ya estaba lista e instalada en un compartimento en donde sospechó, viajaría completamente sola. Sonó por fin el silbato del conductor y el tren inició su marcha, mientras las mujeres que más amaba en el mundo, la observaban desde el andén, visiblemente emocionadas saludándola con un gesto de su mano.

Era una verdadera lástima que su padre se hubiera negado a acompañarla también. Se mantenía firme en su decisión de desentenderse de todo lo que a magia se refería, pero había dado a su hija un fuerte abrazo, la había colmado de besos y le había deseado toda la suerte del mundo. Pero se había quedado en la casona acompañando al abuelo que, se sentía muy fatigado esa mañana.

Después de varios minutos, decidió recorrer el tren, a fin de buscar algo en qué entretenerse durante las muchas horas que duraría el viaje, porque sería un viaje realmente largo. Más de lo que duraban los viajes que hacía con su familia a Cambridge o a cualquier otro lugar que acostumbraban visitar los fines de semana, para que ella expandiera sus conocimientos.

Salió del compartimento y empezó a caminar.

El tren tenía muchos vagones, su prima Eugene había calculado que un promedio de trescientos chicos viajaban hacia el colegio cada año, de modo que se tardó un buen rato en realizar su recorrido.

Había un vagón común donde no se la había permitido ingresar por tratarse de un lugar exclusivo para los prefectos de la escuela y otro donde viajaban sentados, grupos de chicos que vestían una capas negras, adornadas con un escudo de color verde, que tenía como dibujo central una serpiente de color plateado, muy distinto al que portaban su hermana y sus primas, que tenía como a un águila dorada sobre un fondo azul.

Uno de los chicos se acercó a ella para preguntarle qué hacía allí y al responderle ella que solo paseaba, le advirtió que ese lugar era exclusivamente para los de Slytherin y le preguntó a qué casa pertenecía.

-Aun no lo sé-respondió Aliccie, quien no se dejaba intimidar por nadie, menos aun por ese mocoso petulante-Pero imagino que iré a Ravenclaw. Mi hermana estudió allí-

-¿Y quién es tu hermana?-insistió en preguntar el odioso muchacho, que no tendría más de doce años, de estatura mediana, contextura fornida, con el cabello tan rubio como el de Aliccie, pero con matices anaranjados y con ojos más bien celeste claros, casi desteñidos.

-Terminó el año pasado- Aliccie ya comenzaba a sentir un poco de fastidio, de modo que no agregó nada más y emprendió el regreso por donde había llegado.

-No me respondiste-insistió el jovencito-¿A qué familia perteneces?-

Pero ya Aliccie se había alejado y lo había dejado hablando solo, y de esa manera sin saberlo, cosechó su primer enemigo en Hogwarts.

Volvía a su vagón, pensando en lo mucho que ese chiquillo se parecía a los compañeros que había tenido en el colegio muggle, cuando sintió un golpe en su espalda. Alguien la había empujado y en ese momento pensó que tal vez, había sido una pésima idea ir a Hogwarts

Pero al volverse para ver de frente a su agresor, se encontró con una chica, algunos años mayor que ella, que llevaba una capa con otro escudo que ella no conocía y que la miraba como suplicando disculpas. La muchacha era muy bonita y tenía un extraño cabello de color rosa chicle.

-¡Discúlpame pequeña!- le suplicó- me agaché para buscar mi arete y no te vi...

-No, no es nada- dijo bajando la guardia. La chica le había agradado.

Entonces la muchacha la miró como si no la hubiera visto antes y le preguntó su nombre.

-Aliccie- respondió- Aliccie Zadi.

-¡Eres la hermanita pequeña de Cynthia!- exclamó con gran entusiasmo, y le extendió la mano - Mucho gusto. Soy Dora Tonks y tu hermana era muy amiga mía-

Aliccie le estrechó la mano entonces y se alegró de haber encontrado a alguna persona agradable por fin. Aunque le pareció extraño que su hermana fuera amiga de esa chica de pelo extravagante. No por su aspecto, sino porque ésta era varios años menor que Cynthia.

-¿Donde están tus cosas?- preguntó Dora- ¿Estás con alguien o viajas sola? Porque si es así, en nuestro compartimento hay lugar para una más, y las chicas estarán felices de conocerte. Ellas también quieren mucho a Cynthia.

Aliccie no podía sentirse más dichosa. Si las otras amigas de su hermana eran tan agradables como ésta, el viaje no se le haría tan largo.

Le respondió que viajaba sola en un compartimento, dos vagones más adelante y que aceptaba su invitación. Entonces, la chica del cabello extraño abrió la puerta que estaba justo frente a ellas y la presentó al resto de las ocupantes.

Después de saludar a las tres chicas que vestían capas negras también, con un escudo de color amarillo y un tejón negro al centro, y de responder un par de preguntas acerca de su hermana, Aliccie volvió a su compartimento acompañada por Dora.

En él se habían instalado dos muchachos de cabello rojo, que eran muy parecidos entre sí.

-Hola Tonks-la saludó el que parecía el menor-¿Qué tal tus vacaciones?-

El otro muchacho la saludó también.

-No creo que mejor que las de ustedes- respondió-¿Me ayudan con el equipaje de la niña? Es hermana de Cynthia Zadi-

Los jóvenes acogieron la novedad con mucho agrado y también le preguntaron por su hermana. Por lo visto había cosechado varios amigos.

-Yo te ayudo a llevar tu baúl-ofreció el mayor de los dos- Cualquier cosa por la hermanita de nuestra amiga-.

Y diciendo esto se incorporó, tomó el baúl donde Aliccie había acomodado sus pertenencias, le alcanzó la jaula con la lechuza a la que había bautizado con el nombre de Balti. Y salió del compartimento, pidiéndole a la chiquilla que le dijera hacia qué lugar debía llevar sus cosas, mientras Dora le indicaba que la dejara instalada allí entre tanto, ella conversaba a solas con su hermano.

-Nos vemos en un momento- anunció la chica del cabello rosado y cerró la puerta con ella y el otro muchacho adentro.

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Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora