Siete Años en Hogwarts.

Thomas Feldom

Hola Diario:

Hoy recibí fotos de mi nueva sobrina, y es realmente hermosa. Ya tiene un mes y por lo que veo, no se parece en nada a la familia. Supongo que será parecida a su papá, aunque no podría asegurarlo porque no lo conozco.Es extraño porque nadie lo conoce. No entiendo por qué Alexia mantiene a su novio en secreto.

Mary dice que una bruja como ella, de sangre pura, y rica es un buen partido hasta para la más exigente de las familias de nuestro mundo, y aunque fuera un muggle, sé que mis tíos nunca se opondrían a una relación entre ellos.

Te dejo porque tengo sueño, la clase de astronomía terminó muy tarde y tengo solo cinco horas para dormir.

Para suerte de los alumnos de Hogwarts, Dumbledore declinó el ofrecimiento para convertirse en Ministro de Magia y en su lugar fue designado un amigo del anciano director. El señor Cornelius Fudge

Las últimas semanas de abril fueron frías, pero en mayo el sol comenzó a brillar como nunca y los alumnos aprovechaban cada hora libre y cada fin de semana para pasear por los terrenos del castillo. Aliccie había aprendido un hechizo sellador para que nadie pudiera leer su diario, así que ahora en vez de esconderlo en el fondo de su baúl, lo llevaba consigo a todos lados.

Ese sábado por la mañana la biblioteca estaba abarrotada de chicos de quinto y séptimo que estudiaban para rendir sus exámenes TIMO y EXTASIS, y Aliccie y sus amigos, a excepción de Williams que debía cumplir un castigo, se encontraban sentados muy cerca del lago negro.

Thomas Feldom, que desde la última salida a Hogsmeade se creía con derecho a estar entre los amigos de su prometida, se encontraba practicando para el siguiente partido de Quidditch que se disputaría en una semana más. Y Marie Anne, libre de su presencia disfrutaba del cálido sol frente al lago negro, mientras, sentada en el césped leía un libro muggle para una tarea asignada por la profesora Burbage.

Harry Spencer leía el mismo libro pero con más entusiasmo, Aliccie apoyada contra un árbol con Valery recostada sobre sus piernas escribía en su diario, y Chuck miraba al calamar gigante que asomaba su cabeza fuera del agua. Todos saboreaban un chupetín con sabor a sangre.

-¡Es una bebita hermosa!-dijo Valery, acercándole a Chuck la fotografía que tenía entre sus manos-Pero no se parece en nada a tu prima.

-Pero se parece mucho a su tía segunda -respondió este. Entregándole la fotografía a Aliccie quién la guardó entre las hojas de su diario y lo cerró-Parece más hija tuya que de Alex.

-¡No seas bobo!-espetó Marie Anne - Betsy tiene el cabello casi blanco, sus ojos son grises, y sus facciones son muy diferentes.

En ese momento el calamar gigante se zambulló en el lago con un chapoteo tan ruidoso que llamó la atención de todos.

-Creo que yo también escribiré un diario- dijo Marie Anne cambiando de tema.

-Yo pensé que eso era una costumbre de adolescentes muggles- observó Harry haciendo un alto en la lectura de su libro.

La profesora de Estudios Muggles había encargado un trabajo de dos pergaminos sobre los cuentos y novelas referidos a historias de magia y hechicería escritos por autores muggles. El libro que ambos muchachos tenían en sus manos pertenecía a un escritor norteamericano famoso por sus novelas de terror. La historia en cuestión narraba las vivencias de una adolescente víctima del abuso y maltrato de sus compañeros de escuela y del fanatismo religioso de su madre. Dicha joven descubría en un punto de su vida que tenía habilidades para trasladar objetos con poder de su mente y se vengaba de todos lo que le habían hecho daño.