Siete Años en Hogwarts.

La novia de Diggory: Capitulo 1.

Ese 3 de enero llovía torrencialmente en Londres, como si el clima acompañara el estado de ánimo de Aliccie.

Sus amigos la esperaban en el andén, pero no viajaron todos juntos. Muchas cosas habían cambiado en esos días, especialmente el 25 de diciembre.

Ni los hermanos Spencer, ni Chuck, ni Marie Anne se encontraban en el compartimento. Esta última viajaba a solas con Roger Davies, aprovechando que muchos chicos se habían quedado a pasar la navidad en Hogwarts y había muchos vagones disponibles.
Los demás, se encontraban en otro lugar del tren junto a los chicos de Hufflepuff, donde el único ausente era Cedric, que viajaba con Valery, Oliver Wood y Aliccie, en calidad de flamante novio de esta última.

Todo había sucedido muy rápido, como si fuera un sueño.

El día del cumpleaños de Aliccie, todos sus invitados llegaron puntualmente, aunque había tomado la precaución de citar más temprano a sus amigos de siempre.
Antes de tomar la merienda, les comunicó la noticia de su deserción a Hogwarts, y por supuesto, ninguno de los muchachos lo tomó a bien. Tanto así, que Harry abrazó instintivamente a Marie Anne, cuando ésta rompió a llorar. Aunque claro, pasado el momento de quiebre, ella lo apartó con brusquedad.

Una hora más tarde el resto de sus compañeros llegó, utilizando también la chimenea de la sala.
Todos vestían ropa muggle, por petición de la festejada, lo que resultó por demás, interesante.

Los magos de sangre pura, como Suzanne Fawcett, Oliver, Christian y George Stebbins, habían adquirido prendas de vestir costosísimas o demasiado formales. Como si en lugar de una simple reunión de cumpleaños, se tratara de una fiesta en el Palacio Real.

Suzanne llevaba un finísimo tapado de piel de zorro de Groenlandia, lo que ocasionó malestar en los hermanos Spencer y Valery, cuyas madres eran ecologistas.

Cedric, en cambio, vestido de mezclilla, camisa informal y zapatos de leñador, parecía un verdadero muggle.
Quien fuera que lo hubiera asesorado, había dado en el blanco con su indumentaria.

La reunión se centró en la sala, donde los elfos prepararon una mesa llena de comida dulce y salada, además de jugo de calabaza y bebidas de Cola.
Más tarde, después del pastel, los chicos decidieron bailar.

Las Brujas de Macbeth habían estrenado canciones nuevas y todos estaban muy entusiasmados por escucharlos. Incluso Tonks, que había pasado unos momentos a saludar a la festejada, permaneció largo rato disfrutando de la alegre música, mientras tarareaba las canciones, que había aprendido de memoria en pocas horas.

Entretanto, los padres y la abuela de Aliccie, desde la cocina asomaban la cabeza cada tanto para asegurarse de que todo marchaba bien.

Los chicos se comportaban correctamente, e incluso los hermanos Stebbins, que habían hecho una tregua para no estropear el festejo, se acercaron a la cocina para felicitar a Rose por la hermosa residencia.

-No sabíamos que Aliccie era rica- comentó el menor de los hermanos-. Ella nunca ha ostentado en absoluto.

Cuando el improvisado baile estaba en su apogeo y ya era evidente que nadie se marcharía aún, pese a que era hora de cenar, Chuck extrajo del bolsillo de su chaqueta (la que descansaba junto a toda la ropa similar en el armario de los abrigos) algunos casetes que había recibido como regalo de parte de sus abuelos muggles.

-Ahora escucharemos algo diferente-anunció, haciéndose con el reproductor de música que Aliccie llevó desde su habitación.

Aunque los brujos adolescentes desconocían a todos los cantantes que escuchaban, coincidieron en que su música era tan buena como la de los artistas mágicos, y bailaron durante un par de horas, ya que todos contaban con permiso para retornar a sus residencias hasta la medianoche.