La novia de Diggory. Capítulo 2.

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Al llegar a Hogsmeade llovía también.

Todos los alumnos apuraron el paso para subir a los carruajes. Los paraguas eran inútiles. Una gruesa cortina de agua caía ininterrumpidamente, haciendo que todos llegaran al castillo, calados hasta los huesos.

En el gran comedor, los recién llegados, completamente empapados, comenzaron a secar su ropa con el movimiento de sus varitas, Menos los de primer año que aún no conocían el encantamiento. Salvo Hermione.

Harry Potter y Ron Weasley, dieron una calurosa bienvenida a su pequeña amiga y a los chicos de cuarto año, los únicos entre los mayores que los saludaron y preguntaron qué tal habían pasado sus vacaciones navideñas.

Fred se levantó de la mesa con una gran sonrisa para saludar a Aliccie, pero cuando vio que esta soltaba la mano de Cedric y éste la dejaba en su mesa con un disimulado roce en los labios, se frenó en seco, borró la sonrisa de la cara y regresó a su lugar.

-Las tres señoritas de cuarto año han retornado con novio - bromeó Angelina Johnson. La novedad había corrido por todo el tren.


Los días trascurrieron uno tras otro rutinariamente.

Las clases no tenían ningún tipo de variación y los deberes seguían siendo muchos y cada vez más complejos. Lo único que rompía la monotonía del lugar, era la expectativa del siguiente partido de Quidditch, que sería jugado entre Gryffindor y Hufflepuff.

Entretanto, Aliccie hacía verdaderos esfuerzos para soportar las clases de Pociones. Aunque Snape hacía de cuenta que ella no existía.

Caso contrario era el de Harry Potter, quien además de ser acosado por el profesor y castigado en cada oportunidad que a Snape se le presentaba, debía luchar contra Draco Malfoy y sus continuos ataques verbales, mayormente por ser amigo del menor de los Weasley, a quien el Slytherin despreciaba tan solo por pertenecer a una familia modesta.

Aprovechaba cada oportunidad que se le presentaba para molestar a los dos pequeños, cuando no arremetía contra Neville Longbottom, el más tímido de todos los chicos nuevos de Gryffindor

-Por suerte durante las vacaciones no tuve que soportarlo- le dijo a Aliccie- Y a Snape rara vez se lo veía en el gran comedor. Pero ahora no me deja en paz. Hasta creo que me persigue porque, vaya donde vaya, él siempre aparece por detrás-

Aliccie no supo que responderle porque el chico tenía razón. Parecía que no había lugar donde Harry Potter no pusiera los pies, que Snape llegaba detrás de él. Y siempre buscando la oportunidad de quitarle puntos. Aunque casi siempre el motivo de su mala conducta, fuera defenderse de los ataques de Draco Malfoy y sus amigotes.

No pudo evitar sentir tristeza al mirar a los ojos al pequeño con el que tantas veces había soñado. Después de esperar todos esos años para tenerlo frente a frente, ahora tendría que resignarse a no verlo más.

¡Ojalá el pobre niño tuviera las mismas oportunidades que ella!

¡Ojalá hubiera tenido a sus padres o algún familiar que lo quisiera y se preocupara por él!

¡Ojalá tuviera también la posibilidad de marcharse de Hogwarts, e irse a estudiar lejos, muy lejos de Malfoy, el medio hermano de su adorada sobrina Betsy y lejos del profesor que lo odiaba, a pesar de haber sido amigo de su madre!

Porque ella lo había adivinado en el mismo instante en que Marie Anne pronuncio su nombre. Ella conocía la historia de la muerte de los padres de Harry Potter desde el día antes de cumplir los cinco años y conocía el apellido de soltera de aquella muchacha, porque su prima Angelie, quien había llegado a conocerla en sus primeros años en Hogwarts, se lo había dicho a toda la familia, en aquella navidad, después de la derrota del señor oscuro. También había dicho entonces que Lily Evans era una joven muy bonita, pelirroja y con unos impresionantes ojos verdes, que su hijo había heredado.

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora