Ruptura, primera parte: Entrevista en las mazmorras

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Querido diario:
Mary nos contó que su padre ha presentado la renuncia al Consejo Escolar, porque el señor Malfoy se ha integrado como miembro y obtuvo la presidencia haciendo trampa. 

Alexia tenía razón; es un tipo muy influyente y muy respetado en la comunidad, aunque para mí es un patán. Incluso consiguió que su hijito entrara al equipo de Quidditch sin siquiera presentar las pruebas, porque se supone que sabe volar en escoba desde muy pequeño. Pero lo cierto es que el señor Malfoy les regaló a todos los del equipo de Slytherin la misma escoba que yo pedí para mi cumpleaños, y por eso lo dejaron entrar ocupando el mismo puesto de Harry Potter: el de buscador. 

Yo tenía muchas ganas de traer mi escoba al colegio para que todos vean que puedo volar, e incluso pensaba pedirle a Colin que me tomara una fotografía volando en ella para enviársela a Eliana a su escuela de Salem. Pero ahora tendré que dejarla en casa para que no piensen que me han comprado la Nimbus 2001 por envidia. Y no es que me importe lo que piensen de mí: Pero sé que en seguida los chicos de Slytherin se la tomarán con nuestra casa, y ya me estoy cansando de discutir a cada momento con esos idiotas.

Sobre todo con Donovan que desde que se enteró de lo de Las Tres Escobas se la pasa molestándome.

Me voy a la cama porque me caigo de sueño. Por suerte he vuelto a dormir bien, y sin necesidad de tomar ninguna pócima.



Aunque pareciera egoísta, a Aliccie le alegró que el incidente con la gata de Filch hubiera acaparado la atención de todo el colegio.
Ella no pensaba que Harry Potter fuera el causante de que estuviera petrificada, pero el hecho de que Snape lo hubiera acusado abiertamente y sin ninguna prueba, la había enfadado de tal modo, que pudo presentarse en la siguiente clase de Pociones sin temor a enfrentarlo.

Después de la fatídica noche de Halloween en toda la escuela solo se comentaba el asunto de la Señora Norris, pero en la clase de encantamientos de quinto año, el tema excluyente había sido el hechizo de Aliccie sobre Douglas y Perkins, en el bar de Hogsmeade. 

Ella no acostumbraba usar su varita fuera de las clases. De hecho, raras veces la llevaba consigo. Por eso, a los alumnos de Hufflepuff, les sorprendió notoriamente ver a Aliccie,  atacar a dos de sus condiscípulos, a instancias de la amistad que la unía desde su llegada a Hogwarts, a la gran mayoría de los tejones (sin mencionar su noviazgo con uno de ellos).

-Eso no tiene nada que ver- decía Suzanne Fawccet, a uno de sus compañeros, mientras lo apuntaba con su varita.-Ella puede simpatizar con los Slytherin, si así le place. Y no por ello, estar obligada a hacer amistad con todos quienes pertenezcan a esa casa-
Ese comentario iba a colación porque desde el inicio del año escolar, Aliccie compartía el pupitre con Elizabeth Parker y Paul Greengras en clase de Runas Antiguas. 

 Con el último no congeniaba en absoluto y a decir verdad, lo detestaba a causa de sus evidentes muestras de elitismo. Pero el chico había comenzado a tratarla con cordialidad desde  el día del accidente, cuando la creyó muerta. Y desde entonces también, era el único junto a Elizabeth, que no molestaba a los alumnos de Gryffindor en clase de Pociones.

Para eso estaba Jason Donovan.


El profesor Lockhart había pedido autorización a Dumbledore para abrir nuevamente el Club de Duelo, y todos practicaban el encantamiento desarmador

-¡Presten atención!- exclamó el profesor Flitwick desde su escritorio al cual se había montado para ser visto por todos los chicos del salón- Para los que no están familiarizados aún con este encantamiento, les aconsejo que tengan mucha precaución-

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora