Confesiones entre amigos

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Querido diario:

Ya tengo todo listo para regresar mañana a St. Alban.

Este año no habrá cena navideña, pero si un gran almuerzo con familiares y amigos para festejar mis diecisiete años.

Eso me llena de emoción, ya que por fin podré usar la magia fuera del colegio. Además de poder usar el Mercedes de mi abuela sin ningún tipo de restricción.

Ya me siento menos triste, y estos días lejos de Severus me servirán para olvidarlo de una buena vez. Solo me concentraré en mi hermana y mi sobrina a quien podré conocer recién a fin de año.

Me despido para bajar a cenar.

PD: Alison, mi amiga de Pasadena tuvo un hijo varón. Sigue viviendo con su novio en el camper, pero así y todo, asegura que está muy feliz. Y que ser madre es lo mejor que le pudo pasar.

Yo no creo que en sus condiciones sea así. Pero bueno...


Tal y como había prometido Madam Pomfrey, Valery y Marie Anne fueron dadas de alta el jueves al mediodía y se fueron directamente a su habitación de la sala común.

Aliccie quien aún se sentía un poco triste luego de anunciar a Snape su decisión de abandonar las clases extras de Pociones, pidió a la profesora Mc Gonagall autorización para almorzar y cenar con sus amigas. Williams y Harry en tanto, tuvieron que armarse de paciencia y esperar hasta el viernes a la mañana, para reencontrarse con sus respectivas novias.

Chuck se quedó hasta el fin de semana cuando la fiebre al fin cedió.

Estaba mucho más alto y delgado que la última vez que lo vieran, y su rostro necesitaba una urgente afeitada.

Noviembre pasó muy rápido y el último día sábado se disputó el siguiente partido de Quidditch al cual Aliccie no quiso asistir. Llovía nuevamente y temió ser la siguiente en caer enferma. Aunque sus amigos sospechaban que en realidad, no deseaba ver a Cedric.

La reacción altruista de su ex novio la había conmovido profundamente e incluso por unos instantes había pensado en dejar de lado su orgullo y acercarse a felicitarlo por su incorporación al equipo. Pero era Cedric quien jamás se volvía a mirarla, ni siquiera cuando esta pasaba frente a él con sus amigas. Era habitual que saludara a Valery y a Marie Anne, pero a ella la ignoraba completamente.

―Es ridículo que sea tan rencoroso―manifestó Valery, una tarde en que se habían cruzado en la biblioteca―. Si antes de ser novios eran amigos ¿Por qué no volver a serlo una vez que terminaron?

―Por la misma razón que Oliver y tú nunca volvieron a dirigirse la palabra―intervino Williams ―. Ustedes no son más que un par de rencorosas.

― ¡Mira quién habla!―farfulló su novia―. ¿Cómo es que entonces, Suzanne y tú tampoco se saludan?

―Porque Stebbins se lo tiene prohibido―respondió Williams―. Ese pelirrojo tonto es un celoso incorregible. Y muy absorbente por lo demás.

―Ni siquiera Feldom es tan aprehensivo con Liz―intervino Chuck ― Pese a que se enfermó intencionalmente, para hacerle compañía en la enfermería.

― ¡Una vergüenza! ―dijo Valery―. Son un par de promiscuos. Una noche en que Poppy abandonó la enfermería, el muy descarado se metió en la cama de esa...descarriada.

―No son promiscuos―defendió Chuck―. Solo están enamorados, y se lo demuestran de la forma en que lo sienten.

―Además, solo estuvieron abrazados ―intervino Marie Anne―. No hicieron nada más.

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora