Aniversario

893 67 5
                                    

Casi a regañadientes, Cecilia aceptó salir a festejar su aniversario de bodas.

Los hechos recientemente revelados, la habían dejado consternada, asustada y también bastante molesta. Sobre todo cuando oyó hablar del Señor Tenebroso, y de su decisión de gobernar el mundo mágico, acabando con los que no consideraba dignos. Entre los que incluía a gente común y a familias de magos que no se pusieran a sus órdenes.

De los mortífagos cazando, torturando, y asesinando familias enteras sin piedad, lo cual había sido la causa de que la familia Zadi en su totalidad , incluyendo familiares políticos dejaran atrás todo lo que les pertenecía para refugiarse en Norteamérica, rogando a diario que, sus persecutores no pudieran dar con ellos.

¿De qué forma podría permitir entonces , que su hija, de tan solo once años, viajara sola a un lugar donde su vida corría peligro?

¡Tendría que ser una inconsciente para acceder a ello!

Decidió cancelar el festejo, amenazando incluso, con abandonar a su esposo y su peculiar familia, para proteger a sus niñas, principalmente.

Fue una tarea difícil. Pero cada uno de los miembros del clan Zadi, le hablo de manera calmada y con delicadeza para hacerla entrar en razón. La verdad era que, aun siendo una muggle, era muy querida por todos, especialmente por sus cuñadas y sus sobrinas, que en ese momento se encontraban disfrutando sus vacaciones escolares.

Fueron estas precisamente, quienes se encargaron de explicar a la sorprendida Cynthia, como funcionaba el colegio, qué materias se impartían, las cosas extrañas, espeluznantes y divertidas que podría conocer allí y sobre todo, lo seguro que era ese lugar. Esta a su vez, a pesar de lo inverosímil de toda esa situación, se mostró entusiasmada. Saber que sus "poderes" no eran algo que ella había imaginado y que, por el contrario, eran un don natural heredado de su propia familia, la hicieron sentir como si un gran peso se le quitara de encima. ¡Por supuesto que quería viajar a Inglaterra y conocer Hogwarts, el colegio mágico!

Finalmente, Dumbledore se comprometió personalmente a hacerse cargo de la niña, durante su viaje y mientras permaneciera en la escuela, hasta las vacaciones navideñas y, de ese modo, Cecilia pudo sentir un poco de tranquilidad.

Después de que el anciano se hubo marchado, lograron persuadir a Cecilia de que siguieran adelante con los planes del festejo, se comprometieron a llevar a las niñas a su residencia así ellos podrían regresar a la hora que les viniera en gana. Les hacía falta salir un poco y despejarse, de paso, Eleazhar tendría oportunidad para responder cualquier duda que ella tuviera aunque en realidad eran unas cuantas.

La reservación en restaurante era para las veinte horas, tenían veinte minutos, más o menos de viaje hasta el centro de la ciudad, de modo que, a las siete y treinta, el matrimonio se aprestaba para salir. Ella llevaba puesto un hermoso vestido azul eléctrico de mangas largas y cuello rebajado, que resaltaba aun más el azul de sus ojos. Su cabellera, rubia como el sol, lucía ahora un peinado diferente, un brushing con reflejos oscuros muy moderno.

Eleazhar no se quedaba atrás, a pesar de que ya comenzaba a lucir unas atrevidas canas, seguía siendo sumamente atractivo. Era un hombre alto, de contextura delgada, aunque fornida. Sus ojos eran de un extraño color mezcla amarillo y café, su cabello corto, levemente ondulado y de un color castaño oscuro, su piel, alguna vez muy blanca, ahora lucia curtida por el sol de tantos veranos en ese caluroso lugar, tenía la nariz aguileña y los labios ligeramente gruesos y para esa ocasión llevaba puesta una camisa negra de bambula, un pantalón blanco y un saco haciendo juego. Aun dentro de su estado de molestia hacia él, Cecilia no podía negar que seguía siendo el hombre más bello del mundo, como cuando lo había conocido hacia casi veinte años atrás.

Después de dar un beso a sus hijas, subieron al automóvil y partieron a su cita. No decían ni una palabra aunque el silencio era roto por la música que sonaba en el auto estéreo. Desde muy joven Eleazhar se había aficionado a la música muggle, Inglaterra tenía buenos cantantes y bandas de música de distintos ritmos, aunque su favorita era el rock. Su esposa, hija de artistas plásticos. Había crecido al lado de un aparato de radio escuchando música de todo tipo, incluyendo música de culto, pero su preferida también era el rock y las melodías románticas, en eso eran completamente afines. Por eso al subir al vehículo, habían encendido el aparato maquinalmente.

De no ser porque su esposo le había aclarado que él no tenía poderes a pesar de ser un brujo (qué difícil era digerir que su compañero de tantos años, su amigo de la universidad, su confidente y su paño de lágrimas era un brujo, o mago, como prefería que lo llamaran), Cecilia podría asegurar que la emisora que escuchaban había sufrido un encantamiento. Toda la música que sonaba, todas las canciones, estaban ligadas a su vida, al momento en que se habían conocido o a la época en que se habían casado. En la radio sonaba "Little Old Lady From Pasadena,"That Sunday, That Summer" (ellos se habían comprometido un día domingo el verano en que él se había graduado de la universidad), "Devil in Disguise" (ambos eran admiradores y habían llorado la muerte de aquel cantante de Misisipi, casi un año después del nacimiento de su hija menor). O canciones que habían bailado en su luna de miel. Cecilia no pudo evitar tararear "Hey Jude", la hermosa canción muggle de los chicos de Liverpool:

"Oye, Jude, no hace mal tomar una canción triste

y hacerla mejor. Recuerda dejarla en tu corazón

Entonces usted puedes sentirte mejor."

Eleazhar no pudo resistirse y comenzó a cantarla, suavemente primero y después con toda su voz:

"Na na na na na na náaaaaaaaaa...Oye Jude."

Ambos rieron y siguieron coreando esas hermosas canciones, que memoraban el momento más feliz de sus vidas. "Delilah" que habían bailado en su fiesta de casamiento en lugar del clásico vals, o "I Say a Little Prayer" que sonaba en la habitación del hotel en el preciso momento en que comenzaba su noche de bodas.

Ya con el ánimo más calmado llegaron al restaurante y después de conversar mucho y aclarar todas y cada una de las dudas que aun inquietaban a Cecilia, decidieron continuar la velada en la discoteca, tal como lo habían planeado.

El lugar estaba moderadamente concluido, por ser un día de semana, así que pudieron continuar la charla, ya un poco más animada a causa de los tragos que estaban tomando, después disfrutaron de la alegre música del lugar, bailando y riendo como en su época de solteros. Por último después de bailar algunos temas lentos como "Endless Love", que tenía una letra sumamente melosa, " Every Woman In The World", que era un tema que escuchaban a diario en el estéreo de su sala, o "Midnight Blue", una canción de hacía algunos años que interpretaba la banda inglesa de rock muggle favorita de Eleazhar, se encontraban lo bastante desinhibidos como para seguir en un lugar público.

De modo que volvieron a su casa, manejando con mucho cuidado a causa de su moderada embriagues, besándose en cada semáforo que indicaba "Stop", y finalmente entraron en su casa y culminaron su festejo como debía ser.

Amándose.

Amándose

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora