Vacaciones navideñas

642 60 9
                                    

Desde su llegada a Hogwarts, Aliccie enviaba a su lechuza a diario a casa de sus abuelos.

Su estadía en el colegio, sus nuevos amigos, las muchas tareas y horas de estudio, ocupaban gran parte de su día. Pero al caer la noche la nostalgia se apoderaba de ella.

Extrañaba mucho a su familia.
Había sido siempre la consentida de sus abuelos; y los años separada de ellos, la habían sumido en una tristeza que disimulaba a su manera, para que sus padres no lo notaran.

Desde que vivía en Inglaterra no había vuelto a dejarlos. Por eso tenía una necesidad imperiosa de saber como estaban. Sobre todo ahora, que había dejado a su abuelo muy delicado de salud.

Balti, era una mascota que había adquirido por imposición, puesto que no le gustaban los animales. Y una de las pocas cosas que no le agradaban del mundo mágico, era que no usaran el teléfono. Habría sido mucho mejor poder escuchar la voz de su abuelo y decirle cuanto lo amaba y cómo lo extrañaba. Pero no le quedaba otra opción que la de usar a su lechuza, la que parecía darse cuenta del poco cariño que Aliccie sentía por ella, porque la mordía cada vez que tenía ocasión.

Aún así, volaba diariamente llevando y trayendo mensajes.

Los padres de Aliccie la tranquilizaban diciéndole que todo marchaba bien: el médico muggle que lo controlaba, le hacía visitas continuamente. Y la nueva medimaga de la familia, su prima Alexia, lo vigilaba de cerca.

Su abuela le enviaba paquetes con dulces y golosinas, indicando que eran de parte de su abuelo, que la extrañaba y que se cuidaba mucho, para que cuando ella regresara a casa en navidad, lo encontrara restablecido, y así poder compartir esos días como lo habían hecho siempre, y no recostado el día entero en su cama.

Pero lo cierto era que Wladimir empeoraba día a día. Los tratamientos que recibía solo le alargaban la vida un tiempo más. Eran dolorosos y le provocaban muchísimo malestar. Había perdido el apetito y se fatigaba continuamente. Cuando Aliccie volviera a verlo, su estado le provocaría una gran conmoción.

Había culminado el primer trimestre y Aliccie aprobaba todas las asignaturas, al igual que sus compañeros Todos los alumnos de primero lo habían logrado, con más o menos buenas calificaciones, pero habían aprobado.

La nota más baja la tenía en D.C.A.O, y la más alta en Historia de la Magia. Mientras que el resto de sus amigos, tenían la más baja calificación en esa materia, o también en Pociones y la más alta en Herbolaria o Vuelo.

Desde el incidente con la escoba, Aliccie había sido eximida de aquella asignatura. En cambio, debía compensar esas horas con otra materia. Ella hubiera querido hacerlo en Pociones, pero la única clase que se impartía a esa hora a los alumnos de primero, era D.C.A.O, que Aliccie detestaba. Así y todo la había aprobado con un 90.

La rutina del colegio se mantenía igual, con excepción de la iniciada temporada de Quidditch. Varios chicos se postularon para formar parte del equipo, tomando los lugares que habían dejado los dos alumnos de séptimo del año anterior. Solo podían hacerlo a partir del segundo año, pero a los amigos de Aliccie no les interesaba participar de todos modos. Ellos preferían el fútbol.

En Slytherin, Thomas Feldom había conseguido la única vacante para su casa: jugaba como guardián y era bastante bueno. Y por esa razón, ahora se pavoneaba por todos lados y estaba más insoportable que nunca. Acosaba continuamente a Marie Anne, lo que provocaba constantes discusiones con su grupo de amigos, con Valery a la cabeza. Como resultado, Gryffindor había perdido veinte puntos más, estos aplicados por sus propios prefectos.

Gryffindor, no obstante,  había adquirido dos buenos elementos para su casa: uno de ellos, un chico de segundo año, llamado Oliver Wood;  amigo de Williams.
Oliver era, según la apreciación de las chicas de tercero y cuarto, el niño más lindo de Gryffindor. Tenía el cabello castaño, los ojos cafés y la piel muy blanca, pero él parecía no dar importancia a su club de admiradoras.
Solo le interesaba el hecho de que había conseguido entrar en el equipo, al igual que su prima Miranda, de quinto año, y le habían dado la tan anhelada posición de guardián. Su meta a futuro, sería convertirse en el capitán del equipo.

Siete Años en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora