Intento ignorar las dolorosas palabras de Aiden y me centro en mi familia. Están algo alterados por la situación y sólo mi madre se esfuerza en creer las palabras de Aiden. No es mi mejor momento, debo admitirlo, tengo un semblante en el rostro impropio de mí. El tema de mi relación con el chicos de ojos azules temo que se vuelva tema de debate puesto que tendría que dar explicaciones que no me apetece dar. Principalmente porque no hay relación alguna. Solo hay un acoso constante de su parte. Todos lo han comentado. Aiden ha dado una excusa estúpida para haber estado aquí y todos se la ham creído. Incluso mis amigas, a las que les confesé la verdad, se lo han creído. Este hombre debe de tener superpoderes.
-¿Donde nos quedaremos esta noche?-pregunta mi hermano rompiendo el silencio.
He escuchado su pregunta más no he podido responder. Tengo la boca seca y entumecida y pocas ganas de entablar una conversación con mi hermano. Siemplemente giro mi cabeza en su dirección y alzo una ceja, cómo si no lo hubiera entendido. Salgo de mi trance tras unos segundos de letargo y me humedezco los labios. Eso causa que dos personas me presten atención. Por una parte está mi hermano que quiere conocer mi respuesta y por otra Aiden, mi gesto lo ha puesto nervioso.
-No lo sé James, esta es una casa pequeña-respondo al fin-¿Como quieres que os alojé aquí si apenas hay sitio para nosotras tres?
Mi familia parece haberse decidido por pasar el fin de semana aquí, pero yo no estoy del todo de acuerdo. Todos se miran entre ellos buscando una solución. Siempre avisan y se quedan como mucho un día y en el hostal del pueblo. De repente la Cherry House es el lugar de moda.
-Podeis hospedaros en mi casa-dice Aiden resolviendo todos nuestros problemas. Está a cuarenta y cinco minutos de aquí, pero es lo bastante grande para todos. Incluso podeis venir Amanda, Lucy y Jane. Haremos una gran comida mañana. Se que solo sois alumnas, pero por las molestias causadas quiero remediar la situación.
La idea parece sorprender y alegrar a todos que asienten mostrando su alegría. No he estado jamás en la casa del psicópata por lo que no sé el tamaño de esta ni si cabremos todos. Todos deciden aceptar su oferta y yo también me veo obligada a hacerlo. Todos están muy contentos por la decisión que han tomado mientras que yo quiero tirarme de los pelos.
-No vamos a ir a ningún sitio-digo enfadada.
Todos parecen querer abuchearme. Quiero gritarles que salgan de su ensoñación. Que él es un criminal, que es una mala persona. Mi cuerpo se está desvaneciendo y mi cabeza va a estallar.
-Teneis que disculparme un momento-digo mareada.
Unas grandes ganas de vomitar me inundan, tengo demasiado estrés acumulado. Necesito abandonar esta estancia tan abarrotada de gente y de tensión. Subo las escaleras algo desorientada y entro en mi habitación. Después de un intento de suicidio mirar a la cara a todos no me ha sido fácil, por suerte Aiden no les ha contado nada al respecto. Me siento en la cama, todavía deshecha y fijo mi vista en el horizonte. Estoy muy cansada es cómo si necesitase dormir por días. Siento que a mi organismo le está faltando algo, pero por desgracia, no sé el qué. Me recuesto y me acomodo entre las sábanas. Es una mala idea puesto que el olor del ojiazul se cuela por mis poros haciendo sentir una sensación extraña. Inhalo el olor a metálico, el psicópata huele a alguna sustancia que conozco, pero no consigo interpretar. La puerta se abre lentamente y veo la cara blanquecina de Aiden asomar por la puerta. He perdido la noción del tiempo y no sé si es mediodía o ya bien entrada la tarde. El psicópata entra en la habitación y cierra la puerta detrás de él. Se acerca a mi, pero yo retrocedo, no quiero que se me acerque. Él levanta una ceja y me enseña una sonrisa de lado, de superioridad.
-¿Por qué te alejas?-pregunta sonriente, cómo si la situación le pareciera graciosa.
Doy otro paso hacia atrás y le dedico una mirada cargada de odio, este hombre está poniendo mi mundo patas arriba.
ESTÁS LEYENDO
Lazos de Sangre(+16)
VampireUn mundo oculto entre las sombras, acechando desde la oscuridad. Una traición, una equivocación que comenzaba siglos atrás. Una mujer dió a luz a una niña de pelo reluciente cómo el sol y ojos mas brillantes que la luna, ella desconocía la existenc...