Lazos de Sangre(+16)

XVII: No me hace gracia

Jane

Mis amigas siguen en su plan de, fiesta sin control. Están en ese momento de su vida en lo que no les importa absolutamente nada. Mañana tenemos clase y creo que no les importa, a mi hoy tampoco me importa demasiado. Así que me arreglo, me pongo una blusa y nos pantalones de cintura alta con unas cuñas negras. No me maquillo porque no tengo demasiado tiempo, Lucy es una maniática de la puntualidad en lo que a salir de fiesta se refiere. La verdad es que ellas dos han quedado con unos chicos en el bar y quieren llegar lo antes posible. Me hago una coleta alta y bajo rápido para encontrarme con las impacientes mujeres en la entrada, que están bastante arregladas a decir verdad. Emily no puede venir a buscarnos por lo que vamos en taxi, el cual nos deja justo en la entrada. Una amiga de Amanda acaba de cumplir la mayoría de edad hoy por lo que se alegra de llevar su pulsera verde en la muñeca y viene a enseñársela. Admito que el cumpleaños de una amiga, aunque sea amiga de tu amiga, es una buena excusa para meter algo de alcohol en el organismo. Entramos y Amanda se saca un par de fotos con el collar su madre le regaló el otro día. Es un gravado en plata y pone "work hard" que es el lema de Amanda y es su meta en la vida, trabajar duro para conseguir todo lo que se proponga. Su madre se lo regaló después de que Amanda se acabara el cursillo online de salud. Fue a hacer los exámenes presenciales hace poco, ahora puede trabajar como auxiliar en el centro hospitalario de vez en cuando. Ya dentro del local bebemos cómo locas hasta que las citas de mis amigas aparecen por la puerta y ellas me abandonan. Son dos chicos, no muy guapos, pero sí atractivos. Las acaban de matar de una sonrisa.

-Genial-digo en voz baja.

Me escabullo entre la gente y de repente choco con un cuerpo. Me tambaleo pero unas fuertes manos me sujetan. Veo que es mi profesor de música y me disculpo, no quiero suspender su clase por torpe. Me parece raro que esté aquí, mañana hay clase y él parece demasiado refinado para el ambiente.

-Hola Jane-dice mirándome con una sonrisa-¿Tienes un momento?

Asiento y fuerzo una sonrisa, lo sigo hasta a fuera del local por la puerta trasera. Nos quedamos cómo medio minuto mirándonos sin decir nada y la situación comienza a ser un poco incómoda. No entiendo nada, podría hablar conmigo mañana en clase.

-¿Y bien?-pregunto apoyándome en la pared-¿Puedo ayudarle con algo señor Rousseau?

Se abalanza sobre mi y junta sus labios con los míos de una forma animal, salvaje y desesperada. Una parte de mi siente repulsión por estar besando a mi profesor, pero otra parte desea que no pare de hacerlo. Y entonces mis dedos se enredan en su pelo y tiro con fuerza. Nos besamos ferozmente, con hambre. Le deseo tanto y se siente tan sumamente mal. Quiero que me haga suya contra esta misma pared, aquí fuera. No acabaremos haciéndolo aquí, pero la idea me encanta.

-Debería de soplarte los polvos ya, pero por lo visto te da mucho morbo pensar que soy sólo tu profesor-dice contra mi cuello.

Me alza y quedo sentada sobre sus caderas, suelto un pequeño grito ante el contacto tan cercano. Me carga hasta llegar a su todoterreno, creo que es un jeep. Abre la puerta trasera y me tira sobre los asientos, se acuesta encima de mí y cierra la puerta con llave. Me da igual, no tengo ningún miedo, esto es excitante. Reclina los asientos para tener mas espacio. Me quita la blusa y besa mi clavícula, este hombre es deliciosamente sensual.

-No puedo dejar que la primera vez sea sin que te acuerdes de nada-dice de repente.

Me echa unos polvos en la cara y por un momento creo que intenta drogarme, pienso y entonces mi mente se llena de imágenes de golpe y es cómo si nunca me hubiera olvidado de Aiden. Todo se vuelve extraño, como si estos días no hubieran debido existir. Entonces siento un vacío enorme en en pecho. Me embarga una sensación de soledad, de haber perdido algo y entomces lo abrazo con fuerza y me caen un par de lágrimas. Es cómo haber despertado de un coma horrible, de una auténtica pesadilla. Él antes era la pesadilla de la cual habría dado todo por salir y sin la que ahora no puedo vivir.