Apenas he tocado alguna canción en años. Mi vecino me enseñaba canciones de pequeña. Cuándo se enamoró de Irina, una hermosa mujer rusa, se fue y no lo volví a ver. Él nos mandó postales durante un tiempo pero para mí no era suficiente. Era un adulto, pero era mi vecino favorito y cuándo nos dejó, yo dejé de tocar el piano. Cuando volvió, con su mujer y su recién nacida, fue maravilloso. Volví a tocar algo el piano cuando iba a su casa y también en la escuela. La felicidad no duró mucho, Irina se llevó a la pequeña cuando cumplió tres años y mi vecino Tom desapareció.
-Lo sé, puedo escuchar tu corazón latir desde aquí-dice con una sonrisa. Exagerado...
Es obvio que ni aunque latiera a doscientos por hora se oiría. Y él no tiene un oído tan desarrollado, tan sólo quiere meterme miedo. Aunque no lo va a conseguir, no va a hacerme pasar un mal rato. Corrección: no me va a hacer pasar aún más mal rato.
-¿Que quieres de mí?-le pregunto.
Estoy tan harta de él, es un maldito loco. Me ataca y luego tan amigos, cómo si nos conocieramos de toda la vida. No tiene ningún derecho a estar aquí, vigilandome.
-Depende de a que te refieras-dice desenfadado.
Ojea unos papeles encima de su mesa y los firma. Luego los sella con el símbolo del Instituto y los mete en un sobre amarillo. Lo cierra y lo guarda en uno de sus cajones con llave. Se mete la llave en el bolsillo de su chaqueta.
-Dijiste en tu carta que sería un trato-comienzo y tomo un poco más aire aparte del que mis pulmones ya albergaban-Aunque hicieras trampas, yo te debo algo.
Me morí de miedo con las palabras que me escribió. Tenía fé de no volver a encontrarmelo nunca. En mi vida jamás había puesto tanta esperanza en que alguien desapareciera.
-Eres demasiado impaciente-me dice con el semblante serio. Me habla como a una niña- Cuándo llegue el momento lo sabrás.
Se acomoda un poco los rizos de su pelo, no tiene muchos son más más bien ondas. Es muy oscuro y sus ojos resaltan junto a ese pelo color carbón.
-Tengo otra pregunta-le manifiesto.
-Adelante-me concede el permiso.
Se cree que le estaba pidiendo pidiendo permiso. Sólo le informaba de que todavía no estaba saciada de información.
-Por favor que esto no aumente tu ego. No se me olvida que me amenazaste indirectamente con dejar morir a mis amigos-digo un un toque de rencor.
-Suéltalo ya-ordena, parece saber que voy a decir.
Cruza sus brazos y se ven aún más grandes. Me pone nerviosa que se mueva, estamos solos y podría intentar hacerme daño. Quiere hacerme daño, ya lo ha hecho.
-¿Por qué me siento atraída hacia ti?-vale que tiene cuerpo envidiable, pero la atracción no está justificada dada la situación. El ríe, no sé por qué pero lo hace-No te rías.
-No puedo contestarte a eso. No todavía-me explica-Aunque podemos decir que soy la oscuridad y que la oscuridad tiene ese toque de misterio que te atrae, siempre te ha atraído.
¿Quieres dejarte influir por la oscuridad, Jane?Me estremezco. Su voz se mete en mi cabeza y revuelve todo por dentro.
-¿Vas a matarme?-pregunto y mi labio inferior tiembla levemente.
Se toma todo a broma, como si se estuviese riendo de mí. A mi no me causa ni una pizca de gracia, es un maldito acosador. Un psicópata que me vigila y persigue a mis amigos. Sabe todo de mi, sabe lo que haré, sabe como pienso.
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Lazos de Sangre(+16)
VampirosUn mundo oculto entre las sombras, acechando desde la oscuridad. Una traición, una equivocación que comenzaba siglos atrás. Una mujer dió a luz a una niña de pelo reluciente cómo el sol y ojos mas brillantes que la luna, ella desconocía la existenc...