Le dedico el corte de manga a un grupo de guardias y me meto en la fuente con los demás. Me da igual arruinar los vestidos, mi reputación. Me lo estoy pasando bien con estas personas. Ivor se intenta agarrar a mi para levantarse y me caigo yo también. Otro grupo se nos ha unido y acabamos saliendo para irnos a correr por los jardines. Frida se ha caído varias veces, pero no parece importarle. Me comenta que proviene de una larga familia de brujas, pero que en ese momento no podría ni hacer un conjuro de los básicos con la borrachera que lleva. Uno de los chicos nuevos, Caín ha conseguido subirse a un árbol. Claudia, una de las que también acaba de unirse, está convencida de que el chico es una manzana e intenta hacer que se caiga para comérsela. No podemos parar de reírnos del panorama.
-Claudia, no es una manzana-dice Ivor tirando de ella para que deje de intentar tirar al chico-¡Lo vas a tirar!
Faltaría más, el chico se cae al suelo. Por suerte no se hace demasiado daño. Claudia se ha dado cuenta al fin de que no es una manzana y se ríe de su propia estupidez. Jugamos y corremos mientras los demás siguen al principio de los jardines. Me doy cuenta de que se me ha desgarrado el vestido. Maldigo hasta que me doy cuenta de que el de Frida está igual.
-Mientras lo hayan pagado ellos-empieza a decir la chica-Yo no voy a llorar por el vestido.
Me sonríe y me agarra del brazo. Nos juntamos todos en un merendero que hay al principio del laberinto. Descansamos un rato y volvemos a ponernos todos en pie. Nos separamos y echamos una carrera para ver quién llega antes al centro del laberinto. Yo voy con Claire. Vamos bastante rápido a pesar del alcohol en sangre y de caernos varias veces contra los setos. En un momento la vampira, que según me comenta tiene más de trescientos años, decide coger otro camino. Yo sigo corriendo y entonces alguien grita: "Escondite!" Todos le devolvemos un "A encontrarnos" y sigo corriendo. Ya no veo a nadie del grupo. Escucho unas carcajadas a lo lejos de Ivor y Claudia y me doy cuenta de que se han encontrado y deben de estar muriéndose de la risa. Sigo corriendo hasta que me topo otra vez con Claire.
-Que malas somooos jugando a esto-dice dándome un codazo suave.
Se despide con la promesa de encontrar por lo menos a alguien más y yo le digo lo mismo. Llevamos todos semejante borrachera que se escucha a la gente caerse a lo largo del laberinto. Sigo corriendo hasta que me choco con un cuerpo duro y caigo hacia atrás. Miro hacia arriba y veo al heredero de brazos cruzados.
-Este camino nunca lleva hacia el centro del laberinto. Si lo sigues te lleva directa a la parte del lago, es decir, a una salida-dice deteniéndose en cada palabra-¿Estabas intentando escaparte?
Abro los ojos de golpe. Yo no estaba intentando escaparme. Estaba intentando llegar al centro como todos y ahora, encontrar al resto.
-Estaba jugando con Ivor, Frida, Caín...
Levanta una ceja. La verdad es que lo veo algo borroso y puede que esté aún más enfadado de lo que parece. Y es Lyov, suele estar aun mas enfadado por dentro.
-¿A qué estabas jugando tú, niña?-pregunta agachándose un poco.
Me río porque me ha llamado niña. La verdad es que a pesar de tener cientos de años no parece lo suficiente mayor como para llamarme así. Ahora está de cuclillas, con las piernas levemente separadas. Sus manos, decoradas por el anillo de la boda y algunos más, descansan sobre sus muslos. Su mirada es intimidante, pero yo tengo demasiado alcohol en el cuerpo como para que me importe. Y la sangre me aporta un toque de valentía demasiado peligroso como para ser bueno.
-¿Por qué, papi?-preguntó con un puchero-¿Quieres jugar?
Se le dilatan las pupilas y yo sonrío. Levanto uno de mis pies descalzos de la hierba y lo deslizo por su muslo hasta su entrepierna. La rozo suavemente y él gruñe. Sigo haciéndolo, sé que estoy siendo cruel pero no me importa, se lo merece. Se agacha hacia mi y me agarra del cuello.
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Lazos de Sangre(+16)
VampireUn mundo oculto entre las sombras, acechando desde la oscuridad. Una traición, una equivocación que comenzaba siglos atrás. Una mujer dió a luz a una niña de pelo reluciente cómo el sol y ojos mas brillantes que la luna, ella desconocía la existenc...