XXI: Erik Drakul

8.3K 612 22
                                    

Kein se lleva a Aiden para conversar un rato y y me siento algo desprotegida hasta que Loren se acerca a mí. Camina con gracia, parece que flota sobre sus tacones kilométricos. Lleva un vestido de terciopelo rojo, corto, extremadamente corto. Un cinturón ancho de hebilla grande le resalta la cintura. Se le ve la piel, color porcelana. Tiene los labios pintados de rojo brillante y los mueve levemente hacia dentro y hacia fuera. Parece que me está examinando

-Tienes un olor exquisito si me permites decirlo-dice intentando sonar amigable.

Pero en vez de eso lo que me produce es un escalofrío. No es cómo si no me hubiera dado cuenta de que en esta sala, yo parezco la comida. Algunos de los presentes son mas sutiles que otros, pero todos me han mirado al menos una vez.

-Perdón, no quería asustarte-se disculpa-No lo decía por que seas humana ni porque estuviese insinuando que quiero hacerte daño-dice sincera y con cara de preocupación-Uno de mis dones es el averiguar cómo son las personas a través de su olor, por eso dije eso...

Y entonces me siento una estúpida por haber hecho que esta amable mujer se haya puesto tan triste y confundida. Hoy desde luego que no es mi día, esto no puede ir a peor.

-No pasa nada, yo soy una exagerada-digo regalándole una sonrisa.

-¿Exagerada?-pregunta con un tono sarcástico-Estás rodeada de los seres mas complejos y hambrientos por voluntad propia-argumenta señalando a su alrededor-Eres muy valiente Jane...y algo temeraria si me permites decirlo.

Y entonces empezamos a reirnos hasta que las puertas de la entrada se abren de golpe y toda la sala queda en silencio. Mi presentimiento se enciende, esto es malo. Aiden no está y Kein tampoco por lo que las dos nos sentimos algo desprotegidas. Un hombre de pelo rubio y vestido con un traje completamente negro, entra por la puerta. Y entonces toda la casa estalla en murmullos y en comentarios de fascinación. Lo conocen y lo veneran, eso o al menos lo temen.

-Esto es muy malo-comenta Loren-Lo siento, pero yo debo esfumarme, todo lo que tenga que ver con los Drakul me pone los pelos de punta.

Está verdaderamente asustada. La mujer fuerte y de movimientos graciles a desaparecido. Sus ojos sienten verdadero pánico.

-¿Quienes son los Drakul?-pregunto mirando hacia Loren, pero esta intenta desaparecer entre la multitud y ya no me escucha.

Intento buscarla con la mirada pero ella parece intentar esconderse. Me quedo sin aliento cuándo veo la mirada de todos los presentes fijarse en un punto justo detrás de mí, entonces me giro lentamente y lo encaro.

-La familia más poderosa que puedas imaginar, esos son los Drakul-dice el chico rubio mirándome fijamente-Erik Drakul, encantado.

Me analiza durante unos minutos que se me hacen eternos, e incómodos. Sonríe de vez en cuando y un hoyuelo se marca en sus mejillas. A medida que él analiza cada rasgo de mí, yo hago lo mismo con el. Aún así, ninguno de los dos dice nada. El hombre, no parece mucho mayor que yo, tal vez unos diez. Con estos tacones soy de su altura así que debe de medir un metro ochenta cómo mucho. Tiene el pelo dorado y algo largo, con un poco de flequillo. Tiene la piel pálida y lisa, sin nada de barba. No parece que se afeite, sino que simplemente nunca le sale barba. Esperaba encontrarme unos ojos azules debajo de sus finas cejas y gruesas pestañas pero me encuentro un par de orbes tan negros cómo un abismo. Nunca había visto unos ojos tan oscuros y fríos, parece que no tienen vida. No me inspira la confianza de Aiden, esa aura protectora que lo caracteriza, él parece más un animal hambriento apunto de atacar.

-Y no andas equivocada-dice Aiden apareciendo en la sala.

Me ha leído los pensamientos, pero podría intentar aclararme un poco la situación. Kein le sigue unos pasos más atrás y busca con la mirada a su esposa que sale en su busca cuando lo ve entrar. Los demás presentes parecen a punto de desmayarse de la tensión.

Lazos de Sangre(+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora