》VII: Harto

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Nadie se digna a contestarme. Los guardias simplemente se dedican a estar de pie como estatuas. Entro en la habitación y el que me ha acompañado espera en la entrada. Las mujeres aquí presentes son preciosas. La mayoría parecen unos diez años mayores que yo. Hay una que su aspecto se me hace tan curioso que no puedo dejar de mirarla. Tiene el pelo de color morado oscuro. Debe de ser pesado teñirse el pelo durante una eternidad. Tiene los ojos azules brillantes, pero fríos.

—¿Quién eres?—pregunto sin quitarle ni un momento la vista de encima.

Se rié delicadamente y deja la copa que tenía en la mano sobre una mesa donde hay dulces y varias jarras de cristal. También hay una botella de champán en un cubo con hielo y las respectivas copas. La chica no deja de mirarme como si esperara que le hablara.

—Margareth, me debes doscientos, te dije que me hablaría a mi primero—comenta acercándose—Soy prima de Lyov. Y Erik y yo nos discutimos el récord Drakul de más amantes. El tiene el de mujeres y yo el de hombres.

Las otras mujeres fruncen el ceño.

—Alana, yo no diría que es algo que proclamar orgullosa—dice una mujer que está semirrecostada apunto de comerse un dulce.

Le dedica una mirada gatuna y esta se calla al instante. La verdad es que yo tampoco creo que sea algo con lo que presentarse. Adriana entra por la puerta y se disculpa por haber llegado tarde. No tiene buen aspecto y espero que no sea culpa de Erik. Esta pobre chica no se merece estar con semejante monstruo. Después de lo que me ha hecho Lyov, empiezo a creer que todos son así.

—Bueno, nunca me he acostado con un Rousseau—escupe con malicia—¿Alguna de vosotras lo ha hecho? Porque sería caer tan bajo...

Retrocede y agarra un dulce de la bandeja y se lo lleva a la boca. Me mira de reojo. No me cae bien y yo a ella tampoco, pero podría hacer el esfuerzo de disimular. Las otras mujeres se presentan. Una es la madre de Erik, ha dicho el nombre del chico casi en un susurro. Por lo menos no está orgullosa de su hijo, aunque como para estarlo. Otra es la madre de Adriana, diría que es la más mayor del grupo. Igual ella no es del todo vampira, por eso está más envejecida. Queda apuntado en mi cabeza preguntarle algún día. Otras dos chicas son parientes directos de estos Drakul. Una se presenta como Eleonora y me parece muy dulce. Su hijo se llama Nain y su hija Violet. Le ha faltado enseñarme fotos. Miro a la chica de pelo castaño que está al lado de Eleonora. Tiene unos ojos preciosos color esmeralda y unas cejas gruesas. Tiene la piel algo más oscura que las demás y aunque es solo un tono, no la hace parecer tan siniestra como ellas.

Viktor y Alek.

Lo suelto en mi cabeza tan suavemente como si tuviera miedo de que se me fuera escapar. Ella, como si lo hubiera leído en mis ojos sonríe con dulzura y asiente. Nuestra complicidad se ve rota por una mujer de pelo claro muy largo que se acerca a mi. Sus rizos son densos y lleva amapolas entre ellos. Su vestido es largo y diseñado para evocar al romanticismo.

—Soy la madre de Lyov—dice con la voz pausada. Me sorprendo porque siga aquí. Creí que al haber matado al niño la repudiarían—Mi hijo ha tenido suerte incluso en esto. No viviré mucho más de estos días, pero puedo irme tranquila. Va a casarse con la mujer más bella y fértil de este mundo. Le darás un hijo maravilloso y yo no podría pedir más.

Me quedo en estado de shock. Al parecer todos están convencidos de que voy a darle un hijo y nadie le importa mucho mi opinión. Pero una boda, nadie había comentado nada de una boda. Entonces me doy cuenta de la situación. Un grupo de mujeres con champagne de por medio y muchas bolsas protectoras.

—Por favor que alguien me diga que eso no son vestidos de novia—suplico con la voz temblorosa.

Todas sonríen con ternura ante mi desconcierto. Alana en cambio no parece nada contenta con la idea, al menos estamos de acuerdo en eso. Intento caminar hacia atrás, pero el guardia que me trajo me detiene con su brazo delicadamente. Es más bien un aviso. No me está pidiendo que no salga de la habitación, me está dando una advertencia.

Lazos de Sangre(+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora