XXVIII: Lo mejor

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Viktor también ha cogido una manta y ha reclinado nuestros asientos hacia atrás, es una persona muy atenta. Estamos disfrutando de dos cafés con leche mientras hablamos de nada en particular. Me sorprende su extraña humanidad, ya no es humano, pero le gustan las cosas humanas. Me siento muy cómoda con él, me hace sentir bien. Cuando estamos a punto de aterrizar el piloto nos avisa de que tenemos que poner bien los asientos y ponernos el cinturón. El vampiro se encarga de hacer todo eso, le sonrío. Aterrizamos cuando ya es de noche, no ha sido un vuelo extremadamente largo, pero el sol ya se ha ocultado. Estamos de vuelta en Stelrose. Bueno, en el aeropuerto más cercano a Stelrose. Hoy hace mas frío que otros días. Al bajar del avión nos subimos a un BMW azul marino y, cómo las veces anteriores, Viktor es quien conduce. Las calles están inusualmente abarrotadas de gente y es que han organizado una fiesta para los niños y las calles están a rebosar de globos y guirnaldas. Los miro con envidia, esos niños siempre tendrán una vida normal. Me gustaría llamar a mi madre, sigue siendo mi madre para mi. Bajamos en la zona más urbanizada del pueblo. Abre un portal y subimos en un ascensor hasta llegar al cuarto. Salimos y el Drakul abre la puerta de un piso. No me dice mucho, salvo que va a tener que irse una semana a arreglar unos asuntos en el extranjero. No me gusta quedarme en una casa ajena, pero me vendrá bien em tiempo sola para pensar. Me enseña donde están las cosas, la comida y donde ha dejado ropa para mi. Ha cuidado todos los detalles creo que intuía que Aiden intentaría escapar conmigo. Se asegura de que esté cómoda y antes de irse deja algo de dinero en la encimera de la cocina. Me pide que no salga del piso para que no me vean ninguno de los Rousseau, de todas formas deja una copia de las llaves al lado del dinero.

-No me perteneces Jane-dice con un abrigo en la mano-Es más seguro para ti que te quedes aquí hasta que vuelva, pero si tienes que salir para cualquier cosa...hazlo.

Me dedica una leve sonrisa y desaparece por la puerta. La cabeza casi le roza el marco de la puerta, es verdaderamente alto. Debe de medir entorno al metro noventa y cinco. No me intimida en absoluto. Aunque soy consciente de que de una patada podría mandarme al infierno, sé que no me pondría la mano encima. Decido sacar mi teléfono de mi bolso y cargarlo. Cuando tiene suficiente batería lo enciendo y llamo a mi madre. Se sorprende de mi llamada. Le digo que lo sé todo, que sé que no es mi madre biológica. Se echa a llorar, creo que nunca la había escuchado llorar. Me pide perdón infinitas veces. La calmo y le aseguro que la quiero como a mi madre,que ella siempre será importante para mi. Me dice que mi hermano no sabe nada, que era muy pequeño cuando yo llegué y que piensa que soy su hermana. Confiesa que muchas veces le ha comentado que casi no tiene recuerdos de cuando éramos del todo pequeños y que yo también lo he dicho muchas veces. Se le escapa un risa triste. "Siempre os decía que pasabais tanto tiempo juntos que no era normal que no os acordarais". Ella es humana y al parecer mi hermano también. Fue madre soltera y prácticamente la obligaron a hacerse cargo de mi. A los pocos días se enamoró de mi perdidamente, me sentía como a una hija. Pero siempre fue tan distante con nosotros. Con James porque este siempre le recriminó no tener un padre. Y conmigo porque sabía que en cualquier momento un Drakul entraría por la puerta y ella no podría hacer nada. Intercambiamos palabras de amor y de perdón hasta que colgamos. Llamo a James tarda en contestarme. Lo primero que escucho es un "la he dejado". Parece que ha repetido tantas veces esa frase estos días que ni ha mirado quien lo ha llamado. Le digo quien soy y se sorprende, se disculpa. Me dice que se alegra mucho de que lo haya llamado y que me quiere. Ha dejado a Stella porque esta le ha estado poniendo los cuernos durante meses en su propia casa. La pilló en la cama con un crío de dieciséis os hace tres días. Lleva sin dormir desde entonces y tiene la voz cansada. Debe de estar destrozado, llevaban saliendo años. Me pide que dejemos la llamada y yo accedo. Antes de que cuelgue le hago prometer que comerá algo y que luego se acostará. Me promete que lo hará, aunque sea por mi. Dejo el teléfono cargando y me voy a la habitación en la que esta mi ropa. Entro en el baño y me doy una ducha larga, me ayuda a depejarme.

Lazos de Sangre(+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora