XII: Martirio

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—No entiendo que coño hace ligando al idiota ese—dice mi hermano frustrado—Es mi novia. Ya me llega con que esté detrás de ti. Y está claro que tú le golpearías con un ladrillo si pudieras.

Sólo lo abrazo más fuerte, la verdad es que a mí también me molesta. Ella se supone que debería estar con mi hermano y no ganandose la confianza de Aiden. Eso nunca acabaría bien,al fin y al cabo ella sería un obstáculo y probablemente acabaría en el hospital como Sam. Camino hacia Amanda y Lucy quienes me invitan a sentarme a su lado, están disfrutando de la tranquilidad y el buen clima. Miro al cielo, veo a Crown pasar. La observo, se ha apoyado en el muro. Tiene algo en las patas, creo que acaba de coger una presa. Me estremezco de pensar que es igual que su dueño.

¿Así acabaría Stella? Destripada en sus garras, muriendo despacio.

Quiero llorar, pero la situación no me lo permite. Meto los pies en la piscina y Aiden se gira al escucharme. Me mira fijamente y me guiña un ojo.

Será idiota.

Siento su mirada fija en mi aunque ya no esté de frente a él. Suspiro he intento mantener con calma esta situación tan extraña. Amanda no se siente para nada agusto, sabe la verdad que hay detrás de todo esto. Parece haberse acordado de lo que lo odia hace diez segundos. Lucy en cambio intenta disfrutar de lo que parece ser un tranquilo día en la piscina. Mi hermano se ha relajado un poco y se ha tumbado al lado de mi madre, en las tumbonas al otro lado de la piscina. Me pongo de pie y veo a Aiden por el rabillo del ojo. No puedo evitar reírme, su actitud me está causando una risa interna que no consigo controlar. Siento un empujón, pero me aparto a tiempo. Stella, que es quien ha intentado empujarme, cae al agua. Suelta un gritito agudo y yo me tapo los oídos. Mis amigas no paran de reírse e incluso una de ellas se tiene que tapar la boca. James está entre cabreado por las malas intenciones de su novia y destornillandose de risa por lo patosa que es. Ella sale de la piscina cabreada porque no ha conseguido tirarme. Viene hacia mí, pero Aiden se interpone en su camino. No entiendo el odio y esa actitud territorial por conseguir al macho más grande. Ella siempre me ha adorado.

—¿Algún problema?—pregunta Aiden con los brazos cruzados.

Mi hermamo se acerca a ella también bastante cabreado. Coge a  su novia del brazo y la separa de nosotros, habla con ella en bajo. Stella se está comportando cómo una cría, sin razón alguna. Es cómo si quisiera ganarse algún tipo de aprobación por parte de Aiden. Ella no sabe cómo es él en realidad, lo que es capaz de hacer. Me separo de Aiden, pero no puedo evitar echarle un vistazo a su espalda, es ancha y no tiene una sola imperfección. No tiene ningún tatuaje, eso me resulta extraño. Camino sobre la hierba en dirección a la casa, tengo la garganta seca. Entro y mis pies notan el frío de las baldosas. Camino unos metros hasta que estoy sobre una suave alfombra y suelto un suspiro de satisfacción. Encuentro la cocina y veo a una mujer sentada tomando un té. Se gira al notar mi presencia.

—Jane, que placer conocerte al fin—dice entrechando mi mano—Soy Evelyn, cuido la casa por Aiden.

Después del susto hablamos de cosas comunes mientras me da un vaso de agua. Evelyn a resultado ser muy amable, tanto que me ha sacado unas cuantas sonrisas. Pero todo se ha ido a pique cuándo el fenómeno ha aparecido.

—Evelyn, la despensa se está vaciando—informa Aiden—¿Que tal si llevas a la familia de Jane y que ellos te ayuden a hacer la compra?

Evelyn asiente y se dirige al jardín a avisar a mi familia y a mis amigas. Se presentan y a todos parece caerles genial, parece una mujer entrañable. Salen al recibidor y yo camino hacia ellos. Los pierdo de vista a medida que van saliendo por la puerta. Siento una opresión en mi brazo y me giro para encararle.

Lazos de Sangre(+16)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora