VI

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*Puse nuevos edificios en Beacon Hills, en este caso la universidad, se los digo para que no me crusifiquen*

[NARRADOR]

Roy se despertó en un lugar que no conocía, si cabeza retumbaba y sintió un horrible y penetrante olor a humedad, lo sentía mucho mas intenso que en otras ocasiones que había percibido aquel olor, esta vez era mucho mas molesto que días antes de que lo mordieran.

- Está despierto - Escuchó decir a una voz femenina detrás de él.

El de cabellos color miel miro en esa dirección, encontrándose con dos chicas, una de cabello bicolor y otra menor que esta la cual lo miraba con una sonrisa divertida.

- Así que... ¿Tú eres la nueva victima? - La chica de cabello marrón comenzó a acercarsele.

El chico miro aterrado como los ojos de la adolescente que caminaba con pasos lentos hacia él se volvían de un color amarillo brillante y sus colmillos sobre salían por debajo de sus labios. Roy intentó retroceder, pero estaba encadenado a la cama en la que lo habían recostado.

- Él no es comida, Angie - La voz del chico de la noche anterior se escuchó desde el comienzo de las escaleras - No intentes hacerle nada.

El joven alfa bajó acompañado del pelinegro, el cual miraba al recién convertido con cierta desconfianza. Stiles le dio un codazo en las costillas para que dejara de matar con la mirada al recién llegado y Sean rodó los ojos.

- ¿Yo? Nunca le haría nada - La de cabello marrón le sonrió y pasó su brazo por sobre los hombros de Roy - Solo le estaba dando una cálida bienvenida a... - Angelin dudó por unos segundos - ¿Cómo te llamabas?

- Su nombre es Roy - Respondió Stiles por él - Sera mejor que dejes tu "Bienvenida" para después y vayáis a prepararos, pronto nos iremos.

- Ow, pero yo...

- Angelin, respeta a tu alfa - La interrumpió Sean - Ahora vete.

- Uff... aburridos - La chica se fue refunfuñando como una niña pequeña mientras que Soraya caminaba junto a ella intentando no reírse de su berrinche.

- Lamentamos tenerte encadenado, es que no sabíamos como reaccionarías al despertar, pero por lo que veo estás bien - El chico de cabello color miel le sonrió a Stiles.

Ambos lobos le prestaron al recién llegado unos pantalones y una camiseta limpia, Roy acababa de darse cuenta que no llevaba nada puesto a excepción de los pantalones con los que solía dormir. Aceptó la ropa y en cuanto le quitaron las cadenas se levantó como resorte de la cama, estirándose hasta que su cuello tronó.

- Iré a vigilar a las chicas, Sean se quedará contigo... En cuanto estén listos suban para desayunar.

Roy asintió y vio como el joven alfa se alejaba escaleras arriba con una sonrisa adornando su rostro, el ojimiel se había dado cuenta de que había algo entre Sean y el nuevo beta y él, como buen alfa que quería volverse, debía asegurarse de saber que era lo que había entre esos dos y ayudarlos en todo lo que necesitaran. Eso era lo que creía correcto como líder y como amigo. Cuando finalmente Stiles cerró la puerta Roy soltó una pequeña risita y se vistió rapidamente, estaba realmente hambriento.

- Hey, quería agradecerte por lo de anoche - Dijo el de cabello color miel mirando al mayor.

- Ni lo menciones.

- Lo digo en serio, si tú...

- Enserio, ni lo menciones - Repitió Sean - Si se lo dices a alguien te golpearé.

- Está bien... chico rudo - Volvió a reír Roy.

Cuando finalmente todos ya estaban vestidos el reloj marcó las 7:00 AM, el alfa y sus betas estaban sentados en la mesa del comedor comiendo sus desayunos como un grupo de animales salvajes. Cuando el desayuno fue finalmente devorado y la cocina estuvo limpia, el joven alfa, Sean, Angelin y Soraya se fueron caminando hacia la escuela de Beacon Hills, Roy se había quedado para que Ana le mostrara la casa y para luego irse a la universidad a cumplir con sus siete horas de clase. Stiles debía avisar que retomaría sus clases y Sean iba inscribir a las chicas para que retomaran el tiempo perdido, Soraya había repetido un año y su madre había insistido en que lo terminara para tener el diploma y poder conseguir un trabajo. Aunque en la opinión de Sean era innecesario que ellos tres regresaran a la escuela, ya que con el dinero que él tenía podía mantenerlos por el resto de su vida, pero él respetaba las decisiones de su alfa.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora