La Manada Stilisnki

Temp III / Cap XIV

[NARRADOR]

La manada estaba nerviosa, ambas manadas lo estaban. Todos se encontraban terriblemente preocupados de que Alec no apareciera por ningún lado.

Según los betas de Nikolai, eso no era normal. El alfa y el Wendigo siempre peleaban, también pasaba eso de que siempre que peleaban Alec se iba. Pero nunca por tanto tiempo, y ya habían pasado cuatro horas.

Nikolai no demostraba lo preocupado que estaba. Aunque Stiles pudo notarlo cuando el otro alfa interrogó a Maicol y a Maverick.

— Ya te lo dijimos –Repetía Maverick cansado.— Alec estaba bien, no se veía descontrolado, hablaba, reía e incluso fumó con noso...

Al darse cuenta de lo que acababa de decir, el jaguar se cubrió la boca con ambas manos. Maicol le miró mal, acababa de delatarlos a ambos.

— ¿Fumando de nuevo? –Gruñó Sean, el cual solo estaba allí para ayudar a Stiles si el interrogatorio del ruso se salía de las manos.

— A ninguno de nosotros le va a dar cancer, gruñón –Le recordó Maicol.— Y si, Alec estaba fumando tranquilamente con nosotros hasta que escuchamos aullar a Stiles y regresamos a la casa.

— Yo no aullé.

Los presentes miraron al ojimiel.

— Si lo hiciste –Le dijo Sean.— Yo también te escuché, los demás igual.

Stiles negó rápidamente con la cabeza, desconcertado.

— No, chicos –Negó nuevamente.— Yo no aullé, estaba con Derek quitando trampas. No aullé.

— ¿Entonces quién lo hizo? –Preguntó Maverick, sin entender muy bien lo que ocurría.— Porque, quien quiera que fuese, sonaba exáctamente igual que tú.

El de cabello castaño puso una mueca de niño perdido. Porque la verdad es que realmente estaba perdido en aquella situación, no entendía nada de lo que estaba ocurriendo y los demás no ayudaban ¿Primero le dicen que el Wendigo desapareció y ahora que le escucharon aullar? El día estaba cada vez más loco.

— Denle un poco más de tiempo –Opinó.— Si para cuando oscurezca no regresa, salimos a buscarlo. Pero quizás solo se entretuvo con algo.

La idea le pareció bien a Nikolai. Aunque de todas formas salio de la casa de la manada Stilinski, diciendo que iba a buscar en las cercanías.

No pasaron ni cinco minutos antes de que le escucharan aullar a todo pulmón repetidas veces.

Cada aullido ponía peor a ambas manadas, los cuales ya estaban realmente preocupados.

Derek lo notaba porque Stiles había comenzado a hacer esa cosa que hacía con los dedos cuando estaba nervioso. Eso mismo que le había visto hacer tantas veces.

Se estaba acercando cuando vio a una de los gemelos llegar para darle al bebé. El cual lloró hasta que Stiles lo apegó a su pecho.

— ¿No tienen idea de dónde pueda estar el chico?

El ojimiel le miró cuando le escuchó hablar. Una vez procesó la pregunta, negó con la cabeza.

— Si no vuelve en un par se horas, saldremos a buscarlo –Le informó Stiles.— Espero que vuelva.

(...)

Pasaron las dos horas y, trágicamente, Alec no apareció. Por lo que ambas manadas se dividieron en grupos para salir a buscarle.

Stiles iría con Alejandra, los gemelos, Sean y Derek a buscar en el bosque. Mientras que Nikolai iría con algunos de sus betas, Brad y Roy a buscar en el pueblo. Luego estaban Scott, Sebastian, Maicol y Maverick, que irían al pueblo vecino a buscar. El resto se quedaba en la casa, al cuidado de Ana y Peter.

En un principio, el bosque estaba en calma. No había nada que pudiera considerarse extraño o peligroso. O al menos eso creyeron los primeros veinte minutos de búsqueda.

Cuando comenzaron a escuchar correteos alrededor de ellos, supieron que algo andaba mal. Una bombs de humo que les hizo alejarse los unos de los otros se los confirmó.

Cuando el humo comenzó a cerrarles la garganta se separaron, Stiles intentaba encontrar distinguir si la silueta a dos metros de él era Sean o Derek forcejeando con alguien cuando vio a Alejandra ser arrastrada por una cadena enroscada alrededor de su cintura.

La chica gritó mientras era arrastrada a gran velocidad por alguien que seguramente tenía mucha fuerza. Stiles no dudó en comenzar a correr detrás de ella, en un intento por ayudarla.

La chica intentaba frenarse aferrándose a todo lo que tuviera a mano mientras le gritaba a su alfa que por favor la ayudase.

El castaño pudo ver a un chico con pasa montañas aparecer desde detrás de un árbol y apuntarle a la chica con una escopeta.

Stiles cambió la dirección de su carrera hacia el chico y saltó encima de él. Rodando ambos por el suelo hasta que Stiles quedó encima y le clavó las garras en las costillas para que el sujeto soltara la escopeta. Aunque también consiguió que soltase un alarido de completo sufrimiento y dolor en cuanto sus garras se abrieron camino hasta chocar contra una de las costillas.

— ¿¡Quién mierda eres!? –Le gritó, o más bien le rugió, al desconocido.

Cuando Stiles estuvo a punto de destaparle el rostro, una bala le reventó el hombro izquierdo. Haciendo que gritara de dolor y ablandara el agarre en el chico, el cual se lo quitó de encima de una patada.

Stiles cayó hacia un lado, viendo como otro hombre con la cara cubierta llegaba y ayudaba a que el chico se levantase.

El que antes había sido atacado por Stiles cogió su escopeta y le apuntó al ojimiel, el cual no creía poder moverse por la herida sangrante.

El castaño no cerró los ojos cuando vio el cañón de la escopeta a pocos metros de su rostro.

— No lo hagas –La voz del otro hombre era grave.— Este va a morir envenenado.

El que le apuntaba tardó unos dos minutos que a Stiles se le hicieron eternos en asentir y dejar de apuntarle.

— Dulces sueños, chucho.

La parte trasera de la escopeta del chico chocó contra su rostro y, para Stiles, todo se puso negro.

NOTA DE LA AUTORA:

Se fue todo a la mierda de nuevo ¡Ahora se llevaron a Alejandra! ¡Alguien haga algo, joder! ¿Quién se está llevando a las criaturas? Tendrán que esperar para averiguarlo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.