Temp III / Cap XXXIX

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[NARRADOR]

— ¡Ya basta de pelear ustedes dos!

— ¡Es su culpa!

Ya era la tercera vez en el día que Derek le gritaba a los gemelos. No entendía cómo Stiles los soportaba si estaban todo el día peleando entre ellos o con alguien más. Entendía que les gustara hacer bromas, pero ya se estaban pasando de la raya al punto de que había tenido que evitar que los golpearan.

Los únicos que estaban tranquilos eran Percy y Angie, los cuales estaban muy ocupados abrazándose mientras veían televisión como para preocuparse o participar en lo que ocurría a su alrededor. Alejandra peleaba con Maicol y Maverick por la última cerveza mientras que Brad intentaba por todos los medios llevarse a Sebastian a algún lugar menos concurrido. Cosa que no estaba logrando porque el chico de las gafas estaba más concentrado en impedir que su amigo se enfureciera de más y comenzara una pelea.

Un auto se detuvo frente a la mansión Hale y pudo saber que se trataba de Stiles y los demás porque Angie y Percy se separaron casi como si el contacto les quemara. No supo el por qué de ese comportamiento hasta que la puerta se abrió y el primero en entrar fue Sean, el cual iba directo hacia el novio de la joven beta.

Percy retrocedió mientras el mayor se le acercaba, Sean se detuvo a apenas unos pasos de él.

— Ya déjalos en paz –Pidió Roy, entrando detrás de él. El rubio fue hacia Sean y le dio un beso, empezando a enojarle hacia el otro lado de la sala.— Son adolescentes aún, dales tiempo.

— ¡Derek! –El mencionado sonrió al escuchar su nombre ser chillado por esa voz aniñada. Se dio la vuelta justo a tiempo para atrapar a Demian, el cual venía corriendo hacia él.

— Hola enano –Le dijo con una sonrisa.— Feliz cumpleaños.

El niño sonrió en sus brazos, era adorable. No entendía cómo en algún momento había sido una enorme criatura que casi mata a Stiles.

Hablando del rey de Roma, Stiles entró seguido de la manada McCall y sus demás betas. Todos venían cargando cosas.

— Ya hablé con Nikolai –Dijo mientras entraban e iba a la cocina.— Él y Alec no van a poder venir, siguen de luna de miel.

— ¡Mia, mi amor! –Mikaela fue corriendo hacia su novia, la cual rápidamente le pasó la bolsa a Aspros para no romper nada antes de abrazar a su novia.—Te extrañé muchísimo.

— Se fueron por menos de dos horas, no seas tan dramática –En respuesta a lo dicho por Brad, Mikaela le sacó la lengua.

— Dejen de discutir y pónganse a ayudar, que ya no son niños.

Todos desviaron su vista hacia Ana, la cual bajaba del segundo piso seguida de Peter. El cual cargaba a Talia.

Derek veía a su tío y no podía creerlo. Habían pasado cuatro años desde que lo suyo con Ana se había formalizado, pero verle ahora con un anillo de bodas y un bebé en brazos era un nuevo nivel de raro. Sobre todo porque había pasado de despreocupado a extremadamente sobreprotector con su cachorra de solo dos meses.

Ana, por su parte, era quien parecía tener más control en la relación. Derek no sabía como eran en privado -tampoco quería saberlo porque se trauma-, pero en las reuniones la pelirroja siempre se encargaba de mantener a Peter a raya, lo cual era difícil, porque Peter podía ser muy infantil.

Comenzaron a poner todo en su lugar. Derek ayudaba lo más que podía, aunque no hacía mucho porque Demian no quería bajarse de sus brazos. Ese día se cumplían cuatro años desde que el estaba en la manada Stilinski, tres años y un mes desde que él había comenzado una relación con Stiles y era considerado el otro padre de Demian, aunque el niño no le llamaba papá.

El joven alfa se le acercó y le dio un beso, lo cuál le sacó de sus pensamientos.

— ¡Papá! –Stiles bajó la vista al niño y le besó la frente.

— Ya cuatro años, campeón –Le dijo como si fuera un elogio.— Estás creciendo demasiado rápido.

— Un par de años más y será un imán para las chicas –Dijo Maicol desde la cocina.

Derek se permitió reír bajo. Era verdad, Demian era rubio, de piel pálida y ojos oscuros, tenía facciones marcadas para ser apenas un niño, estaba seguro de que sería un Don Juan, y no lo decía solo porque lo considerara su hijo.

Los únicos problemas que tenían era que siempre estaba ese miedo a hacer algo mal. Esa incertidumbre de que la humanidad de Demian dependía plenamente de Stiles, si algo iba mal, volverían a tener un Hellhound con sed de sangre suelto. Además de que Deaton ya les había dicho que si eso ocurría, iría directo a matar a Stiles. Derek estaba seguro de que ninguno de ellos sería capaz de matar a Demian después de tantos años, no importaba si el niño dejaba de ser un niño para pasar a ser un monstruo.

Además de eso, el niño ya había comenzado a desarrollar algunos poderes. Los berrinches era lo que más se evitaba porque siempre que ocurrían había que llamar a Parrish para que nadie acabara quemado o arañado. Por suerte, Demian era un niño bastante tranquilo.

Los preparativos para la fiesta que se haría ese día continuaron. Lydia mandoneaba a todos para que hicieran lo que ella decía. Ella organizaba la fiesta, después de todo.

La fiesta era para Demian, pero el niño se durmió a eso de la una de la mañana. Por lo que los demás siguieron festejando sin él.

Stiles se encontraba acostado al lado del niño, la mano de este cerrada en torno a sus dedos impidiéndole marcharse. Derek le había dicho que acostara al niño en su cama. Eran pareja, pero aún no vivían juntos. Más que nada porque Stiles iba, junto con varios de los demás, a la universidad. Aquella reunión eran algo que hacían en las mini vacaciones que les daban entre un semestre y el siguiente.

— ¿No vas a bajar? –Alzó la vista hacia Derek, el cual estaba entrando a la habitación. Le mostró la mano que tenía siendo aprisionada por el infante.— Oh... Te tiene atrapado.

— Así es –Asintió riendo mientras veía como Derek se acomodaba al otro lado de la cama. Demian quedando entre ellos.— No creo que vaya a soltarme en un buen rato. De todas formas, ya estoy un poco cansado de la fiesta.

— Ya somos dos –Repuso Derek.— Creí que mañana podrías dejarlo con Peter y podríamos irnos, solo nosotros dos.

— ¿Me estás invitando a una cita? –Stiles alzó una ceja, divertido, en los tres años y un mes de relación que llevaban nunca habían tenido citas.— No lo sé ¿No será mal visto que un alfa salga con su beta? Podrían pensar que te quiero más a tí que a los demás.

— Me quieres más a mí que a los demás –Le aseguró Derek, había un tono de posesividad en aquella frase.— Además, antes de ser mi alfa, eres mi novio. Así que puedo invitarte lo que se me antoje.

Stiles se puso en una posición algo incómoda, pero en la cual llegaba a besar a Derek a pesar de tener al niño entre ellos.

— Me encantaría salir con mi beta favorito –Dijo, contagiándose de la sonrisa que esbozó Derek.

NOTA DE LA AUTORA:

Nos acercamos al final chicos, ya tres temporadas y muchos capítulos. Tiene que llegar el final.

Lamento haber estado sin actualizar, es que estaba realmente bloqueada.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora