Temp II / Cap XXI

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[NARRADOR]

Rugidos, jadeos, choques, caídas y gritos de dolor eran todo lo que se escuchaba en el bosque, pero a pesar de la batalla por el territorio que se estaba desarrollando allí ningún humano llegaba, allí solo se encontraban los alfas de las manadas. Matándose entre sí con todas sus fuerzas mientras intentaban hacer caer al contrario.

Los betas habían sido dejados de lado por orden de ambos alfas, ahora en el centro de la pelea solo se encontraban Scott y Stiles, ambos mirándose con los ojos inyectados en sangre y sus cuerpos sudorosos. Ambos corrieron hacia el contrario y al chocar clavaron sus garras y dientes en los cuerpos ajenos, sangre comenzaba a brotar de cada una de las heridas para luego tardar en cerrarse.

Ya no eran niños jugando a los soldados de guerra, hace muchos años lo habían sido, pero las cosas habían cambiado. Ahora ellos dos eran como animales peleando por un trozo de carne, aunque este caso sería por un trozo de territorio, pero ambos estarían mintiendo si dijeran que eso era todo. Ellos peleaban por sus orgullos, por la necesidad de demostrarle al contrario que no eran débiles.

Nuevamente se alejaron el uno del otro para recuperar un poco del aliento perdido.

- ¿No te vas a rendir? - Preguntó Stiles con voz burlona.

- Para nada ¿Tú?

- Ni en tus mejores sueños, Scotty.

Volvieron a rugir y se prepararon para correr hacia el contrario, pero en el centro del campo de batalla no llegaron ni a tocarse. Un terremoto, algo que nunca había ocurrido en la historia de Beacon Hills, sacudió la tierra debajo de los pies de las criaturas sobrenaturales.

Una grieta comenzó a abrirse en el suelo, separando a ambas manadas. De esta enorme grieta comenzó a salir una enorme cantidad de aire caliente, por lo que todos los presentes se alejaron, un resplandor iluminó los alrededores segando a las criaturas y un rujido llenó el bosque, haciendo que los animales escaparan aterrados. Ambos alfas miraron hacia la grieta cuando la luz y el humo comenzaron a disiparse, de esta venían lamentos horribles y agudos que les provocaban dolor en sus oídos. Todos se cubrieron cuando de repente la Banshee de la manada Hale-McCall soltó uno de sus alaridos, siéndole fiel a los gritos agudos de su raza.

La chica miraba en dirección a la espesura del bosque, sus ojos se encontraban perdidos en la lejanía y no paraba de gritar hasta que su garganta se quedó sin fuerzas y ella cayó rendida e inconsciente al suelo.

- El Nemeton - Murmuraron ambos alfas al mismo tiempo.

Se miraron por un segundo, se gruñeron y ambos comenzaron una carrera hacia aquel resto de lo que una vez fue un poderoso árbol, aunque esa cosa seguía atrayendo criaturas malignas e increíblemente poderosas. La grieta se hacía mas grande a medida que se acercaban, provocando que el humo nublara los sentidos de ambos y les diera problemas para respirar; pero no tenían planeado detenerse en ese momento, eso sería darle la victoria al contrario.

Llegaron junto al tocón ambos al mismo tiempo, pero se quedaron paralizados al ver que la grieta había partido el Nemeton a la mitad, desde el centro de la grieta y entre el espeso humo negro se veía a una figura.

- ¿Derek? - Preguntó Scott viendo la figura tan canina pero de tamaño considerable.

- No es Derek - Murmuró Stiles con terror.

El humo se disipó y finalmente consiguieron ver de qué se trataba: Una criatura de figura canina, grande y delgada, similar a un lobo; con un pelaje blanco y dos pozos negros como ojos, literalmente sus ojos eran dos pozos negros porque en lugar de tener pellejo o pelaje en su cabeza era solo una calavera manchada con sangre y la cual les gruñía.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora