Temp II / Cap XVIII

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Maratón pascua 2/2

[STILES]

Me encontraba en casa de la manada, estaba tirado en el suelo del sótano; había quedado exhausto luego de haber llamado a Lydia, a Allison, a Jackson e incluso a mi padre para pedirles que no dijeran donde quedaba la casa. Por alguna razón Withennmore se disculpó varias veces, con él me encontraba hablando en ese momento.

- Lo siento, Stiles. No pensé que te llevaras tan mal con McCall, pensé qur exagerabas - Continuaba disculpándose.

- Jackson, no sé por qué te disculpas.

- Yo le dije a Scott que tenías mas betas.

- ¿¡Que hiciste qué!? - Las paredes del sótano temblaron.

- ¡Lo siento mucho! - Volvió a disculparse - Se me escapó de la nada, no pensé que afectaría en algún sentido.

Solté un bufido y me pasé una mano por el rostro, aun a través del móvil podía escuchar su corazón latiendo como si estuviera a punto de sufrir un infarto, por eso no pude enfadarme con él.

- Está bien, Jackson. No hay problema - Suspiré mientras decía eso - Solo no digas nada mas, si te preguntan algo mas tú no lo sabes ¿Okay?

- Okay. (Bajo la misma estrella :v)

Luego de eso colgué la llamada y arrojé mi móvil hacia donde teníamos un colchón ¿Por qué hay un colchón en el sótano de la casa? Pues porque cuando Brad o Peter molestan mucho los encierro aquí, y ninguno de ellos se puede quejar, porque luego Ana baja a dejarles comida.

Me quedé mirando el techo, unos cuantos lamparones de humedad estabas desquebrajando la capa de pintura que cubría el hormigón, no me preocupaba, era solo un sótano. No es como si fuera a hacer reparaciones allí, además de que aun nos replanteábamos mudarnos.

- Stiles... - La voz de Soraya me llegó desde el pie de las escaleras, me puse de pie - ¿Puedo pasar?

- Ya lo haz hecho - Respondí con obviedad - ¿Qué ocurre?

Mi beta bajó las escaleras, quedando a un metro de mí, mantenía la cabeza baja pero en su expresión notaba que algo le molestaba. Por lo cual la miré extrañado.

- ¿Estás bien? - Le pregunté.

- Lamento lo de antes... - Comenzó a disculparse - Es solo que... todo ha cambiado mucho, mi madre y yo nos mudamos aquí de la nada, y cuando por fin consigo amigas tengo que alejarme de ellas. No sé, supongo que me fastidia que pasen tantas cosas.

Relajé mis músculos y me acerqué a ella, colocando mi mano en su hombro; le sonreí amablemente mientras pensaba bien qué decir.

- Te entiendo - Fue lo primero que se me ocurrió - He pasado por cosas así también, cuando aun era humano me ponía furioso que Scott fuera un lobo y que yo tuviera que seguirle. Pero entendí que para eso están los amigos y que ese era mi papel en la amistad, ser algo así como Batman y Robin.

- ¿Entonces por qué van a pelear? Se supone que eran como Batman y Robin.

La pregunta me tomó por sorpresa, como si de repente alguien me diera un puñetazo en el centro del rostro. Incluso luego de que Soraya se fue me quedé pensando en eso ¿Por qué ibamos a comenzar una pelea? Ni siquiera yo lo sé, solo sé que cuando me enteré de que Scott me consideraba inferior a él me enfurecí; aunque tardé mucho en darme cuenta de eso. El solo pensar en que mi mejor amigo y hermano de otra madre me menospreciara me enfurecía.

No tengo una razón exacta por la que vayamos a pelear, menos aun tengo intenciones de hacerlo. Por eso dejaré a mi manada fuera de esto, por eso si en algún momento Scott busca el enfrentamiento yo lo enfrentaré solo. No quiero que nadie salga lastimado.

(...)

Derek se encontraba en la veterinaria de Deaton, el Druida le había llamado para hablar acerca de su perdida de jerarquía, osea que él dejara de ser un alfa. Aunque el pelinegro ya sabía por qué era, Alan solo quería asegurarse de que no le había ocurrido nada malo, pues aunque no lo dijera nunca él le había prometido a Talia, que Dios la tenga en su gloria, que protegería y ayudaría a los hijos de esta. Y como Cora casi nunca estaba, por lo menos iba a cumplir su promesa ayudando a Derek.

Estaba revisando al pelinegro cuando Lydia entró por la puerta hecha una furia, ninguno de los dos hombres sabía por qué estaba así.

- ¡Aquí te quería encontrar! - Caminó hacia Derek - ¿¡Cómo puedes ser tan mierda!? ¡No se te ocurra siquiera lastimar a Stiles!

- Lydia, espera - El Druida la frenó antes de que intentara golpear a Derek - ¿Puedo saber a qué te refieres?

- ¡A que ÉL me envió un mensaje por error diciéndome que tenía a Stiles encerrado! ¿¡Dónde está!?

- ¿De qué estás hablando? - Derek cada vez entendía menos - Yo no sé donde está Stiles y menos lo tengo encerrado ¿Has visto a su manada? No podría ni acercarme a él con intenciones de hacerle daño.

- ¿¡Entonces qué es esto!?

La pelirroja sacó su móvil y se lo mostró al lobo, este leyó claramente el mensaje que al parecer había sido enviado desde su propio móvil.

"Scott, tengo a Stiles encadenado aquí. Ven a verme ahora mismo."

Y luego dictaba una dirección que a Derek no se le hacía para nada familiar.

- ¿Qué demonios...? - Fue lo único que atinó a decir - Os juro que no he sido yo - Se defendió.

- ¿Entonces quién?

- No lo sé, Lydia. Créeme que si lo supiera no estaría aquí - Dijo con obviedad el lobo - Pero yo no he sido, alguien debió coger mi móvil o algo.

- ¿Si no fuiste tú quién fue?

- O mas importantes - Ambos miraron a Deaton - ¿Qué tal si lo de Stiles es verdad?

Lydia dejó de tender su móvil para que lo vieran todos y marcó el número del ojimiel, pero este no respondía a las llamadas. Llamó repetidas veces hasta que se quedó sin saldo, por lo cual se puso aun peor que cuando había llegado.

El lobo de ojos verdes no estaba de mejor humor ¿Y si le había pasado algo a Stiles? ¿Y si quien quiera que le tuviera atrapado le estaba torturando? Entonces recordó que Stiles hace mucho había mencionado que Kate le había atacado durante el incendio, entonces pensó en lo peor ¿Y si lo tenía Kate?

Entonces el corazón del pelinegro comenzó a ir a mil kilómetros por hora, su lobo se retorcía inquieto con solo pensar que esa maldita psicópata podía estarle haciendo a Stiles lo mismo que le había hecho a él cuando lo había tenido encerrado, incluso podría hacerle cosas peores. Porque si algo caracterizaba a Kate era su imaginación y creatividad a la hora de torturar.

Siguiendo los impulsos de su lobo, Derek se puso de pie y salió disparado hacia su Camaro. Lydia le siguió y subió con él, su próxima parada: La casa de la manada Stilinski.

NOTA DE LA AUTORA:

¡Felices pascuas!

He aquí otro capítulo, espero que les guste. Derek se preocupa por Stiles 7u7 mas tierno el Sourwolf.

En fin, sin mas que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora