Temp III / Cap XXI

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[NARRADOR]

Las manadas se encontraban en un estado de euforia y terror ante el plan que tenían.

Kyle iba a guiarles hacia el lugar en donde, según él, tenían a Alec. Además de que iban a llevarlo para usarle de escudo humano en caso de que algo saliera mal.

Solo irían Stiles, Brad, Aspros, Derek y Nikolai. Los demás iban a quedarse en la casa de la manada Stilinski, solo iban a ser llamados si, por alguna razón, algo salía mal. En un principio, habían intentado que Nikolai se quedara, pero no había forma de convencer al alfa ruso para que se quedara.

- Quiero asegurarme de que el maldito que lastimó a Alec esté bien muerto -Había dicho, casi gruñendo, el mayor.

No les había quedado más opción que no decir nada e irse. Puesto que nadie iba a pararse a hacerle la contraria al furioso alfa ruso. Nadie estaba tan loco y, pensándolo mejor, les convenía que Nikolai ayudase, puesto que al ser el más fuerte y experimentado de los alfas, podría ser de mucha ayuda en caso de que algo saliera mal.

Los que se habían quedado, estaban más que nerviosos. Sean temblaba ante la idea de que si Stiles no volvía, él debería asumir el papel de alfa y cuidar de los demás. Roy y Angie intentaban calmarle mientras que los demás estaban en lo suyo. Intentando distraerse de la idea de perder al alfa y a los que habían ido con él.

Scott había regresado a Beacon Hills con la idea de que allí podían necesitarle más. No hubo forma de que Peter y Derek aceptasen irse con él, por lo que se fue solo.

Antes de que Stiles se marchara, los gemelos habían recibido una buena reprimenda por haber salido solos a sabiendas de lo peligroso que esto era. Aunque, obviamente, no le dijeron al alfa que Alec los había atacado. Pero se le escapó a Maverick, quien finalmente había conseguido volver a su forma humana y no paraba de hablar con la excusa de que había extrañado su propia y, según él, melodiosa voz.

Sebastian, por su parte, estaba sufriendo porque había quedado al cuidado de Demian cuando Roy tuvo que irse a calmar a su novio.

Aún le sorprendía lo rápido que había escalado la relación de esos dos.

- ¡Ya calla a ese bebé! -Le gritó Alejandra.

Porque si, Demian lloraba. Lloraba como si se le fuera la vida en ello. Y tener oídos más desarrollados que aún no sabían regular bien no ayudaba a que el humor de los que se encontrasen cerca del niño mejorara.

- Yo no sé cuidar bebés -Gruñó Sebastian por tercera vez.- ¿Y Ana?

- ¿Cómo voy a saber? -Preguntó molesta Alejandra.- Es una mujer adulta, puede estar en cualquier lado.

- Está en su habitación -Les informó Nagisa desde el sofá.- Si prestaras un poco de atención hubieras escuchado que hace cuarentaidos minutos dijo Me voy a mi habitación.

- Métete en tus asuntos, enano -Le gruñó Alejandra.

Mikaela se levantó como resorte y dio zancadas hacia la de cabello castaño.

- A mi hermano no vas a hablarle así -Siseó entre dientes.- Más te vale que...

- ¡Déjen de pelear!

Todos se quedar sorprendidos por el grito. Se lo hubieran esperado de Sean ¿Pero de Roy? No, nunca, el rubio normalmente no levantaba la voz por nada. Pero ahora les había gritado a todo pulmón, haciendo que todos voltearan a verle completamente anonadados.

- ¿Creen que pelear así ayuda en algo? -Les preguntó molesto.- Porque lo único que provoca es que todo se ponga más tenso y al próximo que escuche pelear yo mismo voy a echarle a patadas ¿Entendieron?

No hubo respuesta, lo único que hicieron los demás al salir del shock en el que estaban fue dispersarse y volver a lo suyo.

Roy se volteó para ver la sorpresa reflejada en el rostro de Sean. Quien había pasado de estar nervioso a estar impactado por el comportamiento.

-¿Qué? -Preguntó Roy.- ¿Dije algo malo?

- No -Se apresuró a negar.- Pero eso fue muy maduro.

- Puedo ser maduro cuando quiero -Le dijo guiñándole un ojo.- Aunque casi nunca quiero.

Al ver que la cosa comenzaba a ponerse muu azucarada. Angie se fue con Percy.

- Iré a buscar a Ana -Le dijo.- ¿Me acompañas?

El chico asintió y dejó lo que estaba haciendo para seguir a la otra beta. Ambos adolescentes fueron hacia el cuarto de la beta mayor y golpearon a la puerta un par de veces.

- ¡Ana, alguien va a morir si no pones orden! -Chilló con voz infantil mientras golpeaba de nuevo.

La puerta se abrió y ambos vieron a Ana con una bata y muy despeinada.

— ¿Te despertamos? –Preguntó Percy.

Pecando de curiosa, Angie intentó observar qué había dentro de la habitación de la beta mayor, cuarto al cual nunca había entrado.

Imaginen la sorpresa de la menor al ver a Peter sentado en la cama, tapándose de la cintura para abajo con la sábana.

— ¡No vimos nada! –Gritó echándose hacia atrás.— ¡Nos vamos!

Y, sin más, comenzó a arrastrar a Percy hacia la sala. Con una expresión de trauma y una imagen mental que no le iba a poder quitar nadie en su vida.

— ¿Qué pasa? –Preguntó el chico mientras era arrastrado.— ¿Qué viste?

— Luego te cuento –Le dijo sin detenerse.— Mikaela me debe dinero.

Percy se preocupó cuando la expresión de asombro se convirtió en una sonrisa eufórica.

— A veces me asustas –Le dijo mientras comenzaba a caminar a la par de ella.— Pero mucho.

— Aún así, me amas –Le recordó.— Ahora vamos, que los demás no se lo van a poder creer.

Angie le arrastró aún más fuerte, segura de que la noticia iba a animar un poco el ambiente.

NOTA DE LA AUTORA:

Pana ya es canon, es finalmente canon. Ya pueden llorar hijos míos.

Quería hacer este capítulo para bajarle un poco a la tensión que se está viviendo. Aún no quiero que se les reviente un ventrículo, así que esto es medio de relleno.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora