[NARRADOR]
Mientras que Derek se había ido corriendo hacia el bosque y Peter se encontraba siguiendo a Ana como sombra a plena luz del día. Los demás miembros de la manada se estaban turnando para ducharse. Puede que la casa fuera grande, pero solo había cuatro baños y uno era expresamente de Stiles.
Angie, que ya se había duchado, cuidaba al pequeño Demian mientras observaba con curiosidad a Alec, que se encontraba sacudiendo un sonajero de bebé por puro aburrimiento.
— Pregunta lo que quieras –Dijo de repente el Wendigo.— Puedo oír los engranajes de tu cerebro chirriando, si sigues así te saldrá humo por las orejas.
— No quiero preguntarte nada –Se apresuró a responder.— Es solo que... Hay algo que no entiendo, y cuando no entiendo algo me vuela por la cabeza hasta que lo aclaro.
— ¿Qué es lo que no entiendes?
— No entiendo cómo le ganaste a Stiles –Finalmente, Angie se lo dijo.— Osea, no digo que seas débil o algo. Solo que vi cuando Stiles te dio un puñetazo en el pecho, eso dejaría a cualquiera en el suelo, llorando de dolor. Pero a ti apenas te movió de lugar.
Alec sonrió, le sorprendía lo observadora que había sido la beta al notar eso. El golpe había sido realmente rápido como para que alguien se fijara en él, o al menos para que los demás lo hicieran, porque al parecer Angie si lo había visto.
— Bueno, el golpe en efecto debió tumbarme y dejarme adolorido –Admitió.— Pero no es cosa de que Stiles haya sido suave o algo, fue realmente bruto. La cosa es que yo no puedo sentir dolor.
— ¿No sientes dolor? –Alejandra, la cual acababa de salir de ducharse y se estaba secando el cabello, se interesó por la conversación.
Alec negó a la pregunta, y ambas chicas se sintieron intrigadas. Incluso Percy, Sean, los gemelos y Roy habían dejado lo que estaban haciendo para poner atención a lo que el Wendigo decía.
— Vaya, me siento como la reina del baile con todos prestándome atención –Bromeó Alec.— Me da verguenza que me miren tan fijo, pero bueno, puedo soportarlo ¿Alguien tiene un cuchillo?
Todos se miraron entre sí, y fue Nagisa quien sacó un cuchillo de combate pequeño. Sean le miró con sorpresa.
— Ni siquiera voy a preguntar –Dijo el mayor.
— Como nosotros no preguntamos por qué te cuelas en el cuarto de Roy en las noches –Se burló Alejandra, los demás rieron.
— Te dije que debías ser más discreto –Roy le dio un codazo a Sean.
— Aquí no hay discreción, todos tenemos super oídos.
— Ya dejen de quejarse –Pidió Angie.— Quiero ver qué hace Alec.
El mencionado cogió el cuchillo y colocó la mano con la que no sujetaba el cuchillo encima de la mesa de café que se encontraba frente al sofá en donde estaba sentado. Sin que los demás se lo esperaran, se clavó el cuchillo en la palma de la mano.
Hubo una exclamación general, Angie incluso le cubrió los ojos al pequeño Demian y cerró los suyos con fuerza. Los demás observaron como el cuchillo había pasado de lado a lado y Alec parecía ni siquiera inmutarse de que el objeto había traspasado su piel y quizás alguna vena.
El Wendigo se quitó el cuchillo de un solo tirón y nuevamente todos exclamaron sorprendidos.
— ¡Alexander!
Todos se quedaron rígidos y voltearon para ver a Nikolai acercándose a ellos dando zancadas. La mirada que les dedicaba el alfa hizo que se quitaran de su camino hasta que estuvo frente a frente con Alec, el cual solo le miró con una media sonrisa.
— Hola, Niko –Le saludó.— Veo que la ducha no te relajó ¿Quieres un masaje o algo?
El alfa prácticamente le arrancó el cuchillo de las manos y observó la sangre que lo manchaba.
— ¿Quién le dio esto? –Preguntó con mucha seriedad.
— Fui yo –Nagisa dio un paso hacia adelante mientras se rascaba la nuca.— Pero porque él me lo pidió, no pensé que fuera a hacer eso.
Nikolai le dedicó una mirada realmente severa al gemelo, el cual pasó saliva y desvió la vista. Alec fue el primero en ponerse de pie y colocarse frente a Nagisa.
— Déjalo en paz, Kolia. Es solo un niño.
— Pues tú deberías dejar de comportarte como un niño, Alexander –El mencionado gruñó cuando le pronunció su nombre completo.— ¿Cuántas veces debo decirte que dejes de clavarte cosas? Me importa una mierda si te regeneras o si no sientes dolor, yo también me curo y no voy por ahí arriesgando mi vida.
— Quizás si lo hicieras al menos vivirías un poco –Le recriminó Alec.— ¿Sabes qué? No pienso seguir peleando por idioteces. Me iré a buscar algo de comer.
Antes de que el alfa dijera algo más, el Wendigo pasó a su lado. Chocándole el hombro y siguiendo de largo hasta salir de la casa.
— Maldita sea... ¡Alec!
Nikolai dejó el cuchillo en la mesa y se fue detrás de él. Dejando a los betas sorprendidos.
— Eso va a acabar mal –Dijo Alejandra mientras se rascaba la nuca.
— ¿No deberíamos ir tras ellos? –Preguntó Angie preocupada.
— ¿Meternos en el medio de una pelea entre un alfa y un Wendigo? –Le preguntó Roy con mueca de que no le agradaba la idea.— No gracias, elijo vivir.
— Mejor asegurémonos de que ningún otro miembro de esa manada se esté matando –Opinó Brad.— Yo tengo que ir a ver si el alfa McCall terminó de usar la ducha.
(...)
Stiles nunca iba a admitir que se había quedado atrapado en una trampa tan simple como lo era la típica del lazo que se enreda en tu pierna, te manda hacia arriba y quedas suspendido en el aire. Pero si, había pisado una de esas trampas, y ahora estaba de cabeza, mareándose y con el orgullo muy herido.
— ¿Necesitas ayuda?
Si, definitivamente, eso era el karma. Ladeó la cabeza para ver a Derek viéndole. Aunque no con burla, sino más bien con preocupación.
— No, deja. Creo que puedo solo –Dijo mientras regresaba la vista al nudo en el que su pierna estaba atrapada.— Si, definitivamente esto es mala suer... ¡Woah!
Stiles cerró los ojos cuando sintió que iba a caer, aunque su cuerpo fue detenido de la caída por unos fuertes brazos. Confirmado nuevamente, el universo le odia.
— ¿Qué harías sin mí? –No quiso ni mirar a Derek a los ojos.
— Caer al suelo, levantarme y fingir que esto nunca ocurrió –Le respondió mientras el otro le soltaba.— Eso es lo que haría. Ahora ¿Podemos cumplir lo último y olvidar que esto ocurrió?
— Mh... No lo sé –Derek apretó los labios.— Creo que prefiero contarle a todos lo que ocurrió.
— ¿Esto es una venganza, verdad? Te estás vengando porque me fui.
— Tú piensa lo que quieras.
Y sin más, Derek se dio media vuelta y se alejó. Comenzando a desactivar y desarmar algunas de las otras trampas.
NOTA DE LA AUTORA:
Jajajaja... Derek se hace el ofendido. Quiere recuperar su dignidad.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.
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La Manada Stilisnki
FanfictionStiles ha sido mordido por un despiadado alfa que intentó asesinarlo, pero las cosas no van a ser de color de rosas para el chico. Cuando su amigo, al que él si apoyó cuando fue mordido, lo abandona y se inicia una rivalidad entre ambos ex-amigos y...