Temp III / XXV

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[NARRADOR]

Stiles quiso cerrar los ojos al ver los dientes de Alec hundirse en la garganta de Theo. Pero por alguna razón, ya fuera morbo y otra cosa, no lo hizo. Se quedó mirando fijamente mientras Theo era asesinado.

El chico Quimera intentó gritar, pero de su boca no salió ningún sonido. Alec se separó, llevándose un trozo de garganta en su boca y casi al instante un chorro de sangre salió disparado hacia adelante, manchando la camiseta que llevaba puesta el Wendigo.

Theo dio unos pasos hacia atrás y comenzó a hacer un sonido de gargaras mientras ahogaba con su propia sangre. Se sujetaba la herida como si haciendo eso fuera a evitar que la sangre siguiera fluyendo.

Stiles solo desvió la vista cuando vio a Aspros ser lanzado detrás de ellos, viendo a Deucalion escapar. Regresó la vista a Theo y este también le miraba, pero no era la mirada vacía, burlona y malvada que siempre había visto en Theo. No, era un mirada que reflejaba el más puro miedo ¿Porque quién no tendría miedo? Cuando se sabe que vas a morir.

Theo cayó de rodillas al suelo, al parecer no queriendo rendirse, lagrimas rodaban por sus mejillas y sus ojos iban viajando hacia todos lados, intercalando miradas con los que le rodeaban en busca de que algo ocurriese.

Stiles se alejó de Derek, el cual le había estado sujetando, y caminó hacia Theo, se arrodilló a su lado y le miró con pena. El Quimera le miró con duda, no entendiendo por qué Stiles estaba allí.

— No me acerqué para burlarme –Aclaró mientras le sujetaba por los hombros.

Absorvió el dolor del Quimera, el cual ahora se encontraba sorprendido mientras continuaba tosiendo sangre.

Los demás observaron en silencio como Stiles acostaba a Theo en el suelo mientras las líneas en sus brazos se teñían de negro.

Nikolai observó la escena mientras ayudaba a Aspros a ponerse de pie y, en cuanto se aseguró de que su beta estuviera bien, se apresuró a encaminarse a la salida, llevándose a Kyle, Brad, Aspros y Alec con él.

Derek fue el único que se quedó allí, viendo lo que hacía Stiles.

El ojimiel se quedó junto a Theo hasta que este dio su último respiro y se quedó tieso, escuchando como el corazón del Quimera latía una última vez antes de dejar de escucharse.

Stiles cerró los ojos de Theo y se puso de pie, volteando a ver a Derek con una expresión que no reflejaba nada en particular, pero que a su vez le transmitía todo al otro lobo.

Derek se acercó y le rodeó con sus brazos, apegándole a él en un abrazo que intentaba reconfortar al menor.

— Eso ha sido muy noble –Murmuró el mayor contra el cuello de Stiles.

El joven alfa no respondió, correspondió al abrazo y hundió su rostro en el pecho del pelinegro. Como si quisiera esconderse.

Cuando Stiles ya estaba lo suficientemente estable emocionalmente como para dejar de abrazar a Derek e ir con los demás. Ambos salieron de aquél cuarto, el mayor sujetándole porque su pierna aún no había sanado del todo.

— Pudiste haber llegado antes –Le recriminaba Brad a Alec.— ¿Por qué tardaste tanto?

— Tenía que encontrar ropa y una mano humana –Se excusó el Wendigo.— Además, disfruto haciendo entradas dramáticas.

Stiles rió ante aquello y palmeó el hombro del italogermano cuando pasó a su lado.

— Tienes sangre en la boca –Le dijo mientras señalaba la boca del Wendigo.

— Si, bueno, acabo de arrancar una garganta –Le recordó.— Y no tengo con qué limpi...

El alfa ruso le tendió un pañuelo antes de que acabara la frase y Alec sonrió ante el gesto. Cogiendo dicho pañuelo y limpiándose la sangre de la boca.

— Dios, odio la carne de sobrenaturales –Se quejó luego de limpiarse.— Es agria, dura y que ese Theo haya sido usado para experimentos no ayuda.

— ¿Cómo sabes que él...?

— Saboreé el mercurio en su sangre –Le respondió a Stiles mientras, a la vez, le interrumpía.

— Ya deja de decir esas asquerosidades –Pidió Nikolai con algo de súplica.— Y devuélveme la gabardina.

— Aish... Que pesado eres –Se quejó el Wendigo mientras se quitaba la prenda antes mencionada y se la regresaba.

— Bien que te gusta que sea pesado.

Brad, Aspros y Kyle se miraron entre sí, sintiéndose completamente fuera de lugar.

— No es que me jodan sus muestras de amor –Comenzó a decir Brad.— Pero no todos vinimos con nuestras parejas, así que ¿Les importara dejar esto para la intimidad?

Nikolai y Alec se alejaron incómodos, mientras que Stiles puso los ojos en blanco y rió.

— Si, ya vámonos de aquí –Pidió el alfa joven.

— Pero ¿Y los cadáveres? –Aspros señaló el pasillo frente a ellos.— No podemos irnos y dejar todo esto así.

— Podríamos llamar a la policía –Propuso Derek.

— Ni en broma –Le contradijo Alec.— Stiles, Nikolai y yo tocamos directamente a esos tipos, tienes nuestras huellas, mi saliva, no pienso acabar en la carcel, la comida es horrible.

— ¿Y tú cómo sabes que la comida de horrible? –Preguntó Nikolai alzando una ceja.

— Hay cosas que ni a ti te cuento, alfa mío –Respondió el Wendigo, comenzando a caminar entre los cuerpos.

— Podríamos hacer explotar el lugar.

Todos miraron a Kyle, el cual acababa de proponer aquello, con incógnita.

— Eso es parte del protocolo de eliminación de pruebas –Explicó.— Al final, se activa la autodestrucción, por llamarlo de alguna forma. Hay un cuarto hecho específicamente para eso, pero el problema es que solo tendríamos un minuto para salir.

Todos compartieron miradas entre sí, alguien debía quedarse a activar aquella bomba.

— Yo lo haré –Derek dio un paso adelante y miró a Kyle.— Solo dime dónde es y yo...

— ¡Ni siquiera acabes la frase! –Le interrumpió Stiles.— No vas a quedarte aquí.

— Chicos, chicos –Alec dio un paso adelante y les palmeó los hombros mientras sonreía con tranquilidad.— Creo que es obvio que debo ser yo quien active la bomba.

— ¿Estás loco? –Nikolai se había puesto repentinamente tenso.

— Soy el más rápido y ágil –Puntualizó el Wendigo.— Tengo más posibilidades de llegar a salir.

— ¿Y si no lo consigues? –Preguntó Stiles, remarcando la posibilidad más trágica.

— Si no lo consigo, cuenten mi historia.

Todos se quedaron en silencio ante lo serio y decidido que había sonado Alec. Iba a ser él quien activase la bomba.

NOTA DE LA AUTORA:

Todos junten sus manos y pónganse a rezar todo lo que se sepan para que Alec esté bien. Ándenle, quiero ver esas manitos juntas.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora