Temp II / Cap XI

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[NARRADOR]

Derek acababa de llegar a Beacon Hills, luego de descubrir donde se encontraba Erika y que esta le dijera que Stiles se encontraba en el bosque revisando un lugar en donde habían encontrado cadáveres decidió que lo mejor sería ir a vigilar también, ya que su manada aun vivía en ese territorio.

Siguiendo un rastro de olor a alfa, el cual era obvio perteneciente a Stiles, llegó hasta cierto punto del bosque en donde el olor a sangre y pólvora se hizo presente. Corrió a toda velocidad hacia donde se estaba a punto de realizar lo que sería una masacre, tres miembros de los Calaveras, entre ellos Araya, le habían disparado a Stiles. La mujer mayor de edad estaba siendo sujetada por el cuello por el joven alfa mientras era usada como un escudo humano.

- Bajen sus armas - Ordenó Stiles, los hombres no se movieron ni medio centímetro - No quiero tener que matar a una mujer, menos si es una anciana.

- Anciana tu put... - Araya no pudo acabar la frase, ya que el joven alfa le gruñó y apretó el agarre en el cuello de la mujer.

- ¡Stiles! - La voz de Derek le hizo volver un poco al control que su alfa interno había tomado, pero no soltó a Araya.

- ¿¡Qué mierda haces aquí, Hale!? - Preguntó Araya.

- Yo que tú cuido mi lenguaje - Le recomendó el lobo de ojos verdes - Ya que lo que yo diga o haga puede evitar que él te raje la garganta... - La mujer frunció el seño - Empieza disculpándote por haber estado a punto de insultar a su madre.

- Yo no voy a... ¡Ahg! - Stiles apretó la punta de sus garras en la yugular de la mujer, sin llegar a perforarla pero causándole dolor - Está bien ¡ESTÁ BIEN! Lo siento...

- Eso es ser amable - Dijo con burla Stiles - Ahora que ellos suelten las armas.

Los dos hombres que apuntaban, uno a Derek y el otro a Stiles, fruncieron el ceño de forma realmente notable. Pero al ver que la mujer asintió con la cabeza bajaron sus armas y las dejaron en el suelo, ambos lobos relajaron sus músculos, un poco mas aliviados pero no perdiendo de vista los movimientos de esos dos hombres que hasta hace unos cinco segundos habían estado armados.

- ¿Alguien me explica qué está pasando? - Pidió Derek.

- Pasa que este chico trabaja para Kate Argent.

- ¡Ya les dije que no es verdad! - Les recordó cansado el ojimiel - ¿¡Es senil, señora!? Solo lo diré una vez mas... ¡No trabajo para esa psicópata de mierda! ¡ES MAS! Si tuviera la oportunidad, la mataría de la forma mas horrible posible.

Stiles bufó con obvia molestia por todo lo que le estaba pasando, él solo había querido ir a fisgonear un poco los asuntos que su padre no podía atender estando en el hospital ¡Joder! ¿Tanto le costaba a la gente dejarle solo por unas pocas horas? Solo pedía una mínima hora para no tener que lidiar con nada de lo sobrenatural, al menos con nada que no fuera él mismo, porque obviamente ahora el ojimiel era un ser sobrenatural.

(...)

[STILES]

Vi como Derek se llevaba una mano a la barbilla, como si estuviera pensando en algo. El gesto me pareció adorable, ya que es muy raro ver al lobo amargado usando algún tipo de expresión o gesto que no sea fruncir el ceño.

Desvié mi mirada hacia Araya, a la cual había soltado y ahora me miraba como si me salieran cuernos o algo así, admito que la mirada de esta anciana me intimida un poco. Porque soy partidario de no golpear a mujeres, y si en todo caso la golpeara me convertiría en un maltratador y asesino de mujeres porque la anciana no tiene pinta de resistir una ráfaga de viento.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora