Temp II / Cap XVI

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[NARRADOR]

Ya era un nuevo día, la luz del sol entró por el enorme ventanal del Loft y le dio de lleno en el rostro al joven alfa, el cual frunció el ceño y soltó un ligero gruñido de molestia. Sin abrir los ojos se puso de pie y caminó hacia aquella ventana, cogiendo ambas cortinas y cerrándoles, cuando por fin el lugar estuvo a oscuras se refregó los ojos y miró hacia la cama, por poco grita al ver allí la espalda de Derek. Aunque debió sospecharlo, pues estaba en su Loft.

Se miró de pies a cabeza y solo entonces se dio cuenta que estaba desnudo. Volvió a mirar a Derek, el cual tenía toda la espalda llena de marcas de garras.

- "¿Yo le hice eso?" - Se preguntó mentalmente sin creerlo.

Contempló una vez más como la espalda del lobo era decorada por marcas aún sangrantes, luego cogió sus pantalones y caminó hacia el baño. Encerrándose y dejando su espalda apoyada contra la superficie de madera, un ardor le hizo temblar. Se alejó de la puerta y se miró al espejo, en su propia espalda había varias marcas al rojo vivo, mas de las que podía contar, y todas le ardían ahora de sobre manera.

- Me cago en el Sourwolf - Murmuró mientras abría el grifo y colocaba las manos en forma de cuenco debajo del agua.

Se lavó la cara y nuevamente se miró al espejo, notó que una sombra se dibujaba en su rostro ¿Cuando le había comenzado a salir barba? Si él había tenido cara de bebé toda su vida. Cogió la Gillete que estaba a un lado del espejo y la crema de afeitar junto a esta, no podía ser tan difícil afeitarse, varios de sus betas lo hacían cada dos o tres días y nunca les había visto quejarse. Por lo que no consideraba que él no pudiera hacerlo.

(...)

- ¡Me duele!

Derek se despertó al escuchar aquel grito, se levantó de repente y una punzada le recorrió la espalda; se llevó una mano hacia allí y cuando la regresó al frente se sorprendió al ver que estaba cubierta de sangre. Los recuerdos de la noche anterior le llegaron de repente, como si fueran un baldazo de agua fría. Recordaba haber estado besándose con Stiles en su Camaro, luego habían ido al Loft y luego su vista se había vuelto borrosa, recordaba gemidos, jadeos y suplicas de más. Pero no recordaba exactamente lo que habían hecho, eso sí, estaba seguro de que había sexo de por medio.

Se puso de pie y caminó hacia la puerta del baño, sin preocuparse por estar desnudo, golpeó dos veces y esperó a recibir respuesta de Stiles.

- Te odio - Fue lo único que respondió el menor - ¿Cómo se te ocurre hacerme eso en la espalda?

- Yo podría quejarme por lo mismo - Se defendió Derek - ¿Estás bien?

- No.

- Huelo sangre.

- Es mía.

- ¿Tan mal te dejé?

- No - El chico abrió la puerta - Intenté afeitarme.

Derek tuvo que reprimir la risa de que el joven alfa se asomara con la mitad de la cara afeitada y sangrándole. Había olvidado comprar un nuevo repuesto de Gillete, la anterior estaba desafilada y floja, por lo cual explicaba que el chico se hubiera cortado.

- No te rías o te golpeo - Amenazó el ojimiel.

- ¿Duele mucho?

- Nah ¿Cómo crees? Me encanta sentir como mi espalda y mi rostro arden ¡Es más! Me pone super cachondo - Dijo con sarcasmo - ¿Tú estás bien? No te estás curando.

- Garras de alfa - Explicó el lobo - Tardan más en curarse.

- Oh... lo siento - Stiles se encogió de hombros.

La Manada StilisnkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora