[NARRADOR]
- ¡Ah! - Laila Gritó al despertar y ver frente a ella a un chico.
El chico de cabellos color miel la sujetó por los hombros y la miró directo a los ojos para intentar tranquilizarla, pero la pobre adolescente esta eufórica.
- T-tranquila, no voy a hacerte daño - Habló el chico con una sonrisa.
- ¿¡Donde estoy!? - Preguntó la chica con la voz rota - Estaba con mis amigos en el bosque y... ¡Un monstruo nos atacó! Creí que iba a morir y... y... - La chica comenzó a hiperventilarse mientras lloraba.
Ana llegó con sus instintos de madre a flor de piel para socorrerla, detrás de ella venía Peter. La mujer solía trabajar como enfermera antes de la muerte de su esposo, luego lo dejó para poder pasar mas tiempo con su hija. Ella tenía experiencia atendiendo a personas con ataques de pánico.
- Sh... Calma, cariño - Dijo abrazando a la chica para luego ayudarla a ponerse de pie - Estás a salvo, nadie aquí va a lastimarte.
Los dos lobos machos allí no podían decir si lo que funcionó fueron las palabras o la radiante sonrisa de Ana, pero la chica dio un largo suspiro y se relajó. Aunque aun lloraba y se abrazó a la mujer para encontrar refugio en su hombro. La pelirroja la rodeó con sus brazos y comenzó a acariciarle la espalda mientras miraba a Peter y a Roy indicándoles que se fueran, ambos lobos la obedecieron.
- Ahora te llevaré arriba y mientras te das un baño te preparo algo de comer ¿Está bien? - La chica asintió - Bueno, acompáñame.
Rodeándola con un brazo Ana llevó a la adolescente hasta el segundo piso de la casa y la dejó pasar al baño que tenía en su cuarto, nadie entraba allí, por lo que nadie iba a molestar a la joven mientras se bañaba y analizaba su situación.
- Trataste muy bien a esa chiquilla - Le dijo Peter a Ana mientras esta le daba la espalda y cortaba un pan para hacer un sandwich - ¿Por qué?
- No todos aquí hacemos las cosas para recibir algo a cambio - Le recriminó aun dándole la espalda.
- Pues si me conocieras un poco mejor sabrías que no soy así todo el tiempo - Aun de espaldas la pelirroja sabía que Peter estaba sonriendo - Puedo ser muy, MUY amable cuando quiero.
Sin titubear Ana se dio la vuelta y la punta del cuchillo quedó apoyada en la barbilla de Peter, el cual se había comenzado a acercar mientras la beta estaba de espaldas. Ana lo miraba con el seño fruncido y a medida que Peter alejaba las manos de su cintura ella alejaba el cuchillo. El lobo miraba el objeto punzante en la mano de su compañera listo para esquivarlo si esta intentaba clavárselo de nuevo.
- Si vuelves a intentar tocarme te juro que te cortaré tus pelotas de lobo mienrras duermes ¿Me entendiste? - Peter asintió repetidas veces.
Ana lo empujó para alejarlo y se volteó para volver a lo que estaba haciendo. Era obvio que luego de eso el hombre no intentaría otro acercamiento indebido, no al menor por lo que restaba del día.
Cuando finalmente logró calmarse subió para llevarle la comida, un vaso con agua y algo de ropa a la chica que estaba en su cuarto. Antes de entrar golpeó a la puerta.
- ¿Q-quien es? - Preguntó una voz del otro lado.
- Soy Ana, te traje algo de ropa.
- P-puedes pasar.
La pelirroja abrió la puerta y se encontró a la chica cubriéndose con la bata de baño que ella tenía en su habitación. Al notar que la mayor la miraba Laila se puso nerviosa.
- N-no quise ponérmela sin permiso... E-es solo que mi ropa está rota y...
- Tranquila, te queda mejor que a mí - Le dijo Ana con una sonrisa - Toma, te traje algo de ropa y comida.
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La Manada Stilisnki
FanfictionStiles ha sido mordido por un despiadado alfa que intentó asesinarlo, pero las cosas no van a ser de color de rosas para el chico. Cuando su amigo, al que él si apoyó cuando fue mordido, lo abandona y se inicia una rivalidad entre ambos ex-amigos y...