Llegué a la fiesta y ya tenía una cerveza dentro de mi organismo, gracias a un pequeño estrés que tenía dentro de mí.
El señor Styles, Harry. Dios, él ha estado en mi mente desde que salí de mi casa. Sus ojos esmeralda siguen penetrando mi mirada, sus facciones tan masculinas que, oh, estaba tan excitada por alguien que conocí hace 20 minutos, por Dios. Soy una zorra.
En cuanto llegamos, Bárbara y yo nos centramos en la pista de baile. Es una táctica para conseguir pareja: bailamos juntas, pegadas no mucho, sólo lo suficiente. Hasta que lleguen dos chicos y nos inviten a tomar algo. Antes pensaba que era estúpida, según yo era una "técnica para zorras", pero después llegas a los 16 y dices "a la mierda ser zorra, quiero ligar" y comienzas a hacerlo. Y aquí la razón de porque me encuentro bailando aquí.
Las chicas y yo teníamos la regla de no dejar de bailar si un chico invitaba sólo a una. No, eso era un gran pecado. Si el chico no iba acompañado por alguien, y ese alguien invitaba a la otra chica, no nos movíamos.
Bárbara y yo comenzábamos a tomar más y entre más tomábamos más nos pegábamos, hasta el momento que sentí que podía hasta tener sexo con ella, pero gracias a unas grandes manos en mi cintura me separe.
—Creo que deberías echarte un poco de agua, Mila— la voz ronca y masculina de David me aturdió mis oídos. Me volteo hasta quedar pecho a pecho con él. Subo mi vista hacia él y siento como sus manos acarician mi cintura desnuda, mi crop-top se había movido un poco, no mucho, sólo dejaba a la vista mi cintura y David estaba haciendo gran trabajo ocultándola. David, oh, él era tan guapo— estás que arde, preciosa.
Su cabello marrón oscuro, y sus ojos marrones claros que me estaban mirando tan profundamente en estos momentos. Y sin hablar de su asombroso cuerpo de modelo Calvin Klein. David era guapísimo, y yo lo tenía en la palma de mi mano.
—Creo que deberías besarme y callarte— respondo.
Él sonríe y se comienza a acercar lentamente. Sus labios chocan con los míos en un beso lento y se podría decir que romántico. Pero yo quería más, quería tener algo más profundo con él.
—David— susurro entre el beso. El sólo sigue y lo tomo como señal de que prosiga— llévame a tu habitación, mierda.
Y él me mira por unos segundos hasta que toma mi mano y me jala hasta su habitación. Y todo fue tan rápido, en cuestión de minutos me encontraba en ropa interior al igual que él y yo abajo de él. Él comienza a frotar su miembro con mi feminidad, yo sólo suelto gemidos, estaba excitada, pero sentía que me faltaba algo, necesitaba algo más duro, más intenso, más fuerte...
—Sólo hazlo, mierda— gimo. Lo necesitaba, necesitaba a David dentro de mí.
—Oh cariño, no sabes cuánto deseo estar dentro de ti, pero quiero que esto funcione y que nuestra primera vez sea especial. Quizás podríamos hacerlo con nuestra ropa puesta.
Y sólo asiento, fue lindo que David pensara en nuestra primera vez haciéndolo, pero Dios. Yo necesitaba más.
Cuando ambos llegamos a nuestro orgasmo, comenzamos a cambiarnos, aunque por alguna razón, estaba un poco molesta. Yo quería tener sexo, y él sólo quería rozarse. Ugh.
Salgo de la habitación sin decir nada y tomo mi teléfono de mi bolso. Y llamo a James.
Uno
Dos
Tres pitidos suenan hasta que mi queridísimo hermano me responde.
—¿Aló?
—¿Podrías venir por mí?— digo tratando de sonar lo más triste posible, quería helado y mi hermanito me lo compraría si estaba "triste".
ESTÁS LEYENDO
dulce tentación» h.s [mature] EDITANDO
FanfictionA él le gustaban los juegos, y a mi jugarlos. A él le gustaba jugar conmigo, pero se enojaba cuando jugaba con otros chicos. A él le gustaba mi uniforme, a mi su traje. Él tenía 28, yo 16. Él era mi papi, yo su princesa. Él era mi más grande deseo...