do it for daddy

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—¡Dios mío, Harry!— chillo en cuanto bajo del auto— ¡es hermoso!— comienzo a dar pequeños saltitos. Después de muchas horas de camino en el avión, llegamos a Nueva York. En este momento estábamos en el Central Park, y ambos vestíamos ya, ropa diferente a lo que teníamos en el avión.

—¿Te gusta, amor?— me pregunta mientras me abraza por la cintura y coloca su cabeza en mi hombro— aquí nadie nos conoce, tienes que llamarme papi

—¡Me encanta, papi!— digo y me volteo a verlo, lo abrazo por el cuello mientras el comienza a acariciar mi cintura. Miro su labios por unos momentos antes de que hagan contacto y comiencen a rozarse entre sí— ¿nos tenemos que ir ya?— pregunto entre el beso, Harry se separa un poco y niega, yo sonrío y sigo besándolo.

—Me encantaría que fuéramos a comer, por aquí hay algunos restaurants, podemos parar en alguno cerca y de comida rápida. Muero de hambre— dice y yo asiento. Le doy un pequeño besito en los labios rápidamente y tomo su mano para seguir caminando.

Lo que más amaba de Nueva York, es que estaba nevando y aún así se veía hermoso, las luces y los autos. Rayos. Comenzamos a caminar unas cuantas calles, yo sólo trataba de seguir el paso de Harry lo más que podía, ya que sus piernas son dos veces más largas que las mías. En cuanto vemos un subway Harry decide parar. Él pide un gran sandwich lleno de cosas, carnes, verduras, quesos, etcétera. Y pide el combo, que incluía unas papitas o galletas y un refresco. Yo pido la mitad del sandwich con dos tipos de queso, pepperoni, guacamole y algunos vegetales básicos- tomate, lechuga, etcétera-. Harry paga y le da una mala cara al chico de la caja, nos entregan nuestros sandwiches y sólo to agradezco, nos sentamos en una mesa y comenzamos a comer. Harry estaba siendo muy grosero.

—El chico de la caja te estaba comiendo viva—me dice antes de dar una mordida, trago lo que tenía en mi boca y levanto una ceja en confusión.

—¿De qué hablas, papi?—susurro y él da otra gran mordida. Wow, llevaba la mitad y yo apenas iba empezando. En cuanto traga lo que tenía en su boca habla.

—Ese chico de la caja, el moreno ojo café, estaba mirándote, de una manera desagradable— dice y yo volteo a ver al chico, que sigue mirándome.

—¿Disculpa?— lo llamo y él comienza a caminar hacia acá. Harry me comienza a mirar confundido.

—¿Si?— pregunta el chico.

—¿Tengo algo en mi cara?— pregunto y él frunce el ceño— ya sabes, suciedad, baba, algún aderezo, qué se yo.

—No, señorita.— murmura.

—Oh, es que como no dejas de mirarme, pensé que tenía algo— me encojo en hombros y él se pone de un color rojizo— pero gracias— murmuro y él se va. Sus compañeros de trabajo junto a Harry comienzan a reír. Él chico sólo estaba con la mandíbula tensa y rojo de pena.

—¿Qué mierdas hiciste?— pregunta Harry riendo, yo me encojo en hombros y le doy una mordida a mi sandwich. Él ya se lo había acabado.

—Quería que supiera que estaba molesta porque me mirara, papi— digo y Harry sonríe de lado mientras acaricia mi mano.

—Eres una chica buena, pero aún así no olvido que tienes un castigo por cumplir— dice y yo abro mis ojos con horror.

—¡Pero ya me habías perdonado!— chillo y Harry se recarga en su asiento, sacando su iPhone.

—Te perdone, pero jamás te quité el castigo— dice y yo bufo. Aunque tenía que admitir, que extrañaba los castigos de Harry.

—¿Pero también me darás mimos?— pregunto en un susurro, acariciando su rodilla por debajo de la mesa, llegando hasta su muslo, él me voltea a ver mientras sonríe pícaramente.

dulce tentación» h.s [mature] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora