—No quiero ir a mi casa— dije y Harry gruñó.
—Y ¿dónde mierdas quieres que te lleve, eh? ¿A un jodido orfanato?— dijo, pude sentir el coraje detrás de su amargada carcajada.
Y le dije la única dirección aparte de la mía que me sabía. La de David. Lo sé era estúpido de mi parte ir a la casa de la última persona que me gustaría ver después de haberle 'engañado' pero no tenía opción.
Aparte de todo David no sabía lo que había hecho, ni pienso decírselo. David podría ser mi salida a todos mis problemas.
En cuanto llego tomo mi suéter y mi bolso y salgo del auto, sin decir nada.
Doy tres golpes a la puerta de la casa de David, hasta que veo su lindo rostro sorprendido justo ahí.
—M-Mila, ¿q-que haces aquí?— tartamudea nervioso.
—Y-yo— digo tratando de inventar una historia convincente, pero nada viene a mi mente, suspiro y bajo la vista— t-te necesito.
Y lo abrazo y es ahí cuando rompo en llanto y el me responde el abrazo.
—¿Qué ha pasado, bonita?— extrañaba que me llamara así, suelto una pequeña risa, sé que me veía ridícula llorando y riendo, pero David me había visto en mis peores momentos, y esto era algo natural para él— ¿qué te parece si entramos, vemos algunas películas y comemos pizza y chocolates?— asiento.
En cuanto entro a su casa siento la calidez de este y me siento muy cómoda, amaba la casa de David, era grande, preciosa y con muchos recuerdos.
Subimos las escaleras hacia la habitación de David, también era grande y tenía que decir que era muy bonita y lujosa. El padre de David tenía muy buen trabajo.
—¿Qué película quieres ver, bonita?— dijo y se quitó sus zapatos, yo hago lo mismo y ambos nos acostamos. Lo bueno es que la televisión de David estaba conectada a internet y podía estar más tiempo acostado conmigo, y eso era lo que yo quería estar con él, sentir que yo le pertenecía y viceversa.
—No quiero ver películas, Dav— dije y comencé a jugar con su cabello, sus ojos castaños me miraban con confusión.
—¿Entonces qué?— pregunta.
—Te quiero a ti, David— y eso fue lo último antes de comenzar a besarlo, lentamente. No quería ser brusca porque sé que a David le gusta ser lento, tierno, romántico.
La habitación estaba llena de silencio, lo único que se escuchaba era el sonido de nuestros besos, pequeños gemidos y jadeos. Éramos sólo David y yo.
Minutos después ambos nos encontrábamos en ropa interior, sólo dos prendas nos separaban.
—M-mila— tartamudeó, el comenzó a observarme sorprendido y con sus mejillas rojizas— eres t-tan hermosa— me dijo y sentí como mis mejillas se ruborizaron, esto era David, eso era lo que me hacía sentir, me hacía sentir tan pura, tan deseada y querida.
—David, quiero que me hagas tuya— le susurré, vi como él tragaba saliva— y no quiero un no por respuesta— dije y comencé a moverme encima de su bulto, ambos comenzamos a soltar gemidos y comenzamos a jadear, David me acariciaba como si fuera el más delicado pétalo la más hermosa rosa de su jardín, como si fuera un cristal muy delicado que podría romperse en cualquier momento.
—¿Qué te parece si nos quitamos estas molestas prendas?— dijo y yo asentí me puse en mis rodillas bajando un poco mis bragas, David tragó saliva y tensó su mandíbula, pude ver como si bulto creció y solté una pequeña risita estúpida.
—¿Te gusta lo que vez, Dav?— pregunto.
—M-me encanta— dice y yo río— ¿me permites?— preguntó, y sabía que se refería e a mis bragas, asentí, y cambiamos de posiciones, y ahora yo me encontraba acostada y el sentado en frente de mí. Sentí sus-a comparación de las mías-grandes manos sobre el elástico de mis bragas, justo en la cabeza del fémur y comienza a bajarlas lentamente, levanté un poco las caderas para que él pudiera bajarlas completamente. En cuanto terminó de quitármelas completamente vi como seguía tenso y eso no me gustaba.
Decidí ponerme en mis rodillas y abrazar a David.
—Oh, David. Mi lindo, tierno y dulce David— susurré dejándole pequeños besos en su cuello mientras masajeaba sus hombros— no sabes lo feliz que me haces, eres mi confidente, mi mejor amigo, y... No sé qué más seremos después de esto. Pero podría apostar que será mejor que todo lo que te dije— le susurré y vi como sonrío— todo depende de ti, Dav. Te dejaré que tu decidas que quieres que seamos— le dije y me acosté jalándolo de su cuello— sólo tienes que hacerme tuya, ¿qué dices?
Y me besa.
—Tomaré eso como un sí— dije y el sonrío. Y de ahí todo fue tan rápido, él se quitó sus bóxers y entró en mí, lentamente, al estilo de David. Empezó lento, tierno y siguió incrementando la intensidad, hasta terminar en un nivel que no conocía de David, uno salvaje e intenso.
—Oh Mila— gimió y sentí como me embestía más fuerte— no sabes cuánto tiempo he esperado esto— otra embestida, y Dios, jamás volveré a dudar del lado salvaje de David.
—D-david— grité. Sentí como nuestros cuerpos se tensaban, en señal de que nuestro orgasmo venía.
Y después de unos minutos pasó, ambos llegamos a nuestro orgasmo, yo antes que David pero ambos lo hicimos. Nuestro primer orgasmo.
David juntó nuestras frentes-llenas de sudor- y sonrío. Yo seguía con mi respiración agitada y jadeos. Tenía que admitir que, aunque lo dudaba, David me dio el mejor orgasmo de mi vida-aunque sólo haya tenido uno antes que este-.
Él salió de mí y tomó nuestra ropa interior y se colocó sus bóxers, me pidió permiso para ponerme mi ropa interior por lo que yo no me negué, ya que odiaba dormir desnuda.
David se colocó a mi lado quedando frente a mí, su pecho y mi frente estaban juntos, nuestras piernas entrelazadas y nuestros brazos juntándonos en un cálido abrazo. Él plantó un beso en mi frente y colocó su barbilla en mi cabeza.
Solamente éramos David y yo, no existía nada ni nadie más, era nuestro momento.
—Te quiero, Dav— susurro.
—Te quiero, Poo— dijo y comencé a reír, nadie me llamaba así desde que cumplí 10 años.
—¡Hey!— dije en modo de 'enojo'— yo no te dije Pinky Winky— dije recordando su estúpido sobre nombre que él mismo había elegido. Idiota.
—¿Sabes? Sólo escogí ese personaje porque pensé que te sacaría una sonrisa— toca mi nariz por un segundo con su dedo índice y yo la arrugo— y veo que estuve siempre en lo correcto.
¿Alguna vez dije que Harry era mejor que David? Pues estaba completamente equivocada.
—Mila— susurra acariciando mi cabello.
—¿Si?— susurro con voz dormilona.
—¿Recuerdas el trato? Ya sabes, cuando dijiste que yo podía elegir que seríamos a partir de... Este momento— dice y asiento— bueno, yo, ohm— dice y comienza a jugar con mi cabello— t-tú ¿quisieras s-ser mi n-novia?— subo la vista y miro sus hermosos ojos cafés, con un brillo, pero no cualquier brillo. Es ese tipo de brillo que ves a un niño cuando ve un delicioso dulce, o cuando abre su regalo de navidad. Esa clase de brillo que vez cuando quieres algo, cuando lo deseas, pero con cariño, y eso me hacía sentirme feliz. David me quería y yo a él, David me deseaba y yo a él. Y tal vez, sólo tal vez, él podría enamorarse de mí y yo no negaba que quizás yo también lo haga.
—Acepto— digo y ambos comenzamos a reír.
No podía negar que me gustaba David. Y ser su novia quizás sería lo mejor que me pasó en este año.
Después de todo, estar con él es siempre una buena idea.
*******
Heeeyy! Que tal, bueh. Después de tanto drama quise darles algo romántico(? Y bueno quizás odien que no sea con Styles buuuuut, me gusta que todo sea en orden cronológico y si pusiera que Harry y Mila 'hacen el amor' bueh, no tiene chiste, literalmente se conocieron "ayer" y bueh...
Dudas, quejas o sugerencias déjenlas aquí:).
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dulce tentación» h.s [mature] EDITANDO
FanfictionA él le gustaban los juegos, y a mi jugarlos. A él le gustaba jugar conmigo, pero se enojaba cuando jugaba con otros chicos. A él le gustaba mi uniforme, a mi su traje. Él tenía 28, yo 16. Él era mi papi, yo su princesa. Él era mi más grande deseo...