Hoy era el día en el que vería a David y pasaría cinco días con él, tratando de no pensar absolutamente nada sobre Harry, evadiéndolo de mi mente. Sería difícil pero haría lo posible.
Justo ahora me encontraba en el aeropuerto esperando a mi queridísimo novio, ya que su familia tuvo que ir de emergencia a Irlanda, David quería quedarse aquí por lo cual tuvo que viajar sólo. Veo como la gente comienza a salir de una puerta y mi corazón comienza a acelerarse. En cuanto veo a David viendo su teléfono caminando con su gran maleta gris decido correr hacia él.
—¡Dav!— grito unos metros antes de tirarme hacia él y el sorprendido me toma por las piernas.
—¡Poo!— dice y comienzo a reír. Lo miro a los ojos y lo beso— te extrañé bonita— me dice y siento el calor subir hasta mis mejillas— aww, extrañé eso también— beso su mejilla y me bajo de su regazo.
—¿Adivina qué?— le pregunto mientras el toma su maleta y guarda su teléfono en su bolsillo, comenzamos a caminar.
—¿Qué?
—Mis padres me han dado permiso de pasar cinco días completos contigo— le digo mirando su perfil perfecto. Él me voltea a ver sorprendido y una gran sonrisa se forma en su rostro.
—¿Es enserio?— me dice y yo asiento. Él me toma por sorpresa y me besa— es lo mejor que me han dicho en mi vida— me dice y yo río. Volvemos a caminar.
Espero que esto funcione.
*********
—¡Hogar dulce hogar!— dice David en cuanto entramos a su habitación. Yo también extrañaba este lugar. Ambos nos acostamos en su cama— ¿qué quieres hacer bonita?— me dice tocando mi nariz, la cual arrugo en cuanto siento su toque, él sonríe— eres tan tierna.
—Tú tan lindo— digo jalando sus mejillas, como si fuera una anciana. Él ríe. Me da un beso en la nariz y se levanta.
—¿Quieres ver una película?— me dice buscando algo en su estante, supongo que es el disco de la película. David tenía una obsesión con los discos, si tenía Netflix y música en iTunes, pero estando en su casa y su auto prefería los discos. Me siento en la orilla de la cama y comienzo a balancear mis pies hacia adelante y atrás.
—Claro— respondo.
—Mmmh, tengo algunas de terror aquí— en cuanto dice lo anterior muestro una cara de miedo, odiaba las películas de terror. Joder, no.
—Ni loca— digo y él comienza a reír.
—Vamos, sólo seremos tú y yo. Nadie nos verá, y yo te protegeré de los demonios— dice y comienzo a hacerme cosquillas. ¡Joder no!
—D-dav-viJAJAJAJAJAJAJ— comienzo a reír como loca histérica, odio las cosquillas por dos razones: 1.- mi risa es horrenda, parezco una jodida loca retrasada; 2.- me ponían caliente, joder— ¡Para! — grito y sigo gritando y riendo a la vez.
—Sólo pararé si aceptas ver una de terror— me dice, hijo de tu putísima madre. Sin ofender a Lizz.
—¡Está bien! ¡Acepto! Sólo para— grito y el hace lo que le pedí, se sube encima de mí y besa mi nariz.
—Perfecto. Jamás pensé que cederías tan rápido— dice y yo arrugo mi nariz levantando una de mis cejas— te quiero— ruedo los ojos, me levanto y lo abrazo por la espalda.
—Yo a ti— y soplo en su cuello y él casi me golpea pero por inercia me balanceé hacia atrás y caí sobre mí trasero. Comienzo a reírme aún más—David, joder, tú reacción fue única— comienzo a reírme y me tiro al suelo abrazando mi estómago con mis brazos.
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dulce tentación» h.s [mature] EDITANDO
FanfictionA él le gustaban los juegos, y a mi jugarlos. A él le gustaba jugar conmigo, pero se enojaba cuando jugaba con otros chicos. A él le gustaba mi uniforme, a mi su traje. Él tenía 28, yo 16. Él era mi papi, yo su princesa. Él era mi más grande deseo...