welcome aboard, Devil's

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-Jamás me dijiste que tenías una canasta de basketball en tu casa- digo y él tira un balón, el cual cae perfectamente en la canasta.

-No pensé que fuese necesario decírtelo- dice y yo asiento- en tres horas tengo entrenamiento en la escuela, ¿quieres ir conmigo? Y así podrías ensayar el baile de las chicas- yo ruedo los ojos y golpeo su hombro. Él ríe.

-Iré, pero no pienso practicar con ellas, ni siquiera acercarmeles- digo y él ríe, bota el balón unas cuantas veces y vuelve a tirarlo, encestando perfectamente. Yo tomo el balón y lo tiro desde mi pecho, fallando horriblemente, ni siquiera la había llegado. Ugh. David ríe, coge el balón y se coloca detrás de mí.

-Tienes que tomarlo de esta manera- dice y coloca el balón entre mis manos- eres diestra, ¿no?- pregunta y yo asiento, el coloca su cabeza en mi hombro- esta parte, así- coloca mi mano derecha sobre la parte donde el balón se encuentra dividido en muchas partes- y esta con tu izquierda- coloca mi mano izquierda en el costado, donde todas las divisiones se juntaban- de esta manera, toda tu fuerza está en un sólo brazo y con el otro solo la detienes de que no se vaya para los lados, sin olvidar que con tu codo derecho apuntas hacia donde quieres tirar- entonces comienza a subir mi brazo hasta que mi codo apunta hacia la canasta y con su ayuda tiro hacia la canasta, y el balón cae perfectamente- y listo, un tiro colado- volteo a verlo y ambos sonreímos.

-Me gustan tus ojos- admito- son castaños y brillantes, combinan con tu cabello- digo alborotando el anterior, él me toma por la cintura y me besa. Podía sentir sus carnosos labios moverse sobre los míos, y su lengua jugar con la mía. Joder- ¿hay alguien en casa?- pregunto y él toma mis muslos, haciéndome que enrede mis piernas en su cintura. Niega y yo sonrío. Bajo mis labios hasta su cuello y él gime.

-¿P-podemos hacerlo aquí?- pregunta y yo alejo mi cara de su cuello, levantando una ceja con una sonrisa. Chasqueo mi lengua,

-Y, ¿dónde piensas hacérmelo, cariño?- pregunto y él mira al rededor. Lo único que había en esta parte de la casa era la canasta, por alguna extraña razón esta canasta y media cancha estaba escondida en una habitación de la casa. Pero lo más extraño es que al parecer esta habitación no tenía calefacción.

-¿En el suelo?- pregunta y yo arrugo la nariz. Él ríe.

-Está bien- asiento y él se queda estupefacto.

-¿Qué?- pregunta después de minutos de silencio. Y yo me bajo de un brinco de él, tomándolo de la mano hasta llegar debajo de la canasta.

-Dije que estaba bien. Si quieres en el suelo, en el suelo será- digo y me acuesto en el suelo y coloco mis brazos cruzados debajo de mi nuca- Después de todo será mi primera vez en el suelo- ambos reímos y él baja hasta quedar encima de mí. Mira mi rostro por unos minutos y después me besa, enredo mis dedos en su cabello y coloco mis piernas a cada lado de él- pero con una condición- digo entre el beso, él gruñe- no lo haremos desnudos, hace mucho frío. Seré tonta más no estúpida- entonces él para de besarme y me mira con el ceño fruncido.

-¿Y cómo mierdas piensas que follemos con ropa?- dice y yo alzo una ceja.

-Bueno, existen dos opciones- digo y él trata de alzar una ceja pero no lo logra- una, frotarnos- él hace una mueca- dos, que solamente bajemos nuestros jeans- digo desabrochando su jean y bajándolo un poco, tanto como me permite nuestras posiciones- bajar nuestra ropa interior y hacerlo- digo y él golpea su frente.

-No había pensado en eso- dice y yo río. Entonces él desabrocha su pantalón y la baja hasta sus rodillas y me ayuda con el mío, el cual baja hasta los tobillos. Y de ahí levanta un poco mi blusa, besando mi vientre. Suspiro. Él asciende sus manos y labios hasta mis senos, sube mi sostén hasta que deje libre mis senos, sin deshacerse de él. Entonces comienza a jugar con uno de mis pezones mientras que acariciaba mi otro seno con sus grandes manos. Siento como mi piel se eriza al sentir sus frías manos sobre mi.

dulce tentación» h.s [mature] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora