bipolarity

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—A dónde pensabas ir, pequeña zorra?

Mierda, mierda, mierda y más mierda.

—Y-yo— tartamudeo del miedo, mi labio comienza a temblar y mis piernas un poco. La imagen que tenía de Harry en estos momentos era casi aterradora: sus cejas casi juntas por su ceño fruncido, su mandíbula tensa, sus hermosos ojos mirándome perfectamente, y la mitad de su cara llena de oscuridad, ya que nos encontrábamos casi en la puerta de salida del bar, y esta se encontraba entreabierta.

—¿Te comió la lengua el ratón o el chico con el que estabas, huh?— me reta y yo comienzo a sentir un poco de pena y coraje, Louis era a partir de ahora mi amigo, no tenía porque tratarlo así.

Comienzo a recordar los consejos que Louis me había dicho. Y joder que funcionarían.

—Buscándote, papi— digo y me pongo de puntitas para darle un pico en los labios. En cuanto hago mi trabajo sonrío complacida por ver como Harry traga saliva y relaja su cara un poco. Ya no tenía el ceño fruncido.— ¿dónde has estado papi?

—No has respondido mi pregunta— bufo y ruedo mis ojos.

—Él es un amigo de un primo de... Doncaster. Si. Es gay— digo asintiendo, y en cuanto recuerdo al amiguito de Louis apunto de explotar en cuanto yo batía mis pestañas, o cuando lo besaba y escuchaba sus gemidos, la manera en que hablaba de las mujeres y su casi única forma de tratarlas, me arrepiento. Harry asiente.— ¿y tú?

—¿Disculpa?— dice y levanta una ceja. Tomo su cuello con una mano y comienzo a acariciarlo.

—¿Con quién estabas, papi?— pregunto acariciando su hombro. Él mira mi mano y comienza a relajarse un poco.

—Las princesas no preguntan cosas estúpidas— dice y comienza a suspirar en cuanto me acerco a el y comienzo a besar su cuello.

—Oh— digo— así que ¿soy una princesa, huh?— pregunto. Joder, Harry tenía sentido del humor.

—Joder que sí— dice y comienza a apretar mi trasero. Gimo.

—Entonces, ¿quién es mi principe?— pregunto, hagamos enojar a papi.— ¿Tú o... David?— pregunto y en cuanto lanzo mi pregunta el me da una nalgada y gruñe.

—Nos vamos— dice y toma mi mano y me jala hasta su auto. Yo comienzo a quejarme de que me estaba jalando muy fuerte pero él se hacía de oídos sordos y me ignoraba. Estúpido.

—¡Harry me duele, joder!— grito. Él se para en seco y le empuja hacia el auto. Gimo del susto en cuanto sube y da un portazo, en cuanto sube al auto comienza a acelerar y yo casi caigo. Me acuesto de manera que el techo sea lo único que viera y comienzo a sobarme mi cabeza— idiota— susurro para mí misma.

Comienza a dar un par de vueltas más hasta que llegamos a una casa el doble que la de David y como el quintuple que la mía, el se estaciona en la cochera y baja con un portazo. Oh, así que está era su casa.

Él abre la puerta y me jala otra vez, casi caigo en cuando bajo pero logro equilibrarme.

—Harry suéltame— sollozo. Tenía las lágrimas apunto de bajas, me sentía indefensa ante él en este momento. Jamás pensé que podría enojarse tanto por una broma. Aparte, él tiene prometida, era injusto que yo no pudiera tener un novio. Ugh.

—¿Cómo me llamaste pequeña zorra?— me dice con un gruñido, grave y lento. En cuanto termina de hablar me toma de la cintura y me estampa contra la pared, gimo y una lágrima recorre mi mejilla.

—P-papi, p-por favor— sollozo y el me mira unos segundos, sin cambiar su mirada ni la forma en la que se encontraba su rostro. Me toma del brazo y sigue jalándome, entonces comienzo a llorar. Dios, ¿me está secuestrando?

dulce tentación» h.s [mature] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora