-¿Así que viene por sí sólo?- pregunta la ginecóloga, yo asiento- ¿y la señorita Foster..?
-Tuvo una mala noche, así que decidí pasar por los análisis por mi sólo- digo simplemente y me encojo en hombros. Ella asiente y busca en su cajón hasta que un sobre de hace presente aparte de nosotros dos. Ella mira el sobre unos segundos y después me mira a mi, suspira y me lo entrega. Siento como mi corazón comienza a latir rápidamente en cuanto el pequeño pedazo de papel hace contacto con mi mano. Mi labio comienza a temblar y siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal. Alejo mi mano del pedazo de papel y niego- ¿podría... Podría decirme el resultado?- pregunto y ella me mira extrañada. Comienzo a acariciar el puente de mi nariz con mi mano derecha mientras recargaba mi codo en mi brazo izquierdo. La doctora traga saliva y asiente. Ella rompe el sobre y saca la hoja de resultados de este. Mi cuerpo comienza a temblar ligeramente, no estoy listo mentalmente para esto. La doctora comienza a ver todos los análisis, tres hojas en total. Ella mira con detalle cada una de las hojas y frunce el ceño- ¿está o no, embarazada?- pregunto unos segundos después, desesperado. Ella sacude su cabeza con sus ojos cerrados y suspira.
-No. La señorita Foster no está embarazada- responde. Siento como un gran peso desaparece de mi y como el aire sale. Por un lado estaba jodidamente feliz y aliviado por la respuesta, pero por otro era completamente al revés. Quizás yo sí deseé tener un bebé con Mila- pero- no, mierda- es extraño, aquí dice tener ciento cinco en feromonas- dice incrédula.
-¿Y... Eso es malo?- pregunto y ella me mira con la mandíbula tensa.
-El máximo por humano son cincuenta- suelta, frunzo el ceño.
-¿Qué se supone que significa eso?- pregunto y ella se encoge en hombros.
-Creo que eso quizás expliqué el porque la señorita Foster atrae tan fácilmente a hombres- se encoge en hombros- si es que lo hace.
¡Todo tiene sentido! Ella me atrajo en sólo una noche, David estuvo enamorado de ella por tantos años hasta el momento, el chico con el que ella coqueteo en el bar, y en Nueva York, los chicos de Subway y la heladería. Digo, Mila es hermosa, sí ¿pero lograr captar la atención de tantos chicos en pocos minutos? Bah. Asiento y me levanto.
-Gracias por todo, doctora- digo estrechando mi mano con la de ella, tomo los análisis y salgo del consultorio. Tomo mi teléfono y comienzo a marcar el número de Mila. Entonces el buzón de voz se hace presente, no una, ni dos, si no diecisiete veces. ¿Estará con ese pequeño hijo de puta, George? ¿Se habrá acostado con él? Dios, claro que no. Mila no me cambiaría por ese idiota, que va. Sólo estoy imaginando estupideces. Comienzo a manejar hasta la escuela de Mila, son las diez con quince, a esta hora ella debería de estar en receso. Me estaciono y me adentro a la escuela, veo por los pasillos a cientos de jóvenes con el mismo uniforme comiendo y hablando. Algunas personas solitarias leían un libro o sólo escuchaban música. Comienzo a caminar hasta la cafetería y me encuentro una mesa con todos y todas las amigas de Mila, pero no con ella. Lo extraño de todo es que incluso George estaba ahí. Marco el número de Bárbara y ella contesta al segundo pitido.
-Ve al salón de ciencias, lo más rápido que puedas- digo y cuelgo. Entonces comienzo a caminar hasta el salón correspondiente, unos minutos después veo el rostro confundido de Bárbara mirarme- ¿dónde está Mila?- pregunto y ella frunce el ceño.
-No lo sé, ella vino en la mañana, pero creo que James vino a recogerla. No se estaba sintiendo bien- dice simplemente y se encoge en hombros, asiento- si no contesta tu teléfono, seguramente es por que está dormida, no te recomiendo molestarla, la última vez que yo la desperté, me mordió. Esa perra no tiene correa- gruñe, asiento confundido y me despido de ella. ¿Qué esta escuela no tiene seguridad? Entre y salí sin problema alguno. Creo que tendré que decirle a Joel y a Josh que cuiden de Mila durante clases. Comienzo a manejar hasta casa de Mila, pero me encuentro con todas las luces apagadas. Vuelvo a marcar su número un par de veces más pero lo mismo pasa. Suspiro y dejo pasar la situación, este día sólo quiero estar feliz y relajado, después de todo: Joanna no está aquí, y Mila si lo está.
ESTÁS LEYENDO
dulce tentación» h.s [mature] EDITANDO
FanfictionA él le gustaban los juegos, y a mi jugarlos. A él le gustaba jugar conmigo, pero se enojaba cuando jugaba con otros chicos. A él le gustaba mi uniforme, a mi su traje. Él tenía 28, yo 16. Él era mi papi, yo su princesa. Él era mi más grande deseo...