-Estoy de acuerdo- dice Bárbara- deberíamos usar dos trenzas de raíz a los lados- todas asienten.
-¡Es lo mismo que dos coletas!- chilla Brittany. Y Bárbara rueda los ojos, me siento y acaricio mis rodillas- como sea, decídanse.
-¿Quién vota por dos trenzas de raíz a los lados?- pregunta Bárbara, sólo cinco chicas no levantaron la mano: Britanny, sus tres clones, y yo- ¿qué mierdas Mila?
-Usaré lo que ustedes elijan, aunque parece que serán trenzas- murmuro y todas me miran raro, suspiro y coloco mi mejilla en mis muslos y enredo mis brazos al rededor de mis piernas. Había decidido no pelear ni siquiera de broma este día, después de lo que pasó ayer tenía la cabeza jodida.
-Como sea, todas votamos, serán trenzas- dice Sam, ella y Bárbara se dan cinco.
-¡Britt, esto no es democracia, es porricracia!- chilla Emily, la clon morena. Brittany sólo bufa y rueda los ojos.
-Sólo empecemos con la coreografía, ustedes me sacan de quicio- comenta, yo me levanto y comenzamos a ensayar.
Mi mente daba vueltas entre Harry y David, digo, ¡joder! Es muy difícil para mi aceptar el hecho de que David sea un gilipollas, simplemente es increíble. Él siempre ha sido del tipo romántico y sensible, y esto me hacia querer volverme loca.
También el hecho de que estoy completamente loca por Harry me sacaba de quicio, no podía enamorarme de él, joder ¡Esta comprometido! Aparte, son doce años de diferencia.
-Vale, ustedes- Britt dice y apunta hacia Bárbara, Sam y a mí- desde ahora irán al frente- dice y yo asiento lentamente. Había decidido seguir con esto de las porristas, sólo por algún tipo de masoquismo de mi parte. O quizás tengo otra razón, pero aún no la descubro. En realidad no puedo pensar muy bien ni mucho en estos momentos- ¿tienes ya el uniforme?- nosotras negamos, ella bufa, toma su cabeza entre sus manos y camina hacia su maleta. Saca una tarjeta y me la entrega- aquí podrán comprarlo directamente, corran en este puto momento- exclama y yo asiento. Bárbara y Sam gruñen- ¡y vuelvan antes del maldito partido!
Gracias a Dios ya nos había enseñado las coreografías y porras básicas para los partidos, seríamos un desastre si no.
-¿Estás bien?- pregunta Sam y yo asiento- no luces bien- susurra y yo me encojo en hombros. Ella suspira- ¿con qué pagarás tu uniforme?- pregunta y yo pienso unos segundos.
-Creo que con mi ahorros- digo y ella asiente. Podría usar la tarjeta de Harry, pero es sólo para emergencias y digamos que, esta no es una. Sam maneja hasta la dirección que Brittany nos dio. Bajamos a la tienda de deportes y pedimos nuestros uniformes.
-El uniforme les queda genial- admito hacia mis amigas las cuales sonríen y me abrazan.
-Igual que a ti, bebé- dice Bárbara sonriendo- le mandaré una foto a Liam, querrá matarme por usar algo tan corto enfrente de tantos chicos- sonríe malévola, rio.
-Tú deberías mandarle una a Harry, Mila- dice Sam emocionada, yo niego con una sonrisa- ¡oh vamos! ¿Acaso me dirás que nunca le has mandado fotos sexys?- pregunta y yo niego riendo- ¡oh Dios mío, Mila! Eres una tonta, va, tómate una fotografía en el espejo en este instante, te ves tan sexy con ese uniforme- golpea mi trasero, yo chillo y asiento.
-¡Pose sexy, joder! Dios no creo los culos y las tetas para nada- exclama Bárbara y yo río. Gracias a Dios no había chicos en la tienda y le señora de la tienda tiene como 60 años, mucho menos religiosos. Me coloco de lado, levanto el trasero, flexiono una rodilla y coloco mi mano en mi labio, tomo una foto- bien.
-¿Qué tal una de frente?- pregunta Sam y yo obedezco, me coloco de frente colocando una de mis piernas un poco más al frente que la otra y separadas ni muy poco ni demasiado, colocando la punta de mi pie derecho en el suelo y la parte de atrás sin tocarlo y mi mano en mi cabello. Tomo una foto- joder Mila- todas reímos- creo que deberíamos irnos, son las cuatro y quince y la escuela está a veinte minutos de aquí- Bárbara y yo asentimos, pagamos y caminamos hacia el auto de Sam.
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dulce tentación» h.s [mature] EDITANDO
FanfictionA él le gustaban los juegos, y a mi jugarlos. A él le gustaba jugar conmigo, pero se enojaba cuando jugaba con otros chicos. A él le gustaba mi uniforme, a mi su traje. Él tenía 28, yo 16. Él era mi papi, yo su princesa. Él era mi más grande deseo...