El Momento Indicado (Ross Lynch)

Capitulo 26

-Vinieron a traerme-interrumpió Paty algo avergonzada-Bueno, técnicamente solo venía a dejarme Ryland pero de paso ellos quisieron venir-explicó.

-Oh...claro. Me lo imaginaba-dijo Joselin sonriendo.

-¿Quieres desayunar?-le preguntó Raquel.

-Claro.

El desayuno siguió normal, sin contar el momento donde Joselin levantó la vista encontrándose con los ojos de Ross mirándola. La miraba atentamente y así permaneció a pesar de que Joselin estuviera consiente de lo que el hacía, y Courtney hablaba con el mientras tanto, en un momento lo tomó de la mano, fue ahí cuando Joselin regresó su mirada al plato.

-Oye Ross ¿Hoy en la tarde podemos ir por un helado?-preguntó Courtney en voz alta tratando de asegurarse de que Joselin escuchara. Y lo logró.

-Me encantaría. Pero no.-respondió Ross sin expresión alguna.

-¿Por qué no?-preguntó algo indignada.

-Porque tengo un compromiso. Lo siento.

A Joselin se le hizo extraño eso y por un momento creyó que la carta la había escrito el. Pero luego descartó la idea cuando recordó que ellos ya no tenían nada de que hablar y si era el con quien se tenía que reunir Ross no se hubiera referido a eso como un "Compromiso"

***

-Chicas. Me voy-anunció Joselin.

-¿Es un chiste?-dijo Raquel desesperada-¿Hay algún día en el que alguna de ustedes dos no tenga que irse?

-Lo siento. Pero ¿Recuerdas la carta?

-¿La del loco violador que sabe tu nombre?- Joselin la miró mal-Si-se rió-¿Qué hay con ella?-dijo interesada.

-Quien sea que la haya escrito, me citó en un rato en la cafetería del centro.

-Uhmm...bueno. Pero te llamaré en una hora ¿Ok? Si no contestas es que te secuestraron-dijo Raquel sin mirarla, sólo al televisor.

-¡Raquel!-gritó asustada

-Lo siento. Lo siento. Buena suerte-se rió.

-Okay...ya me voy.

-Adios.

-...por cierto ¿Donde está Paty?

-En su cuarto. Está durmiendo. Dijo que ayer no pudo dormir nada Bien.

***

Joselin caminó sola hasta llegar a la cafetería. De verdad estaba muy nerviosa. No sabía con quien se podía encontrar. Y estaba rompiendo la primera regla de su madre: No verse con personas a las que no conoces personalmente.