{México, D.F. ese mismo día en la mañana}
-De verdad estoy muy preocupada por mi niña-decía Carmen mirando un punto fijo en el aire-No ha llamado, cero mensajes, no se conecta en facebook-suspiró-Solo espero que esté bien, David.
-¿Y por qué no la llamas tu?-preguntó el.
-Una parte de mi me dice que algo le está sucediendo, y otra me dice que solo está pasando el mejor momento de su vida y hasta de su madre se olvida-le dio un sorbo a su café.
-No lo creo. Bien dicen que el instinto de madre es fuerte, Carmen... Quizás Joselin te necesita-dijo David con toda seguridad.
-No, no-meneó la cabeza-Jose está bien...esperaré a que ella me llamé.
David la miró incrédulo, y le pasó el celular a Carmen. Ella lo aceptó rápidamente fingiendo tomarlo de mala gana.
***
Joselin yacía en el piso de aquel baño, tenía las piernas en su pecho y la cabeza baja, con una mano tapando los sollozos que salían de su boca.
Sollozaba tratando de evitar que las lágrimas salieran.
Muy dentro de ella, esperaba que Ross entrara en cualquier momento por esa puerta, la levantara de piso para volver a ponerla entre sus brazos y decirle muchas cosas románticas para calmarla.
Sin embargo, eso era totalmente ridículo, o al menos ella se dijo eso mismo para calmar sus pensamientos. Eso no era una película y estaba harta de repetírselo a si misma todos los días.En ese instante, no solo eso se venía a su cabeza.
Era uno de esos días donde todo lo que te pone mal cae sobre ti, aun sin quererlo.
Joselin era una niña aun, o al menos no lo suficiente fuerte como un adulto.
Sentía las paredes cerrarse a su alrededor, había voces en su cabeza. Todo lo que alguna vez le habían dicho que la hiciera sentir mal -y no solo estando ahí- hacía eco en su mente.
Quería gritar, pero lo mínimo que pudo hacer fue morder muy fuerte la tela de su manga y tratar de reprimir las lágrimas.
Pero en eso, su celular sonó. Ella sin siquiera ver el numero contestó apenas escuchó el primer timbre.
-¿Jose?
Esa voz, esa voz fue suficiente para que Joselin se diera por vencida y soltara todo sin importarle si se escucharía. Ya se sentía en casa.
-¡Mamá!-dijo Joselin cerrando los ojos fuertemente.
Trataba de concentrarse en su voz, quería imaginar que su madre estaba con ella.
-Oh por dios, mi niña ¿Estas llorando?-preguntó sorprendida.
-Algo así... -suspiró pausadamente.
-¿Que tienes, preciosa?
-¡Te quiero aquí conmigo!-dijo Joselin llorando mas fuerte y obviamente evitando la pregunta de su madre.
Pero no recibió respuesta en un minuto.
-Tranquila mi cielo... Mejor dime que tienes...-contestó por fin-Respira profundo, toma aire...
-Estoy tan lejos, mamá...todo es tan diferente por acá... -seguia evadiendo el tema-No es nada grave, no te preocupes. Solo me entró el sentimiento de estar lejos de casa...
-¿Estas segura de eso?
-Si...
-¿Joselin?
-¿Qué?
-No me mentirías ¿Cierto?-preguntó su madre ya dudando de las respuestas de su hija.
-No, ma-contestó luego de unos segundos de pensar si decir o no la verdad.
Carmen sabia bien que su hija estaba mintiendo y que algo mas pasaba, pero aun así la dejó ocultar la verdad, solo quería ver que tan honesta podía ser Joselin y dejarla libre de decidir las palabras que quisiera para marcar un rumbo.
Poco a poco la iría soltando. Y dejarla ir hasta otro país ella sola era el comienzo.
-A decir verdad-dijo Joselin de repente-Si, mamá. Lo siento. Si está pasando algo, no es importante pero...
-Preferirias no decirmelo ahora-terminó la oración por ella.
-Exacto-susurró-¿Podría contártelo todo cuando regrese a casa?-se frotó los ojos con los dedos fuertemente.
-Por supuesto, pero ¿Estas bien bien bien segurisima de que estarás bien?
-Si, mamá...
Iba a decir mas pero alguien tocó la puerta del baño interrumpiéndola, volvieron a tocar y esta vez escuchó como decían su nombre y preguntaban si estaba bien.
-Má, luego te llamo ¿ok?-dijo Joselin nerviosa y casi susurrando mientras se levantaba del piso rápidamente.
-Ok hija, te quiero. Cuidate mucho y...y ya no llores Jose...-dijo su mamá dulcemente y colgó por Joselin sin darle tiempo de contestar.
Joselin se limpió rápidamente las mejillas, la barbilla y con un poco de agua se talló de nuevo los ojos y acomodó su cabello.
La puerta no había dejado de sonar con Ross atrás casi gritando el nombre de Joselin para que saliera. Y cuando por fin abrió la puerta Joselin salió disparada con la cabeza agachada.
Se sentó de nuevo en la barra y puso su cabeza sujetada por sus dos brazos, su cabello le cubría la cara. Estaba intentando controlar su acelerada respiración y conteniendo las ganas de soltarse en llanto de nuevo.
-Jose...-se escuchó a su lado y una mano se posó suavemente en su hombro.
Ross estaba ahí, y sabia que algo andaba mal por eso trataba de animarla. Carl solo observaba de lejos mientras atendía a una mujer, pero deseaba poder estar también junto a su amiga y un poco golpear a Ross en la cara.
Joselin de la nada se volteó bruscamente y, aunque Ross creyó que estaba por recibir un golpe, lo que le dio fue un fuerte abrazo.
Carlton dejó a la mujer esperando su cambio unos segundos, pues el se había quedado quieto mirando aquella escena para después mirar el piso sin expresión alguna.
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El Momento Indicado (Ross Lynch)
FanfictionJoselin con tan solo 15 años de edad, cumple su más grande sueño al viajar a Los Angeles, pero no contaba con todos los líos en los que se mete al conocer a Los Lynch. En especial a Ross quien está a punto de casarse. ¿Ella influirá para cambiar su...