Capítulo 9

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 Yo: ¿Qué haces aquí?
****: Me voy a dormir a casa de Georg.
Yo: pues siento decepcionarte Tom, pero yo no soy Georg.
Tom: Lo que tengo pensado hacerte espero que jamás se me pase por la cabeza con Georg.
Le miré levantando una ceja.
Me sonrió pícaramente y entró.
Yo: nadie te ha invitado a entrar.
Tom: échame si quieres.
Se acercó a mí y me besó.
Tom: ¿quieres que me vaya?
Me mordí el labio mientras una batalla se luchaba en mi interior... tampoco pasaría nada, mis padres me avisarán al venir.. Marcos está dormido...
Negué con la cabeza me lancé a su cuello. Me empotró contra el mueble de la entrada y se cayeron las llaves que nos asustó. Nos reímos y volvimos a acercarnos. Yo tenía mis manos apoyadas en el mueble y él me sujetaba por la cintura.
Empecé a morderle el cuello mientras él soltaba algún jadeo. Le quité la chaqueta y la tiré al suelo. Le cogí de la camiseta y me separé, yendo hacia al salón mientras él intentaba juntar nuestras bocas. Le tiré en el sofá y mordiéndome el labio me senté a horcajadas encima de él. Apoyé mis manos en su pecho y junté nuestras bocas. Él puso ambas manos en mi culo, pero no por mucho tiempo ya que no tardó en despojarme urgentemente la camiseta y segundos más tarde el sujetador. Se quitó él solito su ancha camiseta. Estuvimos un rato enrollándonos ahí y después me cogió poniéndose de pie , puso mis piernas en su cintura y entre jadeos me preguntó:
Tom: ¿dónde está tu habitación?
Yo: a-rriba.
Fue andando mientras nos comíamos la boca. Abrió una puerta.
Yo: ¡no!
Tom la cerró rápidamente y se empezó a reír.
Yo: ahí duermen mis hermanos. La... -me empezó a besar el cuello, tragué saliva y cerré los ojos- ...la del fondo.
Se dirigió y abrió la puerta. Miró un poco la habitación y decidió que fuéramos a la cama.
Me tumbó en ella y se puso encima. Nos volvimos a besar. Nos quitamos con urgencia los pantalones.
Se separó un poco.
Tom: ¿condón?
Yo: tercer cajón al fondo.
Sonrió y se deslizó a un lado para sacarlo. Se rió.
Yo: ¿qué?
Tom: tienes una colección allí.
Me reí. Se decantó por uno y se lo puso.
Solté el último jadeo y Tom me tapó la boca. Se deslizó a mi lado, por suerte la cama era bastante grande. Nos quedamos mirando al techo, intentando recuperar el aliento. Pasaron los minutos y nuestras respiraciones volvían a ser acompasadas. Me cogió la cabeza me miró, me fue a dar un beso y...
I'm gonna make you bend and break (It sent you to me without wait) Say a prayer but let the good times roll In case God doesn't show...
El sonido de mi móvil nos sobresaltó.
Yo: mierda-dije en español. Tom me miró extrañado.
Yo: sí?
Mamá: ¿estás despierta?
Yo: me despertaste. ¿Qué tal está Julia?-Tom me miraba atentamente, como si pudiese entender algo de lo que decía.
Mamá: tiene pulmonía, pero se pondrá bien. Ya vamos para allá, ¿vale? Estamos entrando en el pueblo.
Yo: adiós.
]
Me levanté corriendo de la cama y abrí la puerta. Tom me siguió.
Tom: ¿qué pasa?
Yo: vienen mis padres, la parte de abajo está llena de TU ROPA.
Fue a bajar a ayudarme.
Yo: no no, quédate en la habitación, escóndete o yo qué sé. Ahora voy.
Bajé corriendo y cogí la chaqueta de Tom que estaba en el recibidor, fui al salón y cogí mi camiseta y la suya. Mierda mierda, ¿mi sujetador? No paraba de preguntarme dónde estaba. Me agaché y lo vi debajo del sofá, no alcanzaba.. mierda. Me di la vuelta y lo cogí por el otro lado. En ese momento unos faros me alumbraron el culo. Cuando iba a saltar el sofá me tropecé y me metí la leche de mi vida. Subí corriendo las escaleras mientras se encendía la luz del recibidor.
Mamá: ¿Alcris? ¿Estás ahí?
Entré en mi habitación.
Tom no estaba.
Yo: ¿Tom?¿Dónde estás?
Tom: debajo de la cama, y tú también podrías limpiar los muebles por debajo, estoy comiendo polvo.
Dejé la ropa en la silla y la metí en el escritorio. Me metí en la cama y me tapé hasta arriba, estaba desnuda.
Mi madre no tardó en abrir la puerta.
Mamá: ¿está todo bien? Alcris.
Yo: si mamá.
Mamá: has bajado cuando estábamos llegando?
Yo: mmm... no, he estado todo el rato aquí.
Mamá: ah... ¿tienes frío?
Yo: un poco-sonreí.
"Que no se fije en la silla, que no se fije en la silla"-pensaba.
Mi madre se sentó en el borde de la cama, fue a arroparme más arriba.
Yo: ¡no! Estoy bien, mamá, déjame dormir por favor.
Mamá: ¿te va a venir la regla? Estás muy rara nena.
Yo: buenas noches.
Mi madre se encogió de hombros y salió.
Oí como se alejaban sus pasos y asomé mi cabeza por debajo de la cama.
Me reí, aliviada.
Yo: sube.
Tom salió tosiendo y se limpió polvo de las rastas.
Me reí más.
Me miró y sonrió.
Tom: ¿puedo?-señaló la cama.
Abrí la manta y me eché a un lado.
Tom: mejor el otro, el de la pared, no vayan a hacer una visita nocturna.
Yo: eso, mejor cierra el pestillo.
Tom: joder, y todo esto para un polvo.
Yo: gracias Tom.
Cerró el pestillo y me miró.
Tom: ha merecido la pena, y tanto.
Se tumbó a mi lado y me besó.
Le sonreí.
Tom: ahora duerme.
Volvió a coger mi cabeza y la puso en su pecho. No tardamos mucho en dormirnos.
A la mañana siguiente me despertaron los rayos del Sol, no habíamos bajado la persiana y justo ese día tenía que estar el cielo azul. Me di cuenta de que un brazo me rodeaba la cintura y miré para Tom. Allí estaba, durmiendo con la boca entre-abierta y con cara de ángel. 

Lo que nunca imaginaste || Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora