Capítulo 58

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Tom: vale, quiero más ropa!

Yo: luego soy yo la obsesiva

Tom:-riéndose- solo he ido a una tienda.

Yo: dos-le corregí.

Tom: perdón... pues eso, solo a dos. Las tuyas son incontables.

Yo: ja ja ja.

Me cogió por la cintura y me dio un beso en la mejilla. Sonreí. Me encantaban esos detallitos suyos...

Entonces miré hacia adelante y vi un grupito de adolescentes mirándonos.

Tom se dio cuenta y se envaró un poco. Un nudo se me subió a la garganta y creo que el hecho de que Tom me sujetara por la cintura impedía que temblase como una gelatina.

No teníamos guardaespaldas.

Yo: deberíamos...

Tom: no pasa nada, no son fans locas, simplemente me han reconocido. ¿Vale? Venga, tranquila-me miró y me sonrió-vamos a esa tienda, que quiero pantalones.

Asentí sin creerme mucho que pudiera estar tranquila. Pero en fin, soy demasiado exagerada, lo sé.

Yo: por si acaso...

Tom: sí, llamo a los guardaespaldas.

Yo: gracias-le sonreí.

Sacó su iPhone del bolsillo.

Yo: estás forrao macho!

Me miró y se rió.

Tom: es mi trabajo.

Me pellizcó la nariz y se llevó el móvil a la oreja.

[

Tom: hola! Si Dave, es que estoy en el centro comercial este enorme...

David: ...

Tom: sí, ese. Pues es que estoy con Alcris y no tenemos guardaespaldas y....

David:-se le oía gritar-....

Tom: JODER VALE! Mira, ya me echarás luego la charla ¿Vale? Ahora manda a alguien.

David: ...

Tom: segunda planta. Adiós.

]

Se guardó el móvil y me sonrió intentando que pareciese que no estaba enfadado. Pero lo estaba.

Yo: ey, sin enfados ¿eh?-asintió de mala gana-no, sí no, de verdad.

Sonrió.

Le cogí de la mano y le metí dentro de la tienda de pantalones.

Yo: venga, a comprar!

Entramos más adentro en la tienda y empezó a mirar unos pantalones vaqueros.

Miré para atrás y me encontré al grupito de antes entrando en la tienda, nos estaban mirando y al ver que yo les miraba empezaron a mirar "disimuladamente" a una de las perchas de ropa.

Dudé entre si avisar a Tom y que se pusiera más nervioso o pasar de todo y enfrentarnos a lo que se viniese. Los guardaespaldas todavía tardarían unos 15 minutos en llegar...

Era gracioso ver como se habían cambiado las cosas. Antes era Tom el que me tranquilizaba y ahora debería ser yo la que lo hiciera.

Bueno, decidí decírselo y a ver si tenía una buena solución

Yo: Tom... ehm... han entrado. Y bueno-me di la vuelta-se están acercando.

Tom me miró y sonrió.

Lo que nunca imaginaste || Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora